La organización internacional Greenpeace evade cuotas patronales, excede las horas de trabajo sin pago de horas extras y llevan años sin aumento salarial.
Martes 25 de agosto de 2020
Las y los trabajadores de organizaciones no gubernamentales como Greenpeace protestamos por que se atenta contra nuestros derechos a un trabajo libre de violencia. Hoy, más que nunca se evidencian las difíciles condiciones a las que estamos sometidos, desde despidos injustificados, sistema de contratación outsourcing, freelance, incumplimiento de pagos patronales al IMSS o al INFONAVIT, además de carga laboral excesiva para madres que las obliga a llevar jornadas extenuantes.
Ejemplo de esto es que la organización evade pagos pactados vía contrato con sus trabajadores y trabajadoras (aumento salarial por inflación anual). Así mismo, durante 2019 y probablemente en 2020, ha mantenido contrataciones de freelance para posiciones de tiempo completo, subordinadas a distintas áreas de la organización y que incluso manejan un perfil de puesto interno.
Con esta práctica, promovida por su Director Ejecutivo, junto a otros directivos y acatada por su departamento de recursos humanos, la organización favorece la precarización laboral bajo la premisa de ahorrar dinero ya que evade responsabilidades laborales y fiscales al hacer contrataciones bajo la subcontratación. Las personas contratadas de esta forma no tienen derecho a vacaciones, seguridad social, primas vacacionales ni aguinaldo a pesar de responder de tiempo completo a esta ONG.
La situación se complica aún más cuando internamente existe un trato diferenciado para quienes están contratadas internamente comparado con el trato a las personas que se les contrata mes a mes para evitar otorgarles plenos derechos laborales. En distintos casos inclusive existe una persona contratada internamente para el mismo puesto que otra persona contratada como freelance.
Las condiciones de trabajo de la ONG son precarias, por lo que el trato que reciben los trabajadores es contrario a los “valores” que esta organización dice defender.
En cuanto a la conciliación de trabajo y familia, existe un doble discurso en el que por un lado se habla de flexibilidad en horarios, sobre todo para padres y madres de familia, se motiva a las trabajadoras a exponer a los “liderazgos” sus situaciones personales que podrían afectar el horario laboral durante la pandemia, pero a su vez se topan con pared al encontrar una excesiva carga de trabajo así como poca flexibilidad y empatía para las mujeres trabajadoras que también realizan actividades de cuidado en casa. La supuesta “flexibilidad” al interior de la organización termina estando a merced de tu jefe o jefa. En la práctica, se prefiere a quienes pueden dar horas extras no pagadas “por la causa”.
Las circunstancias económicas por las que atraviesa el país, la desinformación de los trabajadores sobre sus derechos laborales y falta de organización favorecen el ejercicio de estas irregularidades y malas prácticas debido al temor de perder el trabajo, volviendo a las trabajadoras y trabajadores de este sector presas fáciles de abuso laboral.
En el marco de la difícil situación que atravesamos millones con la pandemia, es necesario luchar contra la pérdida de conciencia social y colectiva, por ello desde este medio hacemos un llamado urgente a la reflexión y a la discusión sobre nuestros derechos humanos y laborales, así como exhortamos a organizarnos colectivamente para hacer frente a las patronales y conquistar mejores y plenos derechos para todos y todas.