Inflación. “Ir a la verdulería es un lujo”: la transición de los arriba que sufren los de abajo

Mientras Alberto Fernández recibía a Javier Milei para dar comienzo a la famosa transición, los especuladores de siempre hacían de las suyas. Casi a la misma hora en que se difundía la foto de ambos juntos en Olivos, a los comercios de barrio y cadenas de supermercados llegaban listas de precios con aumentos importantes en alimentos.

“La semana pasada compré un paquete de yerba de medio kilo a $1.055 pesos y hoy lo vi a $ a 1.225 y el de un kilo a $2.500. En la leche, también noté que hubo aumentos significativos. En otras cosas, como en la carnicería, ví los mismos precios que el viernes. Que ya igual son carísimos y suben todas las semanas”, la que habla es Ángeles que tiene 43 años, un hijo de 11 y un salario que varía pero ronda los $250.000.

Ángeles es madre soltera y vive en un monoambiente con su hijo. “Pago todos los gastos de la casa y las cuentas ni bien cobro. Y con el resto comemos y tratamos de sobrevivir, pero te digo la verdad: cada vez comemos menos".

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El traslado de los incrementos de las listas de precios no se produjo en todos los productos y comercios de manera igual. Hay comercios en los que en algunos casos se mantienen los precios del viernes antes del balotaje. Pero que, de todos modos, como dijo Ángeles, ya vienen subiendo a un ritmo muy rápido y ganándole a los salarios e ingresos por mucho.

“Ir a la verdulería es un lujo”

Al calor de la crisis y del deterioro de nuestras condiciones de vida, las palabras se resignifican. Resulta que ya ni salir a cenar o comprar algún juguete para nuestros hijos es un lujo, sino comprar cosas básicas. “Ir a la verdulería es un lujo”, le dice Julia a este medio también. “Tengo dos hijos que van a la escuela jornada completa y siempre trate de mandarlos con mucha fruta para que no coman tanta galletitas, pero ahora ya no puedo.”

Julia vive con sus dos hojos y su pareja en un dos ambientes. Ninguno de los dos tiene trabajo en relación de dependencia, lo cual es un problema para un montón de cosas: alquilar, tener obra social. Ni hablar de tener vacaciones o representación gremial. "Mi marido trabaja con su auto y yo hago comida para vender. Hace tiempo ya que venimos achicando gastos, por ejemplo ya no pagamos la prepaga, pero ya no tenemos que más achicar. Compró lo indispensable para comer y así todo no nos alcanza".

Entre los incrementos registrados en las nuevas listas de precios se encuentran: yerba (con un 25 %); papa (con un 25 % también); Coca cola (con un 33%); panificados (con un 20%). Todos incrementos superiores a los estipulados por el Programa Precios Justos, cuyo futuro todavía no se sabe cuál será.

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Si bien, desde la Secretaria de Comercio del Gobierno actual anunciaron la renovación del programa con aumentos que van del 5% al el 12% para lo que queda de este mes y del 8% para el mes de diciembre; varios factores ponen en duda que esos valores se respeten. En primer lugar, porque como ya dijimos las listas entregadas tienen incrementos superiores. En segundo lugar, porque el programa tiene muchas limitaciones como siempre advertimos desde este medio (se encuentra en pocos lugares, muchas veces los productos no están en las góndolas, etc.). En tercer lugar, porque el Gobierno está en retirada. Si los empresarios no lo acataban antes y no tenían ningún tipo de represalía, ¿Por qué lo harían ahora? Y en cuarto lugar, porque Milei declaró en estos días que Precios Justos no iba a seguir . "No hará falta porque no va a haber inflación”, dijo. Aunque al segundo siguiente admitió que “la estabilización en Argentina tardará entre 18 y 24 meses”.

Se vienen tiempos de díficiles. Milei ya anticipó que hará más ajuste para cumplir con el FMI. Hay que poner en pie asambleas y reuniones en lugares de trabajo, estudio, barrio y para organizar la resistencia a la profundización del ajuste y los ataques que se vienen.

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