A pesar de la “intervención” del Banco Central, consistente en entregar todos los dólares que “el mercado” le demande para frenar la suba de la divisa extranjera, ésta pasó de 22 a más de 23 pesos. Una devaluación de casi el 10%.
Viernes 4 de mayo de 2018
La política económica del gobierno derechista de Macri viene provocando en los últimos días un nuevo golpe a las reservas que perdieron unos 1200 millones de dólares (y suman casi 7000 desde marzo), una fuerte devaluación del peso, y un nuevo aumento de la deuda pública por medio de la suba de las tasas de interés a niveles siderales para intentar retener a los capitales asegurándoles más ganancias.
Si bien el peso ya se encuentra presionado por la suba de las tasas de interés en Estados Unidos que tienta a los capitales a pasar sus posiciones a la moneda norteamericana y migrar al norte, las causas mayores de la fuerte devaluación ocurrida este jueves están en la política económica.
Eliminación de todo tipo de control a la entrada y salida de divisas (tras más de dos años de gobierno recién en abril se aplicó un mínimo impuesto a la renta financiera del 5% sobre posiciones en pesos y 15% en dólares para inversores extranjeros); montaje de una bicicleta financiera para atraer capitales que luego se fugan acrecentados; equiparación de las tarifas de los servicios públicos y los combustibles a los precios internacionales; endeudamiento monumental del Estado que puso a la Argentina en el 5to puesto mundial de países que más deuda tomaron en el último período (y el 2do de Latinoamérica).
A eso agregar una fuerte devaluación del salario real por la vía de una fuerte inflación (y en menor medida un aumento de la desocupación) que supera el 25% anual mientras los trabajadores (en blanco) reciben aumentos salariales de apenas 15% para lo cual cuentan con la abierta traición de la burocracia sindical colaboracionista del gobierno.
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Esas son las principales medidas económicas con las que el gobierno antiobrero y antipopular de Macri viene armando un coctel perfecto para garantizarle ganancias extraordinarias a los grupos más concentrados del capital (capital financiero, agrobusiness, mineras entre otros).
Como señala el economista marxista, columnista de La Izquierda Diario, Esteban Mercatante, “De fondo, lo que se puso en evidencia en estos días, es un talón de Aquiles de la política cambiaria y monetaria (…) El déficit de la cuenta corriente (desbalance comercial, de turismo, pago de servicios de deuda), sumado a la remesa de utilidades y fuga de capitales, forman una sangría permanente de billetes verdes. Si el gobierno pudo solventar todo esto, es gracias la formidable emisión de deuda, del Estado nacional, provinciales, municipales y de empresas, que representó un ingreso de USD 65 mil millones desde que asumió Macri. También a la atracción de capitales. Si bien escasearon las inversiones productivas (Inversión Extranjera Directa), hubo un fuerte ingreso de capitales de portafolio. En total, sumaron USD 27 mil millones.
Esto estaría empezando a escasear, o al menos, a no llegar con igual abundancia. Y esto pone en aprietos los precarios equilibrios de la economía de la era Macri.
(…) no hay política monetaria que valga. Ni vendiendo dólares, ni subiendo las tasas, pudo hasta ahora el BCRA contener la estampida.”
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La situación de los últimos días, que estuvo simbólicamente acompañada por la aparición mediática del odiado ex ministro de economía Domingo Cavallo apoyando la política de Macri, ya trae recuerdos de la última etapa del neoliberalismo argentino de los años ’90 que terminó con la catástrofe económica y el estallido social que se llevó puesto al entonces presidente De la Rúa y otros sucesores en cuestión de días.
La famosa revista yanqui de las finanzas internacionales Forbes, aprovechó para sembrar el pánico y señalar a los inversores que "quizás sea la hora de salir de Argentina". En un artículo especial marcó sus dudas sobre la utilidad de la suba de tasas del gobierno de Macri y apuntó a las tareas "macroeconómicas" pendientes. "Los inversores todavía quieren ver crecimiento y Argentina no logra producirlo".
Como se puede imaginar esto significa un ajuste en toda la regla, mucho mayor del que ya viene haciendo Macri en cuanto a bajar el salario real, aumentar la productividad, reducir el gasto fiscal, etc. Recetas del tipo "terapia de shock" como viene pidiendo Cavallo (entre otros representantes del gran capital) desde que asumió Macri en 2015.
Mientras tanto, los trabajadores y el pueblo pobre (incluyendo un importante sector de clase media) siguen pagando los costos de esta fiesta de los ricos, de los grandes grupos económicos y financieros que tienen en Macri a “su” gobierno para saquear el país a su antojo.