El país del norte de África es una de las principales rutas de los migrantes que van a Europa. Contrabandistas lucran con la desesperación por llegar a las costas europeas a lo que se suma la posibilidad de ser esclavizado.
Diego Sacchi @sac_diego
Jueves 23 de noviembre de 2017 14:36
Un vídeo difundido por la cadena estadounidense CNN, muestra como un hombre ofrece al mejor postor migrantes que llegaron a Libia buscando cruzar a Europa. “Ochocientos, novecientos, mil, mil cien, mil doscientos. Vendido por 1.200 dinares libios”, celebra el subastador.
Unos 800 dólares han sido suficientes para que una persona sea vendida como esclavo. “Hombre fuerte para trabajar”, asegura el vendedor a los asistentes. La escena, muestra a un grupo de inmigrantes subsaharianos subastados como esclavos en el pasado mes de agosto.
La indignante noticia despertó un inmediato rechazó.
En París cientos de manifestantes, se concentraron frente a la Embajada de Libia. Portaban un letrero que decía: "Poner fin a la esclavitud y los campos de concentración en Libia" y gritaban consignas como "Liberen a nuestro ¡Hermanos! ".
Casi 6.000 personas mostraron su solidaridad con las víctimas de la barbarie capitalista, la miseria, la guerra y la trata de personas. "Estoy aquí porque vi a mis hermanos vendidos en Libia como tomates en un mostrador, vi a mis hermanos asesinados como pollos en una granja y ¡nadie dice nada!" afirmó Viviane que participaba de la manifestación.
#Nonalesclavage ✊✊ pic.twitter.com/9hu85GDQkj
— Mock Dkc (@mock1dkc) 18 de noviembre de 2017
La movilización culminó cuando oficiales de la policía francesa dispararon gas lacrimógeno para dispersar la manifestación.
Otras muestras de rechazo se dieron en el mundo del deporte con gestos como el del reconocido jugador francés del Manchester United, Paul Pogba, que celebró un gol cruzando las muñecas en un gesto que recuerda a las cadenas que atan a los esclavos.
Luego del cierre de la "ruta balcánica" son miles de migrantes que se dirigen a las costas de Libia para lo que tienen que cruzar desiertos, enfrentarse a redes de trata de personas o pasar por zonas en las que hay enfrentamientos armados, en su búsqueda por llegar a Europa.
Allí quedan a merced de las mafias que manejan el tráfico de personas y a los que deben pagar abultadas sumas de dinero para cruzar el Mediterráneo en embarcaciones que son de construcción precaria, parten desbordadas de personas y en muchos casos terminan naufragando.
La crisis en Libia y la disputa entre distintas fracciones por el poder subproducto de la intervención imperialista bajo la careta “humanitaria” y “democrática” para lograr una injerencia directa luego derrocamiento de Kadafi, agudizó la situación donde todo tipo de mafias se aprovechan de los migrantes.
Los gobiernos europeos y de África han dicho que se muestran “indignados” por el trato inhumano para las personas que huyen del hambre, de la pobreza o la guerra y se encuentran con mercados de esclavos, donde pierden todos sus derechos.
También desde las Naciones Unidas, su secretario general, António Gueterres, ha pedido acciones “urgentes” para combatir el tráfico de personas y los abusos que sufren muchos migrantes y refugiados alrededor del mundo. “Es nuestra responsabilidad colectiva detener estos crímenes”, destacó Guterres ante el Consejo de Seguridad.
En Europa, las autoridades de Francia y el Estado español también dijeron estar “profundamente preocupados” y han instado a Libia a dar cumplimiento a la Convención de la Organización de las Naciones Unidas contra el Crimen Transnacional organizado y su protocolo sobre trata de seres humanos.
Lo cierto es que son los gobiernos europeos los que con una creciente militarización y persecución en las fronteras, a la que se suma la islamofobia y xenofobia en países como Francia o Alemania, favorecen el accionar de las mafias que se aprovechan de miles de migrantes que llegan producto de las guerras y la injerencia de las potencias imperialistas contra sus países de origen.
Diego Sacchi
Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.