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Red Internacional
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Entrevista. Irán y la emergencia de una nueva generación juvenil en las calles

La Izquierda Diario conversó con María Constanza Costa, politóloga, docente de la UBA y analista internacional experta en Medio Oriente, para conocer la dinámica y perspectivas de la actual situación en Irán tras el asesinato de Mahsa Amini.

Santiago Montag

Santiago Montag @salvadorsoler10

Sábado 22 de octubre de 2022 10:09

Irán está atravesado por un movimiento de protesta extendido por todo el país que pone en cuestión al régimen de la República Islámica. El asesinato de la jóven kurda Mahsa Amini luego de ser capturada por la policía moral - que fiscaliza que se cumplan las normas de vestimenta islámica según la interpretación del régimen entre otras cosas- por no tener correctamente colocado el yihab, disparó un levantamiento popular liderado por mujeres que resiste a la represión brutal de la policía e incluso de bandas paramilitares como la milicia Bansij que opera vestida de civil. Aún así las calles de distintas ciudades iraníes se convirtieron en campos de batalla contra el régimen.

La represión no logró frenar ni disuadir las protestas, sino que estas aumentaron exigiendo “muerte al dictador”, sumándose más sectores sociales. El mundo ha podido ver las imágenes que llegan a través de redes sociales, esquivan los bloqueos y el espionaje cibernético, de las jóvenes secundarias enfrentando a las autoridades de los colegios, las huelgas docentes, hasta trabajadores de las refinerías frenando la producción (estratégica para el país) en solidaridad con el movimiento. Este proceso se combina con una situación compleja de levantamientos que cuestionan al régimen en los últimos años, principalmente desde que EE.UU. aplicó las criminales sanciones económicas y se retiró del Acuerdo Nuclear lo que ahogó la economía del país. Un ajuste coordinado desde afuera y dentro del país que lo pagan las grandes mayorías trabajadoras y populares.

Para profundizar sobre esta situación hablamos con María Constanza Costa, politóloga, docente de la UBA y analista internacional experta en Medio Oriente.

Las protestas han sido muy fuertes durante días, paralelamente nos llegaron las aberraciones del Gobierno para reprimir las protestas. Contanos un poco sobre eso y qué tipo de demandas sostienen los manifestantes?

Está claro que las protestas que se dispararon por la muerte de Mahsa Amini, fueron catalizadoras de una serie de demandas contra el régimen que en su conjunto representan una impugnación total al propio régimen. Si las consignas que escuchábamos al principio tenían que ver con la condición de la mujer, la frase de “Mujer, Vida y Libertad” a la cual se le sumó inmediatamente la frase de “Muerte al dictador”, hoy vemos que en las calles la demanda es directamente hacia la muerte de la República Islámica. Se están llevando a cabo en Irán una serie de movilizaciones, que pueden presentarse en este momento quizá más focalizadas. Las vemos en las universidades, en los colegios, también sigue fuerte en las calles. Es una situación de la movilización, que quizás es más esporádica, no son tan numerosas, o sea, no son con tanta gente, pero sí, son constantes en el tiempo. Hay una deslegitimación del régimen en su conjunto.

También empiezan a aparecer hechos de otras características. Por ejemplo, uno de los hechos más confusos que sucedió en estos días fue el incendio en la prisión de Evin. Evin no es una prisión más, es un lugar de reclusión para disidentes políticos y opositores al régimen. De hecho, también es llamada la "Universidad de Evin" por la gran cantidad de intelectuales, artistas y académicos contrarios al Gobierno que están detenidos ahí. Fue raro como el gobierno comunicó la cantidad de muertos, primero dijo que eran 40, después rectificó y dijo que eran 4. Luego trascendió que hubo ocho personas muertas por inhalación de monóxido de carbono y más de 61 heridos. Muchos manifestantes consideran que lo que pasó en Evin fue provocado por el régimen para disminuir las protestas como una manera de amedrentarlos. Atacar a los presos políticos, o sea, amenazar con prenderlos fuego o cometer otras atrocidades, es una manera de tratar de disminuir las protestas.

Podés contarnos cómo se está dando este cuestionamiento por abajo que pareciera expresar una ruptura entre la sociedad y el régimen?

El régimen viene siendo puesto en cuestión, hace ya varios años, de diferentes maneras. Empezó a impugnarse en 2009 con las movilizaciones de lo que se llamó el Movimiento Verde, que lo que hacían era demandar o denunciar que había habido fraude en las elecciones que le dieron la reelección a Mahmoud Ahmadinejad y fueron masivas esas movilizaciones. Comenzaron en julio de 2009 se extendieron por nueve meses y cambiaron muchos aspectos de lo que es Irán actualmente; sobre todo en la relación con las redes sociales. Ese sistema de los apagones, por ejemplo, o de bajar la velocidad de Internet empezó en 2009 con esas protestas. Es decir, el régimen ya se veía amenazado por las movilizaciones de ese momento.

