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Red Internacional
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EL CASO DE DANIEL MORA Y DE JULIO GUZMÁN. Jurado nacional de elecciones permite la participación de agresores de mujeres en las próximas elecciones congresales

Hace poco se tuvo conocimiento que el ex general, Daniel Mora, uno de los candidatos más ranqueados del partido Morado para las elecciones congresales del próximo domingo, estaba denunciado por agredir brutalmente a su esposa el año pasado. Esta candidatura hace aguas al discurso pro mujer que sostiene este partido.

Miércoles 22 de enero de 2020

Foto: El Comercio

Hace poco se tuvo conocimiento que el ex general, Daniel Mora, uno de los candidatos más ranqueados del partido Morado para las elecciones congresales del próximo domingo, estaba denunciado por agredir brutalmente a su esposa el año pasado. Sin embargo y a pesar que su esposa ratificó la denuncia, el Jurado Nacional de Elecciones se niega a sacar de carrera a este personaje, quedando demostrado que mas allá de la retórica pro mujer del Gobierno y de algunos partidos liberales, la violencia contra las mujeres sigue teniendo como mejor aliada a las instituciones del Estado.

En estos últimos 5 años el movimiento de mujeres llenó las calles de diversos países del mundo. La lucha contra los feminicidios al grito de #NiUnaMenos y por el derecho al aborto no punible bajo el slogan de que #SeaLey, gracias a la fuerza de la Marea Verde en Argentina, han logrado imponer en el debate político el tema de la lucha contra la violencia hacia las mujeres. En el Perú este movimiento no estuvo ausente y despertó grandes movilizaciones en rechazo a la violencia que padecen las mujeres, lo cual se evidencia con mucha claridad en el incremento sistemático de víctimas de feminicidio y de agresiones brutales que reflejan lo arraigado que está en nuestro país la cultura patriarcal.

Por esas razones, ahora que estamos a puertas de un proceso electoral para cubrir la representación en el parlamento de la República, el tema de la violencia contra las mujeres cobra relevancia una vez más. En ese entender, entre los partidos al servicio del régimen y el status quo se han dividido las aguas: unos se han mostrado en contra del movimiento, desplegando una serie de campañas de abierta misoginia amparados en la lucha contra una supuesta ideología de género y los otros, oportunistamente, hoy reivindican muy a su manera la lucha de las mujeres como es el caso del Partido Morado de Julio Guzmán y Daniel Mora, quienes en los últimos días se han visto involucrados en escándalos mediáticos relacionados precisamente a la violencia contra las mujeres.

La mediatización de la denuncia que interpuso la esposa de Daniel Mora por violencia física en marzo de 2019 contra su esposo, un ex general del Ejército Peruano que hoy candidatea a congresista por Lima en el Partido Morado quien es conocido por implementar la Nueva Ley Universitaria y por ser promotor del "modelo de educación chilena", ha puesto en evidencia la doble moral de uno de los partidos políticos que se reivindica "defensor de la agenda feminista" y que en las últimas encuestas figuraba en los primeros lugares de las preferencias electorales tanto para el parlamento como para las elecciones generales y presidenciales del año 2021.

El Partido Morado para salvar este impase y mantener su imagen de “defensor de los derechos de las mujeres” trato de separar a Mora de su condición de postulante al parlamento, sin embargo, cuando las estructuras partidarias se aprestaban a pedir la renuncia del ex general agresor, se puso en evidencia que el Jurado Nacional de Elecciones JNE no podía excluir a este candidato por haber omitido esa denuncia en su hoja de vida.

Esto es muy contradictorio y llama mucho la atención, porque supuestamente la reforma política promovida por este gobierno y sus socios, con la ley de paridad y alternancia iba a promover la participación de las mujeres y por tanto estaba orientada a evitar que personajes con denuncias o sentencias por violencia física y psicológica, feminicidios, abusos sexuales entre otros delitos de esta naturaleza puedan participar como candidatos. Sin embargo, los hechos muestran los enormes límites de esta reforma política que fue anunciada como la panacea, quedando demostrado así que sus efectos solo sirven para la tribuna y que en un sistema basado en la cultura patriarcal este tipo de iniciativas, sino cambiamos las estructuras políticas y económicas de la sociedad, terminan siendo letra muerta que no la cumplen ni quienes las alientan.

El escándalo de Daniel Mora no es el único que enfrenta el Partido Morado. Este último domingo se publicó un informe periodístico en los programas dominicales donde se ve a Julio Guzmán – candidato a la presidencia por este partido para las elecciones del 2021 - salir corriendo de un departamento en Miraflores donde se producía un incendio de proporciones menores, al cual había concurrido para tener una reunión con una militante de su organización, lo cual ha llevado a que se deslice la idea que se trataría "de un hecho de infidelidad a su esposa".

Mientras se transmitía dicho reportaje el líder del partido morado se encontraba dando una entrevista en vivo en otro canal de señal abierta y en la parte final del programa le preguntaron sobre este incidente, a lo cual él respondió diciendo que: "ese era un tema personal y que la única que merece una explicación es su esposa". Frente a esta respuesta, el periodista le dijo: “Entonces ¿para usted lo personal no es político?” Guzmán no supo aclarar esta situación dejando entrever con sus dudas y titubeos que para él la violencia física o psicológica que puedan sufrir las mujeres en sus hogares es un tema que se reduce a la intimidad de la pareja donde el estado ni nadie puede intervenir. Este mismo “argumento” es el que suelen utilizar con regularidad los feminicidas y los maridos agresores.

Las investigaciones periodísticas señalan que estos no serían los únicos casos que tendría que enfrentar el Partido Morado, ya que entre su lista de candidatos al congreso habría quienes tendrían denuncias por violencia familiar y hasta sentenciados. Queda así demostrado, una vez más, las limitaciones de estos partidos de derecha que por una cuestión de oportunismo electorero pretenden colgarse de la ola feminista, así como en su momento lo hicieron de la ola ambientalista y de otras demandas sociales, sin embargo, al final su praxis los termina confrontando y sus supuestas propuestas en favor de conquistar más igualdades y libertades democráticas terminan convertidas en pura demagogia y eslóganes de campaña.