Nicolás Monckeberg anunció la creación de un sistema de guarderías infantiles para avanzar en la entrada de la mujer al mundo del trabajo, sin embargo, a costa de la precarización.
Jueves 9 de agosto de 2018
Hace algunos días se dio a conocer, por redes sociales y noticiarios, el caso de una mujer chofer del Transantiago que producto de no contar con quien se pudiese hacer cargo del cuidado de su hija, debía llevar a la menor a sus recorridos.
Estos son los problemas que enfrentan las mujeres que se encuentran en el mundo laboral, donde los sueldos no alcanzan para guarderías y de lo que ni el estado, ni los empresarios -que llenan sus bolsillos a costa de nuestro trabajo- se hacen cargo.
Actualmente el sistema de guarderías y jardines, es obligatorio en las empresas que trabajan solo más de 20 personas. En la gran mayoría de las empresas este derecho no está garantizado.
El gobierno responde ante esta situación, con el anuncio de avanzar a la instalación de un sistema de guarderías infantiles que faciliten la entrada de la mujer al mundo del trabajo. Sebastián Piñera dijo: "queremos avanzar a finales de nuestro periodo a un sistema de guardadoras de niños certificadas. ¿Qué significa esto? Que aquellas personas que quieran desarrollar como oficio, con calidad y buenos estándares una guardería infantil en su barrio o domicilio puedan hacerlo".
Lo que no dice es que no solo pagará el empleador y otra parte el Estado, sino que los trabajadores deberán también pagar esta medida. Y no es para poner guarderías o infantiles estatales y mantenido con grandes impuestos a las fortunas, sino con especies de "vouchers" para fortalecer las salas cunas y jardines privados, es decir, las empresas.
Si bien por otra parte esta medida puede significar que las mujeres tengan facilidades a la hora de decidir entrar al mundo laboral ¿a qué empleos acceden? Según un estudio de la Fundación Sol del año 2015, se señala que “en los empleos creados en los últimos 5 años, se tiene que un 60,9 % del total del empleo femenino presenta una inserción endeble (es decir, se crea en la economía informal). En el caso de los hombres, un 47,8 % del total del empleo creado tiene estas características”.
Se suma además, que las mujeres continúan siendo las principales responsables del cuidado de hijos y el trabajo doméstico, por lo que acceden a trabajos flexibilizados, en su mayoría en el sector terciario de servicios (85,3%), bajo régimen de subcontratación, sufriendo una doble brecha salarial, por la subcontratación y por discriminación de género, y con doble jornada laboral, la doméstica y la asalariada.
Por otra parte las mujeres serían las principales afectadas por el estatuto laboral juvenil -proyecto ya aprobado en la cámara baja- ya que plantea fueros maternales no pagados, es decir, podrían presentarse licencias médicas por concepto de pre y post-natal pero no se pagaría la misma. En este marco las mujeres que trabajan para estudiar, que quedan embarazadas en un país donde el aborto no es legal y deban continuar con un embarazo no deseado, además se verían empujadas a dejar sus estudios.
Este anuncio nos muestra como el gobierno y los empresarios otorga derechos mínimos a costa de la precarización del empleo femenino, y buscando fortalecer el mercado y los negocios a costa de nuestros derechos. Debemos exigir salas cunas, guarderías y jardines públicos, gratuitos y de calidad, pagados por el Estado y con impuestos progresivos a las grandes fortunas, así como trabajo estable sin precarización ni subcontrato.
Tamara Carrera
Estudiante de Química y Farmacia, U. Chile