El pasado 22 de junio se llevaron adelante las elecciones para Junta Interna y cuerpo de delegados en la Comisión Nacional de Energía Atómica. Con el 39% de los votos a la lista Marrón-Naranja-Violeta se expresó un amplio rechazo a la política de la actual conducción y su integración a las autoridades y el gobierno nacional.
Martes 28 de junio de 2022 19:58
No fue una elección más la que se llevó a cabo en los distintos centros atómicos de Buenos Aires el miércoles pasado. Con el 39% de los votos totales y el 47% en el Centro Atómico Constituyentes, el crecimiento de la oposición referenciada en la lista Marron Naranja Violeta es un fuerte impulso para el desarrollo de una política alternativa a la de los acomodos, el carrerismo y el “sálvese quien pueda”. Es también la expresión de la necesidad de recuperar las asambleas y de que los sectores tengan voz y voto a través de sus propios delegados. Entre los trabajadores de la CNEA, como en el conjunto de los estatales, se percibe la bronca por las promesas incumplidas del gobierno del Frente de Todos. No solo no se recuperó lo perdido con Macri, sino que, tal como dicta el FMI, los salarios siguen corriendo por detrás de la inflación. La complicidad de UPCN y ATE, quedó a la vista de todos los trabajadores y fue uno de los comentarios que más se escuchaban en las recorridas por los sectores durante la campaña.
Desde la Agrupación Marrón Clasista venimos planteando la necesidad de recuperar el sindicato como herramienta independiente de los gobiernos y de las autoridades. Ya en el año 2019 dimos un paso fundamental poniendo en pie por primera vez en muchos años, una lista opositora a la conducción de la 31 de Mayo-PCR. En aquel entonces conformamos la lista Multicolor que cumplió un rol destacable denunciando que quienes desde los puestos sindicales promovieron el “hay 2019” (y militaron junto a UPCN la campaña de Alberto Fernández) se disponían a liquidar toda independencia del sindicato respecto del gobierno. Luego del impasse otorgado por la pandemia y la demora presidencial en sacar a los funcionarios ajustadores del macrismo, desde la conducción de la Junta Interna, no tardaron en traicionar los mandatos de asamblea y se acomodaron finalmente en los puestos gerenciales de la CNEA. No contentos con eso, liquidaron las asambleas y los cuerpos de delegados, llevando al sindicato a una parálisis total, haciendo crecer el malestar y la bronca entre los trabajadores que seguimos sufriendo la inflación y el deterioro de los salarios.
En este 2022 reforzamos este polo de independencia política con la conformación de la lista Marrón-Naranja-Violeta, impulsada por el “Frente de Unidad Lucha y Asamblea en CNEA” que conformamos junto a las agrupaciones “Alternativa Estatal”, “ATE desde Abajo” y compañerxs independientes, logrando duplicar los votos con una intensa campaña que recorrió cada lugar de trabajo. Encabezada por mi compañera Jimena Puga, delegada del sector de calidad, nuestra lista impulsó candidatos que fueron votados como delegadxs en sus sectores, expresando un síntoma importantísimo de autoorganización desde las bases. Un método por el que seguiremos peleando con más fuerza en cada centro atómico. Y que junto a las asambleas generales democráticas de afiliados y no afiliados, es opuesto al de las listas “sábanas” y los sindicatos vaciados que promueven las conducciones burocráticas.
Particularmente en el Centro Atómico Constituyentes, logramos una enorme adhesión quedando a 12 votos de la lista oficialista y ganando con comodidad en la urna de adherentes. Este resultado ajustado deja en evidencia lo antidemocrático del estatuto de ATE que deja sin representación a las minorías y desconoce a los delegados realmente votados en los sectores.
En sí mismo, el resultado general muestra que hay fuerzas dentro de las filas de los trabajadores nucleares para seguir peleando por la recomposición salarial, el pase a planta de todes (contratados y tercerizados) y por recuperar el sindicato como herramienta de organización para enfrentar el ajuste.
Los debates seguirán abiertos y con mayor vigencia. Los estatales que desarrollamos nuestro trabajo y conocimiento en el sector de la energía nuclear y sus aplicaciones, tenemos por delante una discusión sobre qué tipo de desarrollo tecnológico necesitamos en Argentina ¿Al servicio de qué clase? Hasta aquí, los gobiernos de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos han demostrado, mediante tarifazos y subsidios millonarios, que su objetivo es garantizar la ganancia de un puñado de empresas privatizadas que dominan el sector energético mientras 17 millones de personas viven en la pobreza. No puede haber autonomía tecnológica ni soberanía energética bajo los dictámenes del FMI y las potencias mundiales. Necesitamos discutir nuestra propia salida en unidad con quienes salen a luchar por sus derechos como lo están haciendo los trabajadores del neumático o los movimientos sociales que reclaman trabajo genuino. Nuestra alianza estratégica es con ellos, y por eso desde la Marrón impulsamos la pelea por la reducción de la jornada laboral para repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. Con estos sectores nos sumaremos a la movilización que están preparando el Frente de Izquierda Unidad junto a decenas de organizaciones sociales y políticas, el próximo 9 de Julio a Plaza de Mayo, contra el pacto con el FMI y en apoyo a todas las luchas.
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Llamamos a todos los trabajadores a redoblar la organización y la pelea para recuperar nuestro salario, terminar con la precarización laboral y poner nuestro conocimiento y desarrollo tecnológico al servicio de las necesidades del pueblo trabajador y no de los capitalistas.