En el complejo de viviendas se detectaron alquileres impagos, fiestas financiadas con presupuesto universitario, sobreprecios, incongruencias en balances y hasta una auditora que ocupaba una casa sin pagar alquiler.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Viernes 22 de julio de 2016
El receso invernal no aplaca los escándalos en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Antes de la feria judicial, el juez Poviña confirmó el procesamiento del exrector Juan Cerisola y los exfuncionarios Luis Sacca y Olga Cudmani en una causa por malversación de fondos. En estas semanas, los trascendidos de un informe y una auditoria sobre el complejo de viviendas de la UNT en Horco Molle han abierto un nuevo capítulo.
Como herencia de un proyecto inconcluso de la década del 50, la UNT posee en la privilegiada zona de Horco Molle y San Javier un complejo de viviendas bajo su administración. Tradicionalmente, cada casa ha sido asignada discrecionalmente por el Rectorado. En esa tradición, la casa más grande, la 35, era ocupada por el rector para sus ratos libres.
Un informe de la Dirección General de Residencias Universitarias (DGRU), a cargo de Ricardo Krebs, da cuenta que la mitad de los ocupantes no paga ningún tipo de alquiler por las viviendas. ¿Los ocupantes? Un dirigente sindical, un consejero superior egresado, un ex secretario de la gestión de Cerisola, secretarios de la gestión de Alicia Bardón junto a docentes e investigadores. 34 de las 36 viviendas están ocupadas, ya que las otras dos restantes no son habitables por su deterioro.
El alquiler de las casas no es algo que no pueda ser pagado por los funcionarios y allegados al Rectorado, sobre todo si tiene en cuenta el precio del mercado que rige en el pedemonte de las sierras de San Javier. En Horco Molle el costo es de $2750 (hasta hace poco regía una tarifa de 2012, a $1750) aunque la resolución de la rectora Bardón no aclara siquiera si un costo semanal, quincenal o mensual.
Una auditoria mal parida
La gestión de Bardón encargó una auditoria sobre las viviendas que fue ejecutada por la Unidad de Auditoria Interna (UAI) de la UNT, dirigida por Adriana Alvillos. Según documento entregado, 16 de las 36 viviendas se “encuentran adjudicadas a personas o reparticiones que no abonan ningún tipo de canon por su uso”, por lo que el mantenimiento se realiza con el presupuesto universitario.
La auditoría señala que desde la DGRU no se pudieron justificar algunas cesiones de casas, señalado como responsable a Krebs, quien está en ese cargo desde 2001, y a dos ex secretarios de Bienestar Universitario (área que controla la DGRU): Ramiro Moreno y Mauricio Argiró, operadores del cerisolismo y del radicalismo universitario.
Como respuesta, desde el informe elaborado por la DGRU trascendió que la auditora Alvillos ocupaba una casa en Horco Molle desde los 90 sin pagar alquiler. La DGRU intimó a Alvillo el 30 de octubre de 2003 para que desalojara la vivienda 17. Sin éxito, el pedido se reiteró en mayo de 2005 pero no fue desocupada hasta 2007.
Faltantes
El informe de la UAI también plantea una incongruencia en la rendición de cuentas. Un faltante de más de $17.000. Además se encontró una diferencia de $22.000 al comparar los saldos expuestos por la DGRU y los registros de la contabilidad central. “Fallas en el control” es el eufemismo utilizado.
Además el informe de la auditoria plantea casos en donde se realizan eventos y fiestas sin ningún pago de canon, donde los gastos corren por parte de la UNT y los beneficios son para terceros.
El informe elaborado por la DGRU en 2014 indica que por este tipos de eventos la UNT pudo recibir el pago de $600.000. A esto se suma una pérdida de $375.000 en concepto de alquileres no cobrados. Esta suma que se acerca al millón de pesos pertenece solamente al 2013. ¿Y los años anteriores? ¿Y en la actualidad?
Sobreprecios
Las residencias en Horco Molle y San Javier también tienen denuncias por sobreprecios. En el marco de la causa judicial llevada por el juez federal Poviña (donde están procesados Cerisola, Sacca y Cudmani) se investigan posibles sobreprecios por $28,3 millones.
De acuerdo a un informe de la Gendarmería, en el caso de cinco módulos de Horco Molle existe un sobreprecio de 116%, entre otras obras realizadas en la UNT. Desde 2006 parte del dinero proveniente de los fondos mineros del YMAD (en sociedad con Minera La Alumbrera y la provincia de Catamarca) son utilizados en las remodelaciones del complejo de viviendas.
En lo que inicialmente fue la “causa Eudal” (ahora unificada con la “causa Sigen”), la denuncia detallaba que la refacción de la casa 8 de San Javier se gastaron de $8 millones, lo que equivalía a 32 casas de 85 metros cuadrados cada una. Mientras que en Horco Molle se refaccionaron once viviendas con un costo promedio de $350.000 cada una, lo que equivaldría a construir 117 casas de 117 metros cuadrados cada una.
Poviña mandó a investigar a once constructoras por una presunta participación criminal de empresarios que hicieron negocios con la UNT.
La gestión de Bardón intenta despegarse de estos escándalos, endilgando toda la responsabilidad a Cerisola. Suena inverosímil si se tiene en cuenta que Bardón fue su vice y que hay más continuidades que cambios en relación a los nombres del Rectorado. Si hasta el propio Sacca, luego de ser diputado nacional por la UCR, volvió a la UNT como empleado. De todas maneras, el fantasma de José López sobrevuela el edificio de Ayacucho 491.
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