Desde el 20 de septiembre hasta diciembre se encuentra en la Ciudad de Buenos Aires la muestra de realidad virtual de la cantante, que ya pasó por Tokio, Londres, Los Ángeles, DF México y Barcelona.
Miércoles 27 de septiembre de 2017
La muestra “digital” de Björk, se desarrolla como continuación o una extensión de su último disco, Vulnicura, como un registro simbólico del dolor, desde su ruptura amorosa hasta la sanación.
En grupos de menos de veinte personas se recorremos la muestra, que dura más de una hora, pasando por diferentes salas. Si bien la organización de la muestra y el montaje es bastante descuidado, el contenido del recorrido hace que olvidemos las incomodidades.
La primera de las experiencias es el contacto con la aplicación educativa creada por la artista para su disco anterior Biophilia. En una mesa llena de tablets, podemos explorarla.
Contando con la participación de científicos, académicos, profesores y estudiantes, Biophilia educational proyect (http://biophiliaeducational.org/), se basa en desarrollar la creatividad como herramienta de enseñanza e investigación. La unión entre la música, la tecnología y lo natural se hace presente. Jugando se pueden crear sonidos, ver videos, explorar la aplicación donde se desarrollan conceptos de la naturaleza, “estructura del ADN”, “fases lunares”, etcétera.
Una vez explorada la aplicación, nos dirigimos a la siguiente sala para sumergirnos en la realidad virtual. En una sala de negras paredes, hay 18 banquetas giratorias donde se apoyan los cascos de realidad virtual. Luego de las indicaciones correspondientes de la guía, al ponernos el casco y los auriculares experimentamos “Black Lake”. En este video dirigido por Andrew Thomas Huang, la podemos ver en una cueva natural, cantando, sufriendo. Damos vueltas para todos lados para recorrer el video y seguir a Björk .
Luego de esos intensos diez minutos, si no hay ninguna complicación pasamos a la siguiente sala. La dinámica es igual, agarramos los cascos, auriculares y; a la realidad que nos propone la artista islandesa. En un atardecer en una playa inhóspita de Islandia, Björk canta, te recorre, te susurra al oído. Un video mucho más brillante que el anterior, con claros colores.
La siguiente sala, vemos dos experiencias muy distintas. Por un lado, a Björk con una máscara impresa en 3D, realizada por Neri Oxman, registro de la presentación que realizó para la inauguración en Tokio. Dinámico y muy colorido. La otra experiencia, nos lleva a introducirnos en la boca de la artista en un video 360.
Desde la oscuridad de las cuevas, el recorrido por la experiencia virtual va llegando a su fin, con más colores. Luminosa y brillante, la última propuesta es increíble, podemos flotar en ella.
A los elementos anteriores, casco y auriculares; se le suma los controles para mover las manos y nos encontramos de pie. Un avatar transparente de la cantante, en tamaño real con el cual podemos interactuar. Inmersos de magenta, podemos abrazarla, coser y mover nuestras manos, sanando sus heridas.
La vemos como una diosa, en un camino espiritual.
Björk Digital permanecerá hasta el 30 de diciembre en Bajo Autopista, Dique 0, frente a la Usina del Arte (Agustín Caffarena 1, La Boca, CABA), de martes a jueves de 14 a 19, los viernes de 12 a 21 y los sábados, domingos y feriados de 10 a 21, con entrada gratuita.
Carmela Torres
Nació en Gran Buenos Aires en 1987. Militante del PTS y miembro de Contraimagen. Licenciada en Artes Visuales de la UNA y maestranda en Artes Electrónicas de la UNTREF.