Después estuvieron las movilizaciones de carácter más económico, las de 2018 y sobre todo las de 2019 que se dispararon por el precio de la gasolina. En ese momento todavía estaba Hassan Rohani en el poder y las protestas fueron brutalmente reprimidas, dejaron un saldo de más de 1500 muertos según Amnistía Internacional. A eso hay que sumarle también la baja participación electoral en toda la historia de la República de Islámica, que se dio el año pasado con las elecciones presidenciales. O sea, que estas protestas obviamente impugnan al régimen, lo debilitan, pero ya viene siendo puesto en cuestión con mucha fuerza desde 2009.

Existe algún partido dentro del régimen que pueda capitalizar políticamente el descontento hacia la situación?

No pareciera ser que haya un sector de la política tradicional iraní, al menos que vaya a capitalizar políticamente esta situación por el momento. Estas movilizaciones tienen características diferentes en relación a la de 2009, por ejemplo, eran encabezadas por los reformistas, de hecho se llamó la Revolución Verde porque era el color de los reformistas. Hossein Mousavi estuvo a la cabeza de las movilizaciones, él había sido el candidato a presidente de los reformistas y era el que decía que Ahmadinejad le había robado la elección. Él estuvo a la cabeza de las movilizaciones y terminó preso. En las movilizaciones de estos días no se ve el liderazgos políticos en las calles, si bien hay obviamente referentes de los sectores reformistas y de los sectores moderados, como también de los conservadores que apoyan las movilizaciones e incluso apoyan los reclamos de las mujeres; son más bien movilizaciones ciudadanas con grados mínimos de coordinación. Entonces no es que hay un sector claro que esté liderando las protestas.

Hay sectores, por ejemplo dentro del ala conservadora, como es el caso, del exportador del Parlamento Ali Larijani que ponen en cuestión la obligatoria del velo o algunas medidas u otras imposiciones que están basadas en las en las leyes islámicas. También hay algunos clérigos que cuestionan este tipo de leyes o este tipo de disposiciones y así también por ejemplo, hay muchas mujeres esposas de los altos mandos de la Guardia Revolucionaria que se manifestaron en contra. O sea, sectores dentro de la misma élite político-clerical que se manifiesten en contra del régimen o que hagan críticas hay. El tema es que no tienen la fuerza como para establecerse hoy en día como una alternativa de poder, justamente porque es el mismo funcionamiento de la República Islámica el que priva de tener esa posibilidad.

El régimen irani se ha consolidado desde 1979 sobre la base de represión a todas formas de resistencia luego de la Revolución logrando cierta estabilidad interna durante décadas. Como decías lo único que puso en cuestión sus bases estructurales fueron las movilizaciones de los últimos años, cuales son las claves para entender estas rupturas con el régimen?

La clave para entender estas movilizaciones es que están encabezadas por una nueva generación post-revolucionaria. O sea, son los nietos y las nietas de los que hicieron la Revolución de 1979. Si en 2009 los que habían salido a la calle eran los hijos de los que habían hecho la revolución, ahora son los nietos y las nietas; y es una generación que ya no se identifica con los valores de la Revolución Islámica ni tampoco se identifica con la figura del Sha o de su sucesor, el hijo del Sha que reclama el trono. Es más bien una generación que demanda para sí libertades individuales, más oportunidades dentro de su propio país, es una generación muy preparada en términos laborales y de estudio superiores. Entonces, es una generación formada, pero que no encuentra posibilidades de desarrollo dentro de una sociedad que además los asfixia en cuestiones básicas sobre cómo vestir o cómo comportarse en el espacio público. Viven de alguna manera disociados entre su vida en el ámbito privado y su vida en el espacio público.

Los hombres acompañaron a las mujeres en esta lucha porque el trato hacia las mujeres en Irán, esa condición de ciudadanas de segunda no les es ajeno, no lo naturalizan y entienden que un Irán más igualitario y más justo, las tiene que incluir de igual a igual y respetar en sus derechos. Existen grupos de estudiantes obviamente que se organizan, también hay sectores políticos dentro de los moderados, pero como decíamos antes, no hay organizaciones que estén conduciendo este proceso.

Hemos visto que se han disparado huelgas en sector petrolero, estratégico en el país ¿Qué lugar está jugando la clase trabajadora en este proceso?

Paralelamente a las movilizaciones más espontáneas, con demandas diversas o con con demandas que tienen que ver más con lo político también se vienen intensificando demandas combinadas con medidas de lucha que tienen que ver con condiciones laborales y salariales de los trabajadores. Las vemos en diferentes sectores, con mayor fuerza obviamente en el sector petrolero. Pero desde 2019 ya estos sectores se vienen movilizando, obviamente que esto fue suspendido por la pandemia. Pero los reclamos de los trabajadores acompañan o de alguna manera son el telón de fondo de una crisis social, que es más general. Las sanciones de EE.UU. debilitaron la economía iraní. Pero podemos ver que hay dos cuestiones separadas, las protestas de los jóvenes están vinculadas con la falta de oportunidades laborales, económicas de progreso en general. Y ahí es obvio que las sanciones juegan un papel clave. Pero por el otro lado, la falta de libertades es una característica del régimen, es algo que no está directamente relacionado con lo económico, y en lo que el régimen no cede. Esto nos da como resultado una crisis social, que ahora está virando en una crisis que se torna eminentemente política.


Santiago Montag

Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.

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