Se trata de la Escuela N°10 “Pascual Santoro” del barrio San Martín. Sufrió la voladura de más de 80 metros de techo sobre el patio, dejando expuesto aulas y el salón de usos múltiples. Por suerte no hubo heridos.
Viernes 11 de octubre de 2019 23:28
En un hecho de suma gravedad, ante el temporal que afectó a gran parte del conurbano bonaerense en la madrugada del viernes, se voló el techo de la Escuela N°10 del distrito de Presidente Perón dejando expuesta a gran parte de la institución y sin clases a cientos de alumnos.
Está situación puedo haber desembocado en una tragedia. ¿Qué hubiera pasado si esto se daba en horario de clases, con niños y docentes en las aulas o en el patio?
Casi a diario se repiten y se conocen problemas edilicios en toda la provincia, en la Ciudad de Buenos Aires y en el resto del país. La situación de las instituciones públicas es paupérrima. Pero no es casualidad. Año a año se destina menos presupuesto y se recortan partidas para las escuelas públicas, mientras los subsidios a instituciones privadas y en muchos casos clericales van en aumento.
Hace un año lamentamos la masacre de Moreno, donde se perdieron las vidas de Sandra y Rubén por una fuga de gas. Las y los docentes, además de trabajar precarizados y cobrar un salario por debajo de la línea de la pobreza, tienen que subsistir con la pésima situación de las escuelas y los posibles accidentes que en ellas puedan suceder por el abandono estatal.
Las responsabilidades políticas recaen en la parte provincial sobre la Gobernadora María Eugenia Vidal y el ministro de Educación Gabriel Sánchez Zini, aunque el detrimento de las escuelas no es nuevo, viene en aumento desde la dictadura y el menemismo a esta parte, y se profundizó por las políticas de endeudamiento de Macri y Vidal con Cambiemos.
También hay responsabilidad a nivel local, con un gobierno municipal casi acéfalo desde las PASO a esta parte por la derrota de el intendente Aníbal Regueiro en manos de Blanca Cantero (quién más chances tiene de sucederlo) hoy en día diputada provincial, quién además no tuvo problema en votar el gran endeudamiento en dólares de la provincia de Buenos Aires a María Eugenia Vidal, lo que ya se especula traerá muchos problemas, algunos ya visibles y otros a futuro.
Otro gran culpable de esta situación son las empresas constructoras y su corrupción avalada por el Estado, quiénes licitan las obras bajo un presupuesto que luego no se cumple, se “comen la plata”, usan materiales de menor calidad y realizan pésimas obras. Con tal de maximizar sus ganancias ponen en riesgo la vida de ciento de personas y la calidad educativa.
