×
×
Red Internacional
lid bot

Sin heridos. Grave accidente en muelle de Terminal 6 en Puerto Gral. San Martin

En la madrugada del sábado cedió uno de los "pescantes" que se utilizan para cargar buques. Aunque no hubo heridos se evidencia la recurrente exposición de los trabajadores a accidentes en las cerealeras del Cordón Industrial. ¿Hasta cuándo agradecerle a la suerte?

Domingo 16 de mayo de 2021 21:12

Alrededor de las 2 de la madrugada del sábado se desplomó una estructura de hierro del muelle de Terminal 6 en Puerto San Martín. Aunque el horario del siniestro fue de madrugada no se reportaron heridos de milagro, dado que las aceiteras son plantas de procesos continuos, hay turnos de trabajadores las 24 horas del día. Las consecuencias fueron las mínimas, solo daños materiales.

Te puede interesar: Segunda ola.Crecen los contagios en las aceiteras del cordón industrial de San Lorenzo

Aun así, este accidente es una muestra más de los niveles de riesgo a los que están expuestos los trabajadores. ¿Hasta cuándo debemos soportar muertes obreras evitables? Hay un largo historial reconocido por la comunidad de las localidades del cordón industrial sobre los jóvenes trabajadores muertos en "accidentes" dentro de aceiteras y sus muelles, quemados vivos por químicos, aplastados por maquinaria pesada, etc.

Desde que comenzó la pandemia en el 2019 las aceiteras no detuvieron un minuto su producción, con récords en el precio de la soja (superando los U$S 500 por tonelada) y la gran demanda a nivel internacional las agroexportadoras han logrado ganancias millonarias a costa de los trabajadores que aguantan los ritmos de producción con medidas de bio seguridad insuficientes en las plantas causando como consecuencia centenares de casos de obreros contagiados de covid.

El Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) tiene que dejar de mirar hacia el costado y pasar a los hechos. Los trabajadores aceiteros necesitan debatir en asambleas en todas las plantas e impulsar comisiones obreras de higiene y seguridad, independientes de la patronal, con compañeros votados para tener la potestad de parar la producción o cualquier tarea que se considere riesgosa para la vida de los trabajadores, sin distinción entre efectivos, contratados y tercerizados. Basta de dejar la seguridad en manos de las patronales, las mismas que año tras año demuestran que no les importan las vidas obreras.