Los crímenes de odio no cesan en el país. De acuerdo al Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT, a la fecha suman al menos 43 en lo que va del 2021, de los cuales 16 mujeres trans han sido víctimas mortales.
Soledad Farfalla Maestra de secundaria, Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase
Miércoles 7 de julio de 2021
Ivonne era estilista en Iztapalapa, diariamente recorría 13 kilómetros desde Nezahualcóyotl para abrir su pequeño negocio de belleza. A sus 32 años fue asesinada el primer día de este mes.
Su hermana Silvia empezó a preocuparse cuando le fue imposible comunicarse por celular con ella. Al no encontrarla en su casa, decidió comunicarse con amigas de Ivonne para saber si ellas tenían información. Al comunicarse con una de ellas, supo que Ivonne había entrado a su estética acompañada de un hombre, después de eso no se sabía más de ella.
Aún más preocupada, se dirigió a la estética para buscar a su hermana. Al llegar Silvia encontró a su hermana amordazada, torturada y asesinada. A sus 32 años, a Ivonne le arrebataron la vida y sus sueños de dejar por completo el trabajo sexual y sostenerse del trabajo en la recién abierta estética.
Ivonne es una más de las mujeres que en este país son asesinadas diariamente, es el rostro de las mujeres cuya expectativa de vida no supera los 35 años, pues su transición en este mundo hetenormado se convierte en un factor de riesgo mortal. Es una historia que no se puede seguir repitiendo, nadie debe morir por su identidad de género, ninguna merece encontrar a su hermana asesinada.
El freno de los crímenes de odio y la conquista de derechos plenos para la diversidad sexual no vendrá de los viejos partidos del régimen. Aunque hoy muchos intenten pintarse de “pro diversidad”, ni ahora ni antes han garantizado el reconocimiento y protección de los derechos de las personas LGBT+.
No vendrá nada tampoco de la administración actual que se codea con partidos ultra reaccionarios como el PES (Partido Encuentro Solidario) o el PAS (Partido Sinaloense), además de mostrarse indiferente ante la brutal violencia que se vive en el país, cuya peor cara viven las mujeres y las personas de la diversidad sexual.
Se vuelve urgente la organización independiente de las personas sexodiversas, para que junto a las mujeres, les trabajadores y el conjunto de oprimidos y explotados, peleemos por un mundo en el que la orientación sexual o la identidad de género no se conviertan en sentencia de muerte, un mundo en el que todes podamos ser y amar libremente.
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