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Red Internacional
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DESCOMPOSICIÓN SOCIAL. Jujuy: murió un niño por una pelea entre barrabravas

En un barrio obrero de Libertador una de las tantas peleas entre facciones de San Francisco Bancario terminó con la vida de un nene. La familia denuncia zona liberada por la Policía.

Lunes 24 de octubre de 2016

El miércoles 19 a la noche un enfrentamiento entre facciones de la barrabrava del Club San Francisco Bancario se cobró la vida del niño Hernán Anchorena, de once años, en el barrio 18 de noviembre de la localidad jujeña de Libertador. Una “bala perdida” impactó en la cabeza del pequeño mientras jugaba al futbol a una cuadra de su casa.

Hernán estuvo casi dos días internado en el Hospital de Niño, pero no resistió una operación. La familia del niño conversó con La Izquierda Diario y denunció que las peleas entre la barrabrava son habituales en la zona y que frente a eso el Estado no hace nada.

El hecho se produjo en un rápido cementado que marca el límite entre el Barrio San Francisco y 18 de noviembre. No es la primera vez que en la zona hay violentas peleas entre barras de Bancario. Los Roys, el grupo Apoyo, Los Chaguancos del Tablón y Los Mongos suelen agarrarse a trompadas, cascotearse y hasta llegaron a tirotearse. Hasta llegó a naturalizarse en esos barrios la fricción permanente por ver quién domina el territorio y las tribunas. Pero sí es la primera vez que una de esas disputas se cobra una vida.

La Izquierda Diario se hizo presente en el velorio de Hernán Anchorena y conversó con su madre, Carina Panique. Junto a ella estaba Carlos, el papá de Hernán, quien agradeció la cobertura periodística pero prefirió no hablar. Carlos es obrero municipal y Carina ama de casa.

Sobre los hechos, Carina dijo que “estaba jugando a la pelota en el barrio 18 de Noviembre, al frente y en diagonal de donde vivimos, eran las 22:30 del miércoles. Cuando las barras se estaban apedreando y tiroteando justo a él le llegó una bala que le fracturó el cráneo. Estuvo casi dos días internado en el Hospital de Niño pero no resistió la operación.

La indignación de la comunidad es grande y se movilizaron pidiendo justicia, ¿no?

  •  El viernes hicimos una marcha con sus compañeritos de escuela, maestros, directores de escuela, familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo del municipio, de mi suegro y mi marido. Las maestras nos apoyan, quieren que sigamos haciendo marchas, para que este crimen no quede impune.
    Cuando enterremos a mi hijo vamos a seguir haciendo marchas porque yo quiero que haya justicia. ¿Quién me devuelve ahora la vida de mi hijo? Nadie. Por eso no quiero que a nadie más le pase lo que nos ocurrió a nosotros.

    ¿Las peleas entre la barra de Bancario son habituales?

  •  Siempre se pelean, hacen tiros a cualquier hora, no les importan si hay niños o familias. La policía nunca hizo nada. Tuvo que ocurrir este asesinato para que recién ahora la justicia abra los ojos. Nosotros no vamos a parar hasta que se esclarezca este asesinato y haya justicia.

    Uno de los factores que determinan la existencia de las barrabravas es lisa y llanamente la descomposición social, producida por las escasas expectativas de futuro de la juventud pobre, por el fracaso y la deserción escolar y por la precarización laboral, la pobreza y la indigencia.

    Y otro factor de peso es la funcionalidad que tienen esas barras para quienes detentan el poder, sean empresarios, policías o políticos tradicionales que gobiernan para las clases dominantes y se valen de esas barras para defender sus privilegios y riquezas.

    Por ejemplo, gran parte de la barra del Club Bancario durante décadas fue dirigida por un puntero del diputado pejotista Marcelo Llanos. Quien en sus años como Intendente de Libertador se apropió de grandes lotes, para este hecho de corrupción conto con el aval de los entonces concejales Oscar Jayat, actual intendente, y Jorge Alè, ex intendente. En uno de estos terrenos, la feria de Libertador, los barras les cobran el piso a los feriantes y hacen de capataces de cuadrillas de barrenderos.

    También, vale recordar, que la mayoría de las facciones de la barra de Bancario participaron activamente las movilizaciones convocadas como los “Abrazos solidarios a la empresa Ledesma”. Estas marchas eran organizadas allá por los años 2012 y 2013 por el administrador del complejo agro industrial, Federico Gatti. Este se proponía contrarrestar la opinión publica generada por los juicios de lesa humanidad, recién iniciados por aquellos años en Jujuy, y limpiar de “culpa y cargo” a Carlos Pedro Blaquier, responsable de operativos represivos de fuerza militares y paramilitares en la región, ocurridos durante la última dictadura y conocidos como “los Apagones del Terror”.

    La población de estos barrios de Libertador es mayoritariamente obrera y guaraní. Las familias que hoy viven en 18 de noviembre y San Francisco antes habitaban los lotes del Ingenio Ledesma, y recién se trasladaron a Libertador en la década del 70’, cuando el sindicato azucarero combativo exigió al gobierno provincial de Snopek y a la empresa del genocida Pedro Blaquier para que se construyeran 5.000 viviendas para obreros, en lo que se dio en llamar Plan Fil.

    Si bien el intento de los poderosos siempre fue desarticular los lazos de solidaridad entre la clase trabajadora (las barrabravas no son otra cosa que un subproducto de esas políticas reaccionarias) la unidad del barrio se expresó en el dolor y la indignación que motorizó la marcha del viernes 21 en reclamo de justicia para el niño Hernán Anchorena.

    Maestros, niños compañeros de escuela, trabajadores municipales, compañeros de trabajo del padre y abuelo de Hernán, vecinos de la familia, parientes y amigos se movilizaron apenas enterados del fallecimiento del niño por las calles de Libertador. El pedido expreso por que se esclarezca este crimen surge de las entrañas de un pueblo trabajador que no quiere impunidad.