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Red Internacional
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REPRESIÓN E IMPUNIDAD POLICIAL. Jornada de protesta en Colombia volvió a repudiar la brutalidad policial

Miles de jóvenes salieron de nuevo a las calles este lunes en varias ciudades del país. El gobierno, mientras hace una gran campaña pacifista, volvió a reprimir.

Martes 22 de septiembre de 2020 01:30

Bogotá fue el principal escenario de una nueva jornada de lucha nacional. Convocada por reclamos económicos y sociales, decenas de miles volvieron a reclamar contra la represión y la brutalidad policiales. Hubo bloqueos de calles en varios puntos de la ciudad y una importante movilización confluyó en la Plaza de Bolívar, en el centro histórico de la capital colombiana.

Miles de jóvenes volvieron a mostrar su bronca contra la impunidad con que actúan las fuerzas represivas avaladas por el gobierno de Iván Duque que les garantiza la impunidad y las alienta a reprimir, como se pudo ver en un twit del ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo: "Vándalos destruyen e ingresan violentamente a una entidad financiera en el centro de Bogotá, lo cual obliga la intervención del Esmad de la Policía para restablecer el orden".

Por su parte, la alcaldeza de la ciudad, que trata de mostrar una imagen progresista y dice estar en contra del uso de la fuerza en las manifestaciones, justificó la represión señalando que su gobierno "respeta la movilización pacífica, pero no admite ningún acto vandálico ni violento". A raíz de un hecho poco claro (las imágenes muestran encapuchados), permitió que intervenga el odiado Esmad, que además de los gases, arrestó manifestantes indiscriminadamente.

Claudia López Hernández, del partido Alianza Verde, asumió el gobierno de la capital colombiana en enero de este año. Aunque es opositora al gobierno neoliberal y represor de Duque, es parte activa y fundamental de una gran campaña destinada a dividir a los manifestantes entre "violentos" y "pacíficos".

Tratan de sembrar la falsa idea de que la policía actúa ante hechos de violencia, cuando en verdad son la excusa (muchas veces provocados por la propia policía o servicios de inteligencia infiltrando las marchas) para reprimir los movimientos sociales.

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También ocultan que la policía y otras fuerzas represivas son fruto directo de la gestión pro para-narco-militar del expresidente Álvaro Uribe, y de la embajada norteamericana como parte del Plan Colombia destinado a la represión interna, no solo de las disueltas FARC, sino de cualquier movimiento de protesta ya sea sindical, ecologista, campesino, estudiantil, etc.

Lo mismo intentó hacer en Cali el alcalde Jorge Iván Ospina, también de Alianza Verde, promoviendo una marcha "Por la Vida" para desviar el objetivo del movimiento que los jóvenes tuvieron bien en claro durante el reciente estallido social cuando descargaron su bronca contra decenas de puestos policiales (CAI). Para este propósito los "progresistas" cuentan con la ayuda inestimable de muchos burócratas sindicales y de otras organizaciones sociales.

La protesta de este lunes en todo el país fue parte del Paro Nacional 21S e incluyó cortes de ruta y marchas en otras ciudades como la mencionada en Cali o en Medellín, donde el ejército mismo salió a la calle a amedrentar la movilización y la policía volvió a reprimir.

El país viene de vivir una semana de estallido social que comenzó el 9 de septiembre pasado, tras el brutal asesinato de Javier Ordóñez a manos de la policía. Ordóñez falleció en un clínica de Bogotá luego de haber sido sometido a varios disparos con pistolas Táser durante su arresto y fuertes golpes dentro de un CAI. El movimiento desatado por semejante asesinato, también mostró la bronca que se viene acumulando en el país desde hace tiempo.

Iván Duque apoyó abiertamente a las fuerzas represivas que, además de gases, balas de goma, palazos, detenciones y bombas de aturdimiento, dispararon fuego real contra los manifestantes matando a 13 jóvenes.

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