Patricio Barros Cisneros fue sometido a torturas y asesinado en la Unidad 46 del Servicio Penitenciario Bonaerense, el 28 de enero de 2012. La familia de Patricio, fue representada por abogados del CELS, quienes junto al Ministerio Público Fiscal, pidieron la pena de prisión perpetua para Rodrigo Emidio Chaparro, Gerardo Rodolfo Luna, Claudio Javier Keem, Juan Manuel Liberto, Miguel Víctor Gallego y a Héctor Aníbal Mario por los delitos de torturas seguidas de muerte. Lo que le sucedió a Barrios Cisneros se repite a diario en distintos lugares de encierro de todo el país, pero son muy pocos los casos que llegan a juicio.

Gloria Pagés @Gloria_Pages
Martes 5 de mayo de 2015
Los abogados del CELS alegaron que el caso de Patricio se trata de una grave violación a los derechos humanos. Y resaltaron que cuando se trata de violencia institucional, el Estado tiene la obligación de investigar la responsabilidad de los funcionarios involucrados y garantizar justicia a los familiares.
Durante el juicio quedó en evidencia que los responsables de encubrir el asesinato de Patricio no son solo los imputados. Los testigos señalaron a los altos mandos de la Unidad 46 y del complejo penitenciario como responsables de las presiones y amenazas para que ellos testificaran a favor de la inocencia de los imputados y sostuvieran una historia falsa. Los abogados del CELS, además, solicitaron que se impulse la investigación respecto de los entonces jefes de Unidad por el delito de encubrimiento agravado.
Una historia que se repite en las unidades penitenciarias
Para encubrir la violencia institucional que sufren las personas detenidas, los involucrados y los encubridores acuden al clásico “que parezca un accidente”. Cuando apareció sin vida el cuerpo de Patricio en la Unidad 46 de San Martín, la versión penitenciaria sostuvo que se había golpeado la cabeza contra las rejas hasta morir de un paro cardiorrespiratorio, después de intentar agredir a un penitenciario que se defendió. Los familiares de Patricio reclamaron justicia, y durante cuatro meses sostuvieron el corte del Camino del Buen Ayre, hasta que detuvieron alguno de los hoy imputados. Mientras Mario, Benítez, Luna y Chaparro continuaban prófugos.
Barros Cisneros fue salvajemente asesinado por el solo hecho de reclamar un lugar apropiado para recibir a su esposa embarazada, y por ser hermano de Diego, amenazado por haber denunciado al SPB por encargar salidas para robar. Los penitenciarios se negaron a otorgarle lo que solicitaba. Entre ocho y diez penitenciarios comenzaron a golpearlo, lo patearon, esposaron y arrojaron gas pimienta. Todos los testigos coinciden en la brutalidad con la que le pegaron desde que comenzaron hasta que Patricio murió, entre 6 y 15 minutos después. Durante la golpiza se fueron sumando agentes penitenciarios. Uno de los golpes le hundió el globo ocular dentro del cráneo. Todo esto ocurrió en un pasillo, a la vista de todos. Así murió Patricio Barrios Cisneros, a la vista de todos.
Los agentes afirmaron que el joven se había suicidado, pero esta versión “oficial” fue desmentida por testigos y por los golpes que el joven tenía en su cuerpo que fueron descriptos en la autopsia.
El caso de Barros Cisneros fue tomado por el CELS y la Comisión Provincial por la Memoria solicitaron medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque en las tres unidades (46, 47 y 48) la grave situación habían producido varias muertes. Mientras la familia de Barros Cisneros seguía con sus convocatorias a protestar frente al penal y al corte del Camino del Buen Ayre.