Ante la fuerte lucha, el Gobierno tuvo que reconocer que se trata de 1400 familias y decir que les entregará tierras. Pero sigue presionando con engaños y aprietes para no cumplir con todos los reclamos de los vecinos.
Miércoles 28 de octubre de 2020 15:58
En la lucha de Guernica se viven días decisivos.
La persistencia de la lucha forzó al gobierno a empezar a hablar de lotes definitivos para la totalidad de las familias, aunque sin ninguna confirmación concreta. Al mismo tiempo está en juego dónde permanecerán los próximos meses.
El Gobierno de Axel Kicillof presentó un nuevo proyecto de acta-acuerdo ante los vecinos de la recuperación de tierras de Guernica este martes, como informó La Izquierda Diario en una nota anterior. Se trata de la tercera versión de acuerdo que presenta, ya que ninguna de las anteriores podía siquiera ser puesta a consideración a las vecinas y vecinos al ser completamente insuficientes para satisfacer las necesidades habitacionales de las familias.
Producto de la lucha persistente de los vecinos, el Gobierno tuvo que reconocer a las 1400 familias que arrojó el censo monitoreado por los organismos de derechos humanos, el Cels y el Serpaj, comprometiéndose a otorgar lotes temporarios y definitivos.
Sin embargo, al mismo tiempo busca limitar toda conquista al mínimo posible. Lo hace con distintas maniobras. Por un lado la inclusión de cláusulas que generan desconfianza porque los vecinos no tienen garantías de que no vayan a ser engañados, como un “anexo reservado” que impide conocer la lista real y concreta de beneficiarios de las propuestas oficiales. Por otro buscando dividir. La última oferta propone que solo quienes se encuentran en el barrio La Unión tengan acceso inmediato a un lugar transitorio confirmado donde pasar los próximos meses, hasta tanto les sean entregados lotes definitivos. Esto deja sin una respuesta inmediata a las vecinas y vecinos de los barrios 20 de Julio, La Lucha y San Martín.
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En ese marco se hizo una primera asamblea en la tarde del martes en el barrio La Unión, donde tiene peso entre los delegados el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL). El rol de esta organización en este momento crucial ha sido lamentable, ya que allí impulsó votar que ese barrio entero se retire del predio cuando se está jugando el futuro de todos y hasta ahora fue la unidad garantizó la continuidad de la lucha. Es de público conocimiento que la propuesta del Gobierno significa que la "retirada" del barrio la Unión dejaría a la toma con menos de vecinos y, como ya avisó en sus proyectos de acta, ese lugar será ocupado por la policía.
Esta política de que se negocie por partes, barrio por barrio, es un grave error. Como es un error mayúsculo la actitud del vocero del FOL en la lista de organizaciones, dando resultados falsos de las asambleas para justificar su politica.
Que el Gobierno recurra a distintas maniobras muestra su debilidad para terminar con la toma por otros medios, como hizo en otras ocasiones (según el ministro Sergio Berni habrían desactivado 100 tomas este mes). Esta es una lucha heroica que no pudieron derrotar juntos el Gobierno provincial con sus alfiles Andrés Larroque y Sergio Berni, funcionarios nacionales, dirigentes de los partidos tradicionales, el juez Rizzo y los fiscales, ayudados por medios de comunicación que fogonearon la criminalización de las familias del predio.
Luego de la primera asamblea en La Unión se realizó otra en el barrio 20 de Julio, donde fue cuestionada la propuesta del Gobierno y no se votó favorablemente. En el San Martín, donde hay mayor presencia de delegados del Polo Obrero y la Tendencia del Polo, se votó el rechazo de negociar por barrio en vez de unitariamente y a esa propuesta del Gobierno. Allí cumplieron un papel importante delegados del barrio La Lucha y compañeras de la Comisión de Mujeres, cuya propuesta de que se convoque a una asamblea general fue aprobada. Su fuerza se hizo sentir contra delegados de otros barrios que fueron con el objetivo de meter miedo.
En la mañana de este miércoles se realizó una importante asamblea en el barrio La Lucha, donde se leyó la propuesta del gobierno. Varios vecinos plantearon tres problemas. El primero, que la lista de beneficiarios es secreta, ya que constaría en un “Anexo reservado”. Ese se ha convertido en uno de los puntos centrales de la negociación, que produce lógica desconfianza en los vecinos. ¿Quién puede votar a favor o en contra de un acta que no sabe si lo incluye como beneficiario, o que la solución habitacional que finalmente le van a dar es la que reclama y hasta le prometieron?
Al problema de no tener garantías de quiénes son beneficiarios se agrega una segunda preocupación para las familias: que no se especifica la fecha y los lugares transitorios para cada barrio. La tercera preocupación es que quieran dividirlos negociando cada barrio por separado. Se dio un debate y la asamblea decidió no votar a favor del acta por esos motivos. En cambio, adhirieron a la votación de realizar una Asamblea general tal como se había votado en el barrio San Martín, para mantener la unidad de los barrios.
Debe quedar en claro que esta política de negociar por partes de hecho como impone el proyecto de acuerdo es nefasto. Quienes se plieguen a esto no hacen más que favorecer al gobierno. Ningún sector clasista o mínimamente democrático puede apoyar esta orientación. Jamás en una empresa en conflicto, por ejemplo, un sector puede impulsar bajarse de la lucha porque tiene una oferta propia para su sector, mientras el resto queda más débil y no tiene garantías de conseguir lo mismo al menos. Son errores graves, no secundarios. Es un momento crucial en esta lucha donde hay fuerzas para conquistar una negociación favorable, obteniendo terrenos que sean aptos para ser habitados y sin pasar por un calvario de meses. Para ello hay que tomar un compromiso ya: ningún barrio puede negociar de hecho por separado. Una misma toma, una sola lucha y ninguna lista secreta.
La unidad es importante además para enfrentar los aprietes y amenazas de los funcionarios, que al no poder imponer sus condiciones vuelven a hablar de “aprestos represivos” a miles de trabajadores, mujeres, niños y niñas que piden algo tan elemental como “tierra para vivir” y que después de 100 días de soportarlo todo no quieren que los engañen en la última etapa de la negociación.
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Rodear de solidaridad a las familias es clave ahora, llevando adelante medidas que ellos definan como lo que se propuso desde el barrio La Lucha, empezando por organizar acampes en el predio con centros de estudiantes, organismos de Derechos Humanos, sindicatos antiburocráticos y toda la fuerza que muestre que de este lado prima la unidad y la decisión para enfrentar a quienes quieren negar el elemental derecho a la tierra.
Estos tres meses dejaron en claro la capacidad de lucha de estas familias. Por ello hay que mantener la unidad total de todos y todas las que quieran pelear y continuar la lucha para imponer una negociación favorable, ya sea para quedarse en los terrenos actuales o para trasladarse a lugares transitorios, pero en cualquiera de los casos, en condiciones dignas. Esto solamente puede lograrse si se negocia en forma unitaria y si se toman medidas de lucha como las que planteamos y otras.