La provincia de Buenos Aires invierte miles de pesos en el control digital de los trabajadores mientras continúa la falta de personal, insumos e infraestructura.
Jueves 3 de noviembre de 2016 20:19
El Hospital de Agudos General Domingo Mercante está en terapia Intensiva gracias a las políticas del gobierno provincial. A través del ajuste o atacando al hospital, a sus trabajadores y la población paceña, víctimas del tarifazo y ahora de la implementación del método de control digital.
El control digital es un método de fichar la entrada y salida de los trabajadores. La implementación de este método implicó una inversión de miles de pesos por parte de la gobernadora Vidal. Presupuesta que falta para las necesidades del hospital.
Las malas condiciones en la que se trabaja debido a la poca inversión al hospital por parte del gobierno de la provincia y del Estado nacional dificultan la atención a la población. Junto con la implementación del control digital son muestras del vaciamiento por parte de los funcionarios que quieren responsabilizar a los trabajadores de la situación del Mercante. cuando son ellos así como el gobierno anterior los que lo desfinancian y vacían la salud pública.
El vaciamiento que viene teniendo lugar los últimos años y se profundizó en el último tiempo, involucra, entre otros aspectos, falta de inversión en insumos y aparatología para los trabajadores profesionales de la atención sanitaria.
Esto es grave. Por eso, trabajadores de distintos sectores y turnos del nosocomio reafirmamos que el método de control digital direccionado a un sector de los trabajadores bajo la Ley 10.430 es un ataque a la salud pública.
La falta de personal sanitario, escases de insumo, nueva y renovación de aparotología, sumado a los problemas graves de infraestructura son sin lugar a duda la clave para retractar el estado actual del hospital. Para esto la respuesta es que no hay plata, pero para vigilar y perseguir a los trabajadores sí.
Sabemos que esto no es nuevo. Alcanza con caminar los servicios para ver la atención con personal reducido y mal remunerado que hace lo imposible para poder dar una atención o las salas de espera desbordadas por pacientes enojados, el retraso de los turnos es prolongado y la demanda continua creciendo a la par de las necesidades de la población y de los trabajadores. Lo cierto es que el personal trabaja al límite y en condiciones desgastantes, la capacidad operativa está colapsada y se mantiene a flote gracias al esfuerzo del material humano. La respuesta que da el gobierno ante esto es el control digital.
Esta decisión no es inocente es parte de un plan sistemático de tirar abajo la salud pública en pos de los negociados. La organización y lucha de los trabajadores es la única salida.