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Red Internacional
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DESIGUALDAD Y CRISIS SOCIAL. Guernica: que el derecho a la vivienda valga más que la especulación inmobiliaria

Aunque se postergó la orden de desalojo, el Gobierno de Kicillof insiste con desocupar el predio. Buscan garantizar los negocios de grandes grupos inmobiliarios, no el derecho de miles de familias humildes.

Martes 22 de septiembre de 2020 21:35

Fotografías: EnfoqueRojo

“Hace 50 años que están tierras están desocupadas”. La mujer habla con un canal de TV. Muestra una realidad: mientras hay enormes franjas de tierra sin usar, hay miles de familias sin derecho a la tierra o a la vivienda.

Esa imagen no solo se ve en Guernica, sino que se puede ver en todo el conurbano y en muchas partes del país. La desigualdad social es alevosa. Los countries lujosos (como Nordelta, por ejemplo) ocupan grandes extensiones mientras para las familias humildes hay hacinamiento, falta de servicios y viviendas en pésimas condiciones.

Las tierras de las que habla aquella mujer son las más de 100 hectáreas que ocupan miles de familias en en el sur del conurbano bonaerense. A raíz de esa ocupación, pesa una fuerte amenaza represiva sobre miles de mujeres, hombres y niñes.

Sin embargo, como venimos mostrando en La Izquierda Diario, muchas familias están dispuestas a pelear, a poner el cuerpo, a resistir la represión para defender su derecho a una vivienda digna.

Lo muestran no solo desde la toma. También en las calles, movilizándose tanto en el conurbano bonaerense como en la Ciudad de Buenos Aires, marchando al Obelisco o a Plaza de Mayo, reclamando ese derecho elemental que los gobiernos les quieren negar.

Es esa decisión de lucha la que obligó al Gobierno de Axel Kicillof a buscar la forma de postergar el desalojo. A la gestión que se presenta como políticamente progresista -aunque acaba de ceder ante todos los reclamos de la Maldita Bonaerense- no le gustó la posible imagen de una represión violenta llevada a cabo por esa fuerza.

Por eso, este martes por la tarde se confirmó la suspensión de la orden de desalojo. Pero esto no quiere decir que la voluntad del Gobierno provincial sea dar una solución al urgente reclamo de vivienda de miles de familias.

Todo lo contrario. El pedido de postergación tiene por objetivo lograr “un desalojo pacífico” del predio, con tal de garantizar los negocios inmobiliarios que se vienen preparando desde el municipio peronista de Blanca Cantero. Según las versiones que hicieron correr funcionarios de la gestión provincial, se volvería a insistir con la idea de dar tierra en otro lado para que las familias se retiren del predio en Guernica.

Una “solución” que se anuncia como una completa mentira. Porque los intendentes peronistas del conurbano ya salieron a decir que en sus distritos no hay tierras disponibles.

En estas semanas la presión de la derecha mediática y política contra las tomas fue enorme. También existió en el mismo Frente de Todos. Con el aval de los intendentes del conurbano, la intendenta de Presidente Perón viene reclamando a gritos que no haya ningún tipo de negociación y que se lleve a cabo el desalojo.

Detrás de esta presión están los grandes negociados del sector inmobiliario. Como lo muestra un excelente informe publicado por la revista Crisis -y republicado por La Izquierda Diario- la presión por el desalojo está ligada al grupo empresario El Bellaco SA.

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Esta presión, como lo evidencia el informe, no ha dejado de crecer en el último año. Un estudio de Mercado Libre Inmuebles indica que la intención de compra de terrenos creció entre abril y agosto alrededor de un 377% en el AMBA. En la zona sur ese crecimiento alcanza el 361 %.

Parece que son más importantes los intereses de los especuladores que los de los sectores populares empobrecidos.

Hay que garantizar el derecho a la vivienda

Hace varias semanas, cuando las ocupaciones de tierra empezaron a extenderse, Sergio Berni fue de los primeros en condenarlas por “ilegales”, anunciando represión. Enseguida se le sumó Sergio Massa, que amenazó con sacarles la IFE y otras asignaciones del Estado que quienes ocuparan tierras. Un apriete miserable a familias humildes que tomaron una decisión dificilísima.

Alberto Fernández, Sabina Frederic y Axel Kicillof solo tardaron una semana en repetir las palabras de Berni. Y enseguida, después de ceder a la extorsión policial, llegaron los desalojos de algunas tomas.

Ahora quieren terminar con la ocupación de tierras en Guernica sin tener que pagar el costo político de reprimir. Pero siguen sin dar solución al problema de la vivienda que no para de crecer entre los sectores más humildes.

Para empezar a solucionar esta crisis lo primero que hay que hacer es dejar de garantizar los negociados capitalistas. Es necesario pelear para que se declaren de utilidad pública los terrenos y sean expropiados por el Estado como parte de plan de urbanización y vivienda. Un plan que, controlado por delegados de quienes hoy están en la ocupación, empiece por atender las necesidades más urgentes.

Ese plan se puede financiar con impuestos a las grandes fortunas. La propuesta presentada por el Frente de Izquierda -que permitiría recaudar por lo menos seis veces más que el proyecto oficial- propone que parte de lo recaudado sea destinado a la construcción de 100 mil viviendas.

Pero ese camino solo se puede imponer con la organización y la lucha. En Guernica ya se está demostrando que hay voluntad de pelear y de resistir. Desde el sindicalismo combativo y el Frente de Izquierda se viene dando un apoyo activo -tal como lo mostramos en La Izquierda Diario- que también se vio en las calles el jueves 17/9, cuando se marchó al Obelisco.

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Pero es necesario que esa fuerza se multiplique. Tal como plantea la declaración publicada por el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC) es urgente que las organizaciones sindicales terminen con la escandalosa complicidad que mantienen frente al accionar del Gobierno. Son necesarias urgentes medidas de apoyo. En Guernica y en otras ocupaciones de tierra hay miles de trabajadores precarizados y miles que perdieron su trabajo en los últimos meses.

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Esa solidaridad activa con quienes reclaman por vivienda tiene que venir también de los centros de estudiantes, de las organizaciones sociales, de todos los organismos de derechos humanos. Hay que repudiar activamente las amenazas represivas y exigir que se dé urgente solución al problema de la tierra y la vivienda.

No hay lugar para salidas intermedias. En Guernica o se está con los especuladores inmobiliarios o se está con las familias trabajadoras que reclaman derecho a la vivienda.


Redacción

Redacción central La Izquierda Diario