Isaac Asimov es considerado uno de los 3 autores más grandes de la ciencia ficción nos presenta un futuro donde los robots han formado parte de la vida diaria y siguen a la humanidad en este viaje durante milenios.
Martes 2 de enero de 2018
Isaac Asimov escritor ruso (nacionalizado estadounidense) nació el 2 de enero de 1920 en Petrovichi URSS profesor de bioquímica en la universidad de Boston junto Arthur C. Clarke y Robert A. Heinlein fue considerado en vida uno de los 3 más grandes escritores de ciencia ficción.
La obra de Asimov relata el futuro de la humanidad. Desde empezar a lidiar con los robots y sus 3 leyes (Yo robot) hasta el lejano futuro donde la humanidad ya ha olvidado su sistema planetario de origen (saga de La Fundación) y el desarrollo de las máquinas junto a la humanidad. Robots con sentimientos (El hombre bicentenario) y robots capaces de salvar la humanidad desarrollando la ley 0 de la robótica.
Relata el transcurrir de una sociedad donde en principal dilema es la relevancia y el impacto de las máquinas en las relaciones personales y el surgimiento de las relaciones humano-máquina sapiente y cómo éstas dan rumbo a la historia de la humanidad.
El futuro tecno optimista de Asimov plantea una sociedad donde las maquinas con inteligencia se integran para formar parte de ella durante milenios. Las interacciones máquina humano están reguladas por un conjunto de reglas de comportamiento conocido como las 3 leyes contenidas en su obra Tres Leyes de la Robótica:
1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
3. Al ser un sistema. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.
Y posteriormente son modificadas al agregar la ley 0 creada por un robot
0. Un robot no puede causar daño a la humanidad o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daño.
Quedando las primeras 3 leyes subordinadas a la ley 0
Su obra es marcada por no tratar la sexualidad en sus personajes y la falta de otras especies inteligentes diferentes de humanos y robots
La razón para no incluir extraterrestres en sus obras es explicada por el propio Asimov en uno de sus libros. En una de sus primeras historias, Homo Sol, la civilización humana entra en contacto con la Federación, compuesta por seres humanoides, que no son humanos. Los humanos, aunque más atrasados en lo tecnológico cuentan con un gran potencial de expansión y aprendizaje.
Esto pareció agradar bastante a John W. Campbell (escritor de ficción a fines de los 1930’s y luego editor de Asimov e impulsor de la Edad de Oro de la ciencia ficción al comienzo de los 1940’s a través de la revista Astounding Science Fiction).
Sin embargo, para Campbell «humano» significaba, por defecto, occidental del norte de Europa. Este enfoque no fue del agrado de Asimov) y para evitar este tipo de conflictos, decidió crear galaxias únicamente humanas, en las que no se hace referencia a razas.
Esta diferenciación, la resumió así Asimov:
A veces me asaltaba la desagradable idea de que esta actitud reflejaba los sentimientos de Campbell a escala, más pequeña, de la Tierra. Me dio la impresión de que aceptaba la superioridad natural de los norteamericanos sobre el resto de la humanidad, y parecía presumir de que los americanos procedían del noroeste de Europa.
No puedo decir que Campbell fuera racista en ningún mal sentido de la palabra. [...] No obstante, daba por hecho que el estereotipo de blanco nórdico era el verdadero representante del Hombre Explorador, del Hombre Intrépido, o del Hombre Victorioso.
Y es que Asimov tenía una visión que chocaba con el nacionalismo estadounidense, superior en lo económico y arrogante portador de la democracia por todo el planeta, y se refleja en otra faceta de su carrera, la historia. En El nacimiento de los Estados Unidos (1763-1816), Asimov desarrolla una visión crítica del origen y las primeras décadas de los EE. UU., como parte de un compendio más amplio de escritos de historia, tanto de su país como del resto del mundo, conocido como Historia Universal Asimov.
Su etapa creadora se vio cruzada por la Segunda Guerra Mundial. La masacre de la humanidad contabilizada en millones de seres humanos victimas del progreso y la tecnología al servicio de la guerra, lo cual impactó seguramente en el contenido de su obra. Por eso, más allá de las maravillas tecnológicas que predice Asimov no logra ver el impacto futuro de las máquinas en los medios de producción. Siendo muy tecno optimista, las actividades productivas son compartidas entre máquinas y humanos por igual sin ser los humanos totalmente desplazados ni las maquinas solo relegadas a actividades repetitivas.
Asimov centra sus escritos en las interacciones personales dejando de lado las relaciones de producción y cómo son afectadas por el surgimiento de algo tan revolucionario como la inteligencia artificial. Tomando así una postura tecno optimista al esperar paz y progreso por el simple desarrollo de la tecnología.
En 1957, el lanzamiento del satélite ruso, Sputnik sorprendió y sacudió la mentalidad nacionalista del pueblo estadounidense, ¿cómo era posible que la URSS se le adelantase a EE. UU. en avances de gran nivel tecnológico?
Se generó una amplia demanda de obras de divulgación científica y su editor lo orilló a dar todo tipo de respuestas, abandonando prácticamente el genero de ficción, y dedicando las últimas décadas de su vida a difundir conocimientos científicos en lenguaje muy sencillo.
A partir de noviembre 1958 en la revista mensual Fantasy and Science Fiction entregó 400 colaboraciones sobre temas científicos, al mismo tiempo que se consagró con su obra Guía de la ciencia del hombre inteligente la cual fue reeditando y actualizando con los últimos descubrimientos hasta 1984, ya bajo el título de Nueva guía de la ciencia. Se calcula en 423 el numero de libros publicados por este prolífico autor.