El Municipio de San Miguel tomó restos de residuos patológicos vinculados a embarazos no concluidos para enterrarlos en un cenizario en el cementerio local con una ceremonia religiosa.
Viernes 4 de octubre de 2019 07:00
En un distrito comandado por el anti derechos de Joaquín de la Torre quien entregó su mando al actual intendente Jaime Méndez de Juntos por el Cambio, hubo un hecho para nada entrañable de parte de quienes gobiernan junto a la iglesia católica. En un “ritual” casi de la Edad Media, realizaron una campaña plagada de pañuelos celestes donde incinerando "fetos" correspondientes a residuos patológicos de abortos espontáneo realizados en el Hospital Municipal Larcade y los enterraron en el cementerio local.
Esta política fue acompañada en dicho ritual por un cura que bendijo a los "querubines de Dios ". Este es el apodo que le da el municipio a los abortos espontáneos. Lo confirmaron a través de un programa llamado "Colibrí" que funciona desde hace un año a cargo de la Secretaria de Salud y Bienestar familiar con la idea del cuidado del niño por nacer, una campaña de los que se dicen "provida”.
Pablo de la torre, quien esta a cargo de esta secretaría y es actual candidato a primer concejal por Juntos por el Cambio, dijo en medios locales que " tenemos este programa de cuidados prenatales y somos el único municipio de Argentina que lo está haciendo".
Estos dichos escasos por parte de De la Torre es la poca información que hay sobre este "proyecto de acompañamiento", acaso el municipio ¿No quiere dar a luz lo que está realizando cuando debería ser público?
Mientras las políticas destinadas a salud son paupérrimas, son pocas quienes pueden acceder a los anticonceptivos, existe una sobrepoblación para poder conseguir un turno en el hospital municipal y en el último invierno no hubo calefacción en el área de maternidad. Aunque el protocolo de la ILE ( Interrupción Legal del Embarazo) se encuentra implementado, cuando una mujer ingresa con hemorragias causadas por un aborto espontáneo , se la obstaculiza, estigmatiza y hasta se trata de "asesina" con el fin de que continué con el plan de gestación.
Hubo despidos en el área de salud el año pasado por no acompañar este tipo de políticas. Dos casos importantes fueron los de Silvina Rodríguez, trabajadora social del Centro de Salud Barrio Mitre, quien fue despedida por articular una interrupción legal de embarazo a una mujer con causa de violación y el de Cecilia Ayala que tras sufrir una persecución fue despedida cuando el municipio encontró un cartel que decía "Ni una menos, vivas nos queremos" que había realizado un grupo de mujeres victimas de violencia en el centro de salud donde ella trabajaba. Hoy se encuentra en juicio con la municipalidad .
Este tipo de prácticas de los anti derechos ya no tienen nada de sorprendentes, las mujeres tenemos que seguir organizándonos para terminar con estas prácticas oscurantistas de la edad media y seguir la pelea hasta conseguir el aborto, legal, seguro y gratuito.