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Cannabis medicinal. Hugo Magallanes: "En este momento el Estado nos está negando calidad de vida"

Hugo es un referente de la organización Mamá Cultiva en Mendoza y un sostén para muchos enfermos de Malargüe y la provincia. Gran parte de su camino recorrido se puso en juego este mes, cuando efectivos de Gendarmería allanaron su domicilio. Hoy pesa sobre él una causa federal que podría llevarlo a prisión.

Miércoles 28 de marzo de 2018 11:35

Hugo Magallanes y Luz son los papás de Callfü Cullen, una pequeña malargüina que padece Lisensefalia tipo uno, Complejo Agiria Paquigiria y Eilepsia Secundaria. Al poco tiempo de su llegada, a la par de iniciar su militancia en Mamá Cultiva Hugo comenzó a producir cannabis para aliviar su grave padecimiento. Asesorado con profesionales médicos, la pequeña logró enormes mejorías gracias al aceite de cannabis.

Militante del cannabis medicinal y formador de cannabicultores, Hugo Magallanes se transformó además en un referente de la organización en Mendoza y en un sostén para muchos enfermos de Malargüe y la provincia.

Sin embargo, gran parte de su camino recorrido se puso en juego el pasado martes 20 de marzo cuando efectivos del Escuadrón 29 de Gendarmería allanaron su domicilio tras una orden del Juzgado Federal de Primera Instancia de San Rafael, que conduce Eduardo Ariel Puigdengolas. Hoy pesa sobre él una causa federal que podría llevarlo a prisión.

- El martes 20 de marzo no fue un día más en la vida tuya y de tu familia.

Para nada. Recibí un allanamiento ordenado por un juzgado federal, con una supuesta investigación previa, en la búsqueda de plantas de cannabis que nunca encontraron. Este tipo de allanamientos se hacen en esta época, que es la etapa de floración y cosecha.

Nosotros somos una familia que tiene una hija con una encefalopatía crónica grave, por la que está siendo tratada con aceite de cannabis y gracias a esta medicina ha logrado mejorías, por ejemplo a nivel cognitivo. De hecho, medicación estándar no toma absolutamente nada; tal es el caso de los anticonvulsivantes como el que toma desde los cuatro meses de edad. Callfü tendría que estar tomando 3.5 mm cada ocho o doce horas (que es un veneno dañino al hígado) y lo toma 1.5 mm. cada doce… prácticamente nada. Tomando esa droga y su combinación con aceite de cannabis ha logrado cumplir dos años sin convulsiones.

Ha sido un adelanto enorme para preservar su organismo y su estado general. Tenemos un cuaderno de seguimiento desde el 2016, que recoge los avances de nuestra hija y cómo hemos ido cambiando distintas cepas de plantas. A veces las anotaciones son a diario, a veces más espaciadas y todas esas anotaciones son deliberadas luego con el neurólogo. Esto es un trabajo enorme, que nos pone en contacto con familias de todo el país y también de Chile. Estamos asesorados y asesoramos a otras familias.

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Cuando llegó el allanamiento les dije a la gendarmería: “Los estaba esperando, se demoraron un montón”. Mi exposición en los medios y no esconder nada hizo que supiéramos que esta era una posibilidad. No somos delincuentes, no somos narcos y eso lo saben. En este momento deben estar peritando mi teléfono y encontrarán información sobre intercambios de información y no van a encontrar nada que tenga que ver con la venta de marihuana ni de aceite. Van a encontrar información de familias que padecen enfermedades y a las que se les ha dado aceite. Esta es una red de salud pública que está en la ilegalidad gracias al Estado.

Nosotros somos parte de una red que se creó porque el estado está ausente y la ley recientemente creada es una pantomima para frenar el reclamo. Tiene limitaciones graves que protege dos negocios: el de los grandes laboratorios y el de los narcotraficantes.

Nosotros somos una familia que tiene una hija con una encefalopatía crónica grave, por la que está siendo tratada con aceite de cannabis y gracias a esta medicina ha logrado mejorías, por ejemplo a nivel cognitivo

- ¿Qué te implica ser criminalizado en calidad de miembro de Mamá Cultiva como militante de esta causa?

