25 millones de habitantes de Nueva Delhi entraron este martes en un toque de queda nocturno. India registra la tasa más alta de positividad desde el inicio de la pandemia. Medidas represivas y problemas con las vacunas.
Martes 6 de abril de 2021 12:56
La ciudad capital india de Nueva Delhi impuso a sus 25 millones de habitantes un toque de queda nocturno a partir de este martes, un día después de que India registrara más de 100.000 casos de coronavirus en un día por primera vez desde el inicio de la pandemia.
El Gobierno de la ciudad dijo en un comunicado que el "aumento repentino de casos de Covid-19" y la "alta tasa de positividad" de las pruebas de coronavirus que se realizan hacen necesaria la imposición de un toque de queda de 22 a 5.
Sólo las personas que presten servicios considerados esenciales o que se dirijan a los centros de vacunación podrán circular durante el toque de queda.
Nueva Delhi registró 3.548 nuevos casos en las últimas 24 horas. Por su parte el estado más rico del país, Maharashtra, que incluye a Bombay, decidió el domingo adelantar de las 20 a las 19 el toque de queda en vigor, aplicar un confinamiento los fines de semana y sumar las oficinas privadas al cierre de centros de esparcimiento y deportivo.
Este tipo de medidas de carácter represivo se han puesto en funcionamiento en varios países sin tener ningún efecto claro sobre el control de la pandemia. El objetivo es restringir el movimiento de millones de personas bajo el argumento de que el aumento de contagios es responsabilidad individual de los habitantes. Sin embargo, en los hechos esas mismas personas que están confinadas durante las noches, y se arriesgan a ser multadas, amedrentadas o perseguidas por la Policía, salen cada día en masa a trabajar y se ven obligadas a tomar transporte público abarrotado donde tienen una alta probabilidad de contagiarse.
En definitiva, la gestión represiva de la pandemia, mediante estados de sitio o toques de queda nocturnos, es una forma punitivista de seguir privilegiando las ganancias de los empresarios, aún en ramas no esenciales, por sobre la vida de las y los trabajadores.
El coronavirus infectó a 12,7 millones de personas en India, un país de más de 1.300 millones de habitantes, y se cobró unas 165.000 vidas.
Este lunes, el Ministerio de Salud del país informó de 103.558 nuevos contagios en las 24 horas previas, una cifra que rompió el récord previo de 97.894 registrado a fines de septiembre pasado.
Crisis de vacunas en un país que las puede producir en masa
El Ministerio de Salud anunció este martes que ya se administraron 83 millones de dosis de vacunas, un número totalmente irrisorio.
India es uno de los países elegidos por varias de las farmacéuticas para producir la vacuna del coronavirus. Siendo uno de los principales fabricantes a nivel mundial, el país solo pudo inocular al 6.7% de su población. Si bien tiene una vacuna de desarrollo local, la misma tuvo que empezar a usarse de forma urgente en personal de la salud cuando aún no estaba publicado el resultado de la fase 3 de las investigaciones.
Este proceso muestra la perversidad e irracionalidad capitalista que privilegia la ganancia de un puñado de empresas farmacéuticas por sobre la vida de millones de personas en todo el planeta.
India, fue junto a Sudáfrica, el país que en octubre pasado presentó ante la Organización Mundial del Comercio un pedido para que se suspendan temporalmente las patentes de la fabricación de vacunas contra el covid-19. Sin embargo, a pesar de ser un pedido apoyado por un centenar de países y hasta por la OMS y Médicos sin Fronteras, los imperialismos europeos y estadounidense, se pusieron a la cabeza de negar la liberación de las patentes para que las vacunas se fabriquen libremente y en tiempo récord.
Esta negativa es la principal responsable no solo de que muchos países no hayan podido aún empezar un plan de vacunación, o que lo hayan hecho en una proporción insignificante, sino que, junto a la extensión de nuevas cepas más contagiosas que la original, amenacen con volver ineficaces a las actuales vacunas, haciendo fracasar el plan en todo el mundo, y generando nuevas olas de contagios, afectando principalmente la vida de millones de personas en los países más pobres del planeta.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario