Gobierno, INAMU y MEP: aliados con las Iglesias amenazan con agenda antiderechos

El nuevo gobierno ha discutido con sectores conservadores una agenda antiderechos, que conducen a la intromisión de la Iglesia dentro de la educación y dentro del derecho de las mujeres a decidir sobre sus vidas, cuerpos y sexualidades.

Desde su campaña en segunda ronda, Chaves se había comprometido con sectores de la Iglesia y pastores evangélicos con una serie de acuerdos tales como “eliminar la ideología de género en el sistema educativo”, además de su apertura a que el sector religioso proponga candidatos para puestos de liderazgo en ámbitos de educación y salud.

En menos de 2 meses de ser electo, Chaves, junto con algunos jerarcas de los Ministerios, ya han tenido varias reuniones con sectores religiosos, como parte de esa apertura prometida en campaña electoral. Ejemplo de esto ha sido la reunión que Chaves y la Ministra de Salud sostuvieron con la Conferencia Episcopal, en donde esta última “recomendó” revisar la norma técnica por el aborto terapéutico con el fin de no abrir “portillos para promover el aborto”, lo cual es parte de los acuerdos discutidos en campaña electoral.

También el gobierno y la Conferencia Episcopal han mantenido un diálogo con respecto a la educación, la familia y la “ideología de género”, con el fin de “unir esfuerzos” entre el gobierno y la Iglesia en torno a dichos temas.

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No hay que olvidar que el 8 de mayo, mientras se llevaba a cabo una manifestación del movimiento de mujeres contra la agenda antiderechos del gobierno entrante, Chaves llegó al traspaso de poderes con una biblia en la mano. Además, en el traspaso dio inicio con una “oración por la Patria”, llevada a cabo por el presidente de la Conferencia Episcopal.

Por otra parte, otra de las intromisiones de la Iglesia en la educación es con respecto a la “sugerencia” realizada por la Alianza Evangélica para modificar el logo. La intromisión de la Iglesia responde a su objetivo de intentar “eliminar la ideología de género” en la educación. Si a la Iglesia Católica de verdad le interesara la niñez y la juventud, y su “buena educación”, pagarían impuestos que sirvieran para solucionar los problemas de infraestructura en los centros educativos, o para destinar ese dinero en mejores becas socioeconómicas, comedores estudiantiles y transporte para las y los estudiantes. Sin embargo, se quedan callados frente a los recortes presupuestarios al MEP, que tienen impacto directo en la población estudiantil.

Esta postura conservadora con respecto a la educación, tiene relación con las declaraciones de la presidenta del INAMU sobre el reggaetón que se escucha en sectores de la niñez y la juventud, el cual calificó de “terror”. La presidenta se justifica en su interés en la “deconstrucción de las nuevas masculinidades” y su preocupación por el machismo. Sin embargo, parece que su interés se limita a señalar una crítica conservadora hacia parte de las formas de expresión musical de la juventud, mientras parece estar cómoda con la intromisión de la Iglesia en centros educativos y con la limitación de una educación sexual laica, científica, integral y con perspectiva de género.

Si bien es cierto el gobierno no ha ejecutado ninguna de estas “sugerencias” de la Iglesia, las cuales marcan una agenda antiderechos, debe alertar al movimiento de mujeres a no caer en una pasividad, sino al contrario, a estar activamente organizadas para salir a las calles a defender nuestros derechos y levantar una agenda propia que reivindique cada una de nuestras demandas.

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