Jueves 22 de febrero de 2018 10:25
Parece mentira la tapa del diario Folha de São Paulo, con una foto tomada por el fotógrafo Leo Correa de Associated Press, que muestra la acción de miembros del Ejército en Penha, zona norte de Río de Janeiro, que revisan las mochilas de niñas y niños que van a la escuela.
Reproducción: Tapa Folha de São Paulo 21/02/2018 - Leo Correa/Associated Press
Una imagen similar se puede ver en las páginas interiores del diario: una madre abriendo la mochila de su hijo, que no debe tener más de 10 años, para que un militar revise el contenido. Está brutal situación de represión es parte de lo que viven cotidianamente los habitantes de la favela. A las arbitrariedades policiales ahora se suma las que ejerce el Ejército que ocupa la ciudad bajo intervención federal.
Fuente: Folha de SP
Mientras el Ejército se dedica a revisar el material escolar de niñas y niños negros de la favela, los verdaderos criminales, el golpista Temer o los miembros del Congreso brasilero, celebran la intervención federal creyendo que con esta medida conseguirán apoyo popular para las elecciones de este año.
El gobierno golpista y sus aliados utilizan al Ejército contra el pueblo, bajo un discurso de combatir la criminalidad, mientras los verdaderos criminales se pasean por Brasilia donde el presidente compró los favores de varios diputados para poder librarse de las denuncias en su contra y colocó en distintos ministerios a funcionarios con el solo objetivo de ganar el apoyo de diferentes partidos para su política de ajuste contra los trabajadores.
Temer envió la intervención militar a Río de Janeiro y ahora pretende ubicar como nuevo Ministro de Seguridad Pública al mismo general que comando a las fuerzas del ejército brasilero en la ocupación de Haití acusadas deviolaciones a los derechos humanos, abusos y muertes. Además el gobierno golpista busca garantizar que las fuerzas armadas puedan actuar a su placer en la intervención de Río y ha pedido a la justicia que autorice una monstruosa violación de los derechos humanos bajo la forma de “mandatos colectivos de prisión, búsqueda y aprehensión”.
Mientras crean la miseria social que lleva a miles a la pobreza, desempleo, sin tener vivienda o acceso al mínimo para sobrevivir, está casta política roba el dinero del pueblo y ataca a los trabajadores para garantizar los beneficios de los empresarios. Por eso ellos mismos son responsables de la violencia urbana. Después de todo esto, crean una operación represiva contra los más pobres y contra los trabajadores que puedan rebelarse a los ataques de Temer.
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