Es terrible que vengan a tu casa, de den vuelta todo y te saquen un aceite que es la calidad de vida de tu hijo. Se llevaron las cepas que sirven para el tratamiento de mi hija, para aliviar un padecimiento del que el estado no se hace cargo. Hace dos semanas hice el formulario para pedir el trámite “de uso compasivo”, para que me recetaran el aceite de Charlotte. La respuesta fue “acá no hay nada, no han mandado nada”. Entonces no tengo otra posibilidad que cultivar para producir el aceite de mi hija.

De mi casa ha salido mucha cantidad de aceite que jamás se vendió, se le ha regalado a gente que lo necesitaba. Ellos son todos los que nos apoyan por las redes, que se solidarizan y que nos alientan.

- ¿Cuán importante es el papel de Mamá Cultiva en esta lucha y las luchas colectivas?

Es una organización que apunta a difundir información, capacitar y sin apuntar a ningún tipo de lucro. Que a un miembro de esa organización sea criminalizado, que tenga la incertidumbre de no saber si mañana va a la cárcel y que al mismo tiempo tenga que afrontar la enfermedad de un hijo que no se sabe cómo va a evolucionar, es tremendo. Yo no sé si al día siguiente mi hija va a estar, a toda esa tensión le sumo una causa, citaciones, dinero para abogados y demás.

Mi hija empezó a comer por boca a los cinco días de comenzar con el aceite de cannabis. Sufre un problema de deglución y corremos todos los días de nuestra vida con el riesgo de que bronco aspire. En Malargüe no tenemos ni siquiera los medios médicos para salvar la vida a un niño de una bronco aspiración grave. Eso es lisa y llanamente la muerte de tu niño. En este momento el estado nos está negando calidad de vida.

Hoy estamos volviendo a empezar. Seguramente de otra manera porque esta gente está empecinada en buscar las plantas y perseguirnos. Los narcos están, lucran y viven bien; nosotros tenemos que estar escondidos.

Tenemos un cuaderno de seguimiento desde el 2016 que recoge los avances de nuestra hija y cómo hemos ido cambiando distintas cepas de plantas. A veces las anotaciones son a diario, a veces más espaciadas y todas esas anotaciones son deliberadas luego con el neurólogo

- Por desinformación quizás mucha gente ve en el cannabis a un fantasma. ¿Cuál es el mensaje desde tu lugar?

Que todos esos fantasmas son eso, una mentira. El cannabis es una de las plantas más asombrosas de este mundo: sirve para tratar muchísimas patologías. Desde cáncer, pasando por enfermedades neurológicas o encefalopatías, hasta de estrés. Ese es un gran problema porque detrás de esto está en riesgo parte del negocio de los laboratorios nacionales e internacionales. Ayer me escribió una mujer con cáncer para saludarme, diciéndome que se le terminó el aceite que le había dado y le tengo que decir que no puedo darle más. Esa mujer hoy no se puede levantar de su cama por los dolores y los médicos lo único que le dan es Actron.

Hasta para los llamados “consumidores recreativos”, término que con el cual no estoy de acuerdo, ya que creo que también hacen un consumo medicinal, es preferible el autocultivo, antes que comprar veneno a un narco.

Hoy más que nunca repito: el que denuncia a un cultivador está apoyando al narcotráfico y las fuerzas de seguridad que se encargan de llevar a cabo todo esto, en cierta manera también están haciendo eso.

Más allá de que un allanamiento sea difícil de sobrellevar, de que sea muy violento ver tu casa llena de militares, nosotros nos vamos a levantar y seguir peleando. En pleno allanamiento les dije que no les pesara porque uno ya nació perseguido. A mí la Gendarmería me sacó de la cuna cuando no tenía un año porque acusaban de terrorista a mi papá. Cuarenta y pico de años después la historia se repite, cuando mi hija los miraba yo me decía “seguimos en lo mismo”.

La gendarmería hizo campaña todo el verano para que la gente denuncie a los cultivadores y llegan como héroes a buscar plantas que nunca encontraron. Para el juez es un papelón y para el estado una vergüenza. Se llevaron semillas que son el alivio de mucha gente. No solo perjudicaron a mi familia, sino a muchísima gente. Se llevaron más de 600 semillas que eran el bienestar de muchos enfermos. Estamos muy tristes pero no caídos, vamos a seguir luchando hasta lograr que la gente entienda que estamos tomando la salud en nuestras manos.