Un día como hoy, pero en 1970 Jimi Hendrix daba cierre al tercer Festival de la Isla de Wight.
Martes 30 de agosto de 2016
Cinco días de rock en una pequeña Isla de no más de 100 mil habitantes, que quedó sumamente superada en capacidad. Se calcula que asistieron más de 600 mil personas para ver participar las mejores bandas de rock de aquel momento.
Jimi Hendrix fue el número principal, pero además tocaron The Who, The Doors, Miles Davis, Jethro Tull, Ten After Years, Joni Mitchel, Donovan, Sly and the Family Stone, Emerson Lake & Palmer, Taste y Gilberto Gil entre los principales artistas y grandes bandas.
Varios críticos consideran que el show del genial guitarrista de Seattle no fue de los mejores que hizo. Sin embargo, fue arrollador; mirandolo luego de 46 años de aquella fecha, que junto al bajista Billy Cox y el baterista Mitch Mitchel en su segunda y última formación, un power trío formidable.
De buen humor y con ganas de halagar al público británico abre con una incendiaria “God Save The Queen” (como lo hiciera con el himno norteamericano en el tremendo e histórico festival de Woodstock un año antes), para rápidamente empalmar con una potente interpretación de la conocida canción Beatle “Sargent Pepper´s lonely hearts club band” y completaría una lista de dieciséis incendiarias canciones entre las que se destacan la muy buena versión del clásico tema de Bob Dylan “All Along The Watchtower”, “Red House” y la demoledora “Purple Haze”.
Ya por esa última etapa Hendrix estaba cansado de las agotadoras giras y buscaba experimentar nuevos sonidos en su estudio de grabación Electric Lady Land Studios que supo construir con su dinero, pero que poco pudo disfrutar por su repentina muerte. Luego de este festival continuaría con una breve gira por Alemania y el 18 septiembre fallece.
Sería su último recital en Gran Bretaña donde supo hacer de su carrera un gran salto a la popularidad, ya que en Estados Unidos no lograba despegar porque no estaba reconocido de la manera que merecía serlo.
La enorme cantidad de jóvenes ingleses y europeos que en general quisieron ver su show no habían conseguido obtener o comprar la entrada del festival. Esto se debía a que varios consideraban que este festival debía ser gratuito y abierto a todo el que quiera disfrutar de un recital rock que hasta ese momento consideraban que no tenía porque ser comercial, ni debería ser un negocio de pocos unos ambiciosos empresarios. Entonces para ver a Hendrix y el resto de los artistas recurrieron a tirar las vallas que separaban a los que ya tenían su boleto del resto. Ninguno de los artistas estuvo en contra de abrir el evento a todo el público, pero los habitantes de la isla prohibieron hacer festivales de esa envergadura durante los siguientes 30 años. Gran parte de esos habitantes eran bastantes conservadores y no era de esperar, porque muchos de ellos se jactaban de ser la isla donde nació la reina Victoria.
Hendrix subió al escenario ya muy entrada la noche, con algunos problemas técnicos hizo gala de su destreza vestido con su psicodélico estilo. Un poco más delgado pero con muchas ganas de seguir adelante. Dando todo de sí a todos, para irse asombrados del virtuosismo de su estilo, de hacer de la guitarra algo más que un instrumento. Incluso los artistas que habían tocado antes se quedaron a ver su show, mezclándose entre el público o en el escenario, y no era para menos.
Mirando a la distancia se puede decir que su recital fue el fin de una época donde el mismo fue víctima del negocio y la ganancia que hicieron con él. Era el fin de la era hippie y el inicio del gran negocio del rock.