Comenzó el V Encuentro del Grupo de Puebla con el objetivo de formular un Manifiesto Progresista para América Latina. Llamados a la unidad y expectativas en el gobierno imperialista de Joe Biden.
Facundo Aguirre @facuaguirre1917
Viernes 29 de enero de 2021 22:50
Alberto Fernández dirigió un llamado a los participantes del Encuentro para “que América Latina vuelva a integrarse como un todo y vuelva a discutir con prescindencia de los Gobiernos que en cada momento estén al frente de nuestros países”. Para el presidente argentino la unidad es esencial porque: “Hubiera sido mucho mejor tener un lugar donde reunirnos, donde hacer frente en conjunto a la pandemia, donde poder inclusive negociar conjuntamente las vacunas que hacen falta. Eso demuestra que divididos todo es más difícil y que la unidad no es solamente una deuda que tenemos por el legado de nuestros próceres sino que es algo que básicamente nos conviene en el tiempo que vivimos”.
La unidad y el acceso universal a las vacunas contra el Ccovid-19 es un denominador común del Encuentro. Pero se silencia que es el imperialismo norteamericano quien impide la unidad latinoamericana y son los monopolios capitalistas como Pfizer y Moderna, para nombrar solo dos, quienes bloquean el acceso universal a las vacunas y la colaboración internacional para avanzar en la investigación para el tratamiento de la pandemia y producirla masivamente para todo el mundo.
Sin embargo, Fernández se limitó a señalar que la desunión de nuestros países se debió a que la región atravesó "la permanente intromisión" llevada a cabo por el "anterior Gobierno americano", refiriéndose a Donald Trump. El discurso en el Encuentro del presidente argentino se da luego de su visita apoyando al gobierno del derechista represor Sebastián Piñera en Chile, un verdadero agente del imperialismo en el cono Sur y de su participación en el Foro de Davos, dando continuidad a la política de apertura hacia el establishment que implementara el gobierno derechista de Mauricio Macri.
Biden y el progresismo
El llamado a la unidad latinoamericana que se realiza desde el grupo de Puebla se basa.en no enfrentar imperialismo y la subordinación de rasgos semicoloniales que caracteriza a las burguesías latinoamericanas y sus estados. Por el contrario, sobran elogios hacia el nuevo mandatario norteamericano, Joe Biden, y las expectativas de avanzar en una agenda más amigable con la Casa Blanca.
El ex presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula Da Silva manifestó que la victoria del demócrata abría la “esperanza en que él (Biden), no solo internamente, sino también en sus relaciones con el mundo y con América Latina, se guíe por los valores humanistas que caracterizaron su campaña”. Su sucesora en el puesto, la expresidenta Dilma Rousseff asimiló la victoria de Biden como “del pueblo estadounidense” y “un aliento para aquellos, en el mundo, que luchan contra la extrema derecha, la intolerancia y el odio”.
Según estás declaraciones, la nueva administración en Washington seria un empuje para que avance la democracia en América Latina. Si bien es cierto, que la derrota de Trump debilita al ultraderechista Jair Bolsonaro, suena un poco increíble que tanto Lula como Dilma, reivindiquen virtudes democráticas en quien fuera el vicepresidente de Barak Obama. Fue bajo este gobierno imperialista que se consolido el impeachment y el golpe judicial que derroco al gobierno del PT. Recordemos que obama mantuvo un silencio cómplice frente a los golpistas. Pero aún más. Bajo la misma administración democráta se concretaron los golpes de estado judiciales contra Manuel Zelaya en Honduras en junio del 2009 y de Fernando Lugo en Paraguay, en junio del 2012.
Endulzar los oídos de Biden para negociar con el FMI
El presidente argentino no es ajeno a esta linea de generar expectativas con el nuevo gobierno imperialista. Fernández envío en una carta a su par norteamericano donde expresaba: “Su asunción plantea un horizonte de esperanza en un mundo que que nos interperla con desafíos humanitarios inéditos. Frente a esta crisis planetaria, se requiere que prevalezca un espíritu de fraternidad, convergencia y puentes de solidaridad construidos en comunión de intereses porque `nadie se salva solo´en esta instancia de nuestra historia". La carta continúa y sostiene que "El Gobierno de la República Argentina se encuentra listo y esperanzado en poder cimentar con su administración una agenda de trabajo compartida, creativa e innovadora que ponga énfasis en el futuro y esté nutrida de valores comunes".
