El último jueves se conocieron los resultados de la interna del partido de derecha que gobierna hace más de una década. Sacó una amplia ventaja, pero fue a votar menos de la mitad del padrón.
Mirta Pacheco @mirtapacheco1
Viernes 27 de diciembre de 2019 22:06
En la madrugada del viernes el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunciaba que ahora espera el apoyo “para lograr el reconocimiento estadounidense de la soberanía israelí sobre el valle del Jordán, el Mar Muerto y todos los asentamientos israelíes en Cisjordania”.
Porque está seguro de "llevar al Likud a una gran victoria en las próximas elecciones y continuaremos guiando a Israel a logros sin precedentes".
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Estas declaraciones elevando el tono ofensivo contra el pueblo palestino, se basan en la victoria sobre otro miembro del Likud, Gideon Sa´ar, que lo había desafiado a ir a unas internas que era por todos conocido que tenía pocas chances de ganar, sobre todo porque Benjamín Netanyahu tiene la llave del control del aparato partidario.
Así fue que obtuvo un 72,5% contra un 27,5% de Sa´ar, pero acudieron a votar la mitad de los empadronados. Fueron a las urnas para definir el candidato de la derecha israelí, el 49% de los 116.048 miembros habilitados para tal fin.
Pero esto no le resuelve al primer ministro la crisis que se abrió a partir de las acusaciones de corrupción y el hecho de que después de las dos elecciones generales (abril y septiembre) ni él, ni Benjamín Gantz de la coalición Azul y Blanca -Kahol Lavan-, pudieron formar gobierno al no alcanzar un acuerdo entre ellos, ni el Likud con el ultra derechista secular Avigdor Lieberman.
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Aunque sí le da un poco de oxígeno y despeja las dudas que había al interior del Likud acerca si Netanyahu seguía siendo el líder más fuerte de ese partido.
Ahora esa formación podrá encarar la tercera campaña electoral en un año, para intentar formar gobierno. Las primeras declaraciones, luego de esta victoria, ya dan cuenta de que comenzó la campaña hacia el 2 de marzo del año próximo.
Por eso volvió a la carga con la amenaza de la apropiación del valle de Jordán y el mar Muerto y por eso insiste con el aval de su socio mayor: Estados Unidos.
Todo esto mientras continúa con el ataque a Gaza, asesinando familias enteras con la excusa de que en sus casas habitan miembros del Hezbollah.
De hecho por anteriores ofensivas contra la Franja de Gaza, sobre todo bombardeos y utilización de franco tiradores, es que la Corte Internacional Penal próximamente se tiene que expedir sobre el pedido de su fiscal general para que investigue las masacres cometidas por Israel como crímenes de guerra.
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