71 trabajadoras de recolección de excrementos han iniciado una huelga en la ciudad de Wadhwan, India. Las trabajadoras exigen un salario mínimo, equipamiento higiénico adecuado y el cumplimiento de la Ley de Rehabilitación de 2013.
Miércoles 17 de septiembre de 2014
El 95% de las mujeres de la casta más baja de la India –llamada Intocables (dalit) y formada por 200 millones de personas– tratan de sobrevivir mediante la recolección manual de excrementos humanos de letrinas secas y su trasporte hacia lugares alejados de las viviendas. El llamado ‘trabajo de saneamiento’ (karmacharis safai) es contratado por los gobiernos locales directamente o mediante tercerización.
En India más de 600 millones de personas comparten 9,6 millones de fosas sépticas, mientras 300.000 familias las limpian. El 10 % (768.000) de todas las muertes en la India están relacionados con la insalubridad. Existe una larga lista de enfermedades que se ven agravadas por la desnutrición generalizada —el 50% de la población está por debajo del Índice de Masa Corporal adecuado— y la imposibilidad de acceder a los servicios de salud, según El País en su edición del 25 de agosto.
Huelga de trabajadoras de saneamiento
El viernes 12, en la ciudad de Wadhwan (del distrito Surendranagar en Guyarat), setenta y un trabajadoras recolectoras terciarizadas salieron a luchar para exigir un aumento salarial –ahora trabajan por 150 rupias por día, lo cual supone 80.30 rupias menos del mínimo– y un equipo de protección higiénico adecuado.
Esta es, al menos, la tercera huelga de recolectores que se sucede en un año en Guyarat, estado situado al oeste del país y el segundo más industrializado de la India, después de Maharashtra. En Guyarat, cerca de 80.000 familias de la comunidad valmikis (también denominados bhangis) realizan el trabajo de saneamiento.
Las trabajadoras llevan una semana manifestándose con la tradicional sentada (dharna) frente a la oficina de recolección con pancartas donde denuncian: “la recolección manual de residuos continúa en la Guyarat de Modi”, en alusión al primer ministro indio Narendra Modi, el cual también fue jefe de estado en Guyarat de 2001 a 2014. Y también: “este es el verdadero rostro de la Vibrante Guyarat”, en referencia a la cumbre bienal inaugurada en 2003 por Modi donde se reúnen grandes inversores internacionales.
Estas mujeres trabajan bajo situación irregular, sin nómina ni documento identificativo, y el contratista les descuenta parte del salario destinado al fondo de pensiones, ha denunciado Sarojben Hasmukhbhai, su representante legal y miembro de la organización Mahila Adhikar Manch (MAM).
Las trabajadoras han enviado una declaración al gobierno municipal reclamando la prohibición del trabajo manual en la recolección de los residuos y el cumplimiento de la Ley de Rehabilitación de 2003 (ver abajo).
Con demandas similares, veinticinco conductores de autos de recolección se han sumado a la huelga de las mujeres. Los trabajadores cobran 100 rupias por día –132.30 rupias menos del mínimo–, tampoco reciben nóminas, ni disponen de cartilla de identificación para abrir un fondo de pensiones. Además, exigen medias en contra de los contratistas por impagos salariales y denuncian la malversación de los fondos para el pago de los salarios que obtienen del municipio. Ni las trabajadoras ni los conductores disponen de escobas y recogedores, herramientas básicas de trabajo que deben comprar con su propio salario, según informó counterview.net el 12 de septiembre.
Situación de las intocables en India
A pesar de que la división social en castas fue oficialmente abolida en 1950, la tradición persiste. El estigma sobre la intocabilidad a la casta baja conlleva todo tipo de vejaciones, como arrojarles la comida en lugar de darla en mano.
A los intocables se les permite entrar únicamente por la puerta trasera a las casas y no pueden tocar ningún objeto que pertenezca a alguien de una casta superior. De este sistema también se benefician las autoridades locales, quienes retienen ilegalmente el salario de las trabajadoras y trabajadores recolectores, según denuncia el informe de 2014 de Human Rights Watch.
Las mujeres suelen ocuparse de limpiar los retretes de los hogares que no disponen de cisterna y los hombres, generalmente, se encargan del alcantarillado y las fosas sépticas. Sin embargo, las mujeres no suelen recibir salarios en efectivo sino sobras de comida, grano durante las cosechas o ropa usada, así como acceso a terrenos para el pastoreo de ganado, bajo la supervisión de las familias a la que sirven. Sus hijos abandonan la escuela debido a la discriminación a la que se enfrentan. En Guyarat, entre el 70 y el 80% de los hijos abandonan antes de séptimo grado.
Huelga de recolectores en Dudhrej, agosto de 2014- los recolectores de Dudhrej (municipio de Guyarat) mantuvieron un mes de huelga hasta que el municipio se comprometió a garantizar 8 medidas como el aumento de salario, mejoras en el equipamiento de trabajo, no sancionar a los huelguistas –algunos de los cuales fueron despedidos– y contratarles directamente y de forma indefinida cuando finalice su actual contrato con la empresa.
Sin embargo, el municipio rechazó la aplicación de la ley de rehabilitación de 2013. Durante la huelga, hicieron sentadas de una semana frente a la oficina de recolección, se enfrentaron a la policía –que desalojó a cinco trabajadores– y formaron un comité para asegurar la seguridad de las mujeres ante los múltiples casos de violación ocurridos cuando deben alejarse para buscar una letrina.
Huelga de recolectores en Ahmadabab, diciembre de 2013- recolectores contratados por el municipio de la Ahmadabad –la séptima ciudad más poblada de la India y corazón de la industria textil en el estado de Guyarat– se mantuvieron en huelga durante 28 días exigiendo reivindicaciones similares a los dos casos anteriores. Al inicio de la misma varios trabajadores fueron detenidos, mientras las amenazas se sucedieron durante todo el mes. La huelga fue suspendida el 28 de enero de 2014 tras un acuerdo provisional entre el sindicato Guyarat Mazdoor Sabha (GMS) y el gobierno municipal.
Legislación: el estado indio declaró ilegal la limpieza manual de letrinas sin cisterna en 1933, y dictaminó penas de cárcel y multas para los contratistas. En el 2003 aprobó una nueva ley responsabilizando a las autoridades locales de la implementación de la legislación, y aumentando la pena de cárcel y la multa. En marzo de 2014, el Tribunal Supremo de India dictaminó que la recolección manual de excrementos constituye una violación de los derechos humanos y solicitó una tutela judicial efectiva. El día de la independencia, 15 de agosto, Modi anunció que pondrían
en marcha un paquete de medidas entre las que prometió un retrete en cada hogar para el 2018.