Tanta adulación solo responde a un objetivo. Endulzar a Biden para que lo ayude en la negociación con el FMI. Lo real es que borra adrede toda la historia latinoamericana donde el imperialismo yanqui arraso con gobiernos democráticos, impuso dictaduras criminales y expolió sus recursos en beneficio de los monopolios norteamericanos. Es decir que se trata de un intento consciente de hacer pasar la opresión nacional y la subordinación al régimen impuesto por el FMI en términos inexistentes de colaboración.
Democracia e imperialismo
El problema democrático más candente que tienen los pueblos de América Latina, que es la base de la enorme desigualdad social y causa de su atraso y dependencia, es la sumisión de rasgos semicoloniales de las burguesías nativas al imperialismo yanqui y el capital extranjero en general. La conquista de una efectiva independencia nacional y la liquidación de la propiedad terrateniente, son las tareas pendientes de las revoluciones democrático-burguesas del siglo XIX, que las burguesías criollas fueron, y son, incapaces de llevar adelante. Incluso instituciones de la integración económica regional, como por ejemplo el Mercosur, son una plataforma de negocios de las multinacionales, más que una integración de recursos y capacidades para avanzar en un camino soberano y de unidad latinoamericana. El caso de la Ford, la amenaza de cierre en Brasil y la supuesta apertura de nuevas lineas de producción en Argentina, muestran que los monopolios imperialistas utilizan la región de acuerdo a sus intereses particulares y en detrimento de las necesidades y el empleo de nuestros pueblos. En lugar de mendicar al.imperialismo, como hacen desde el Grupo de Puebla,, hay que enfrentarlo planteando la unidad de la clase obrera por sobre las fronteras de nuestros países.
La baja calidad democrática de América Latina, lo que el pensador norteamericano James Petras denomino pobreza de la democracia y democracia de la pobreza, tiene su raíz en la dominación imperialista. Por lo tanto, no hay planteo de unidad latinoamericana, sino es en enfrentamiento con el imperialismo. Pero el limite para dicho enfrentamiento es la propia dominación de las burguesías criollas y sus representantes políticos que, en el caso del progresismo, centra sus esperanzas en que el gobierno de Biden mejore sus relaciones y les de alguna migaja de soberanía.
En lugar de combatirlo, intentan conciliar con él. Por ejemplo, predican que quizás Biden retome relaciones con Cuba, pero se cuidan de no exigir el criminal bloqueo de casi 60 años contra la Isla. Por otro lado piden por las libres migraciones, pero el gobierno de Andrés Manuel López Obrador de México militariza las fronteras con Guatemala para impedir que la caravana de migrantes ingrese a su país y se encamine a los EEUU.
Pero además, en las filas del progresismo del Grupo de Puebla, militan agentes abiertos del imperialismo como el chileno José Miguel Insulza, o representantes directos del imperialismo español como José Luis Rodriguez Zapatero.
Furgones de cola del imperialismo
Así definía el Che Guevara a las burguesías criollas. El Grupo de Puebla no es la excepción, sino la confirmación que ni aún las fuerzas que se reclaman progresistas de la burguesía nativa son capaces de una actitud soberana o, en este caso, de ofrecer siquiera una tibia resistencia. La unidad Latinoamericana solo puede conquistarse derrotando al imperialismo con los métodos de la revolución socialista y la instauración de gobiernos obreros y populares en toda la región, que pongan en pie la Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina.
Facundo Aguirre
Militante del PTS, colaborador de La Izquierda Diario. Co-autor junto a Ruth Werner de Insurgencia obrera en Argentina 1969/1976 sobre el proceso de lucha de clases y política de la clase obrera en el período setentista. Autor de numerosos artículos y polémicas sobre la revolución cubana, el guevarismo, el peronismo y otros tantos temas políticos e históricos.