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Red Internacional
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Teoría Marxista. Justicia y violencia en el capitalismo contemporáneo, según Walter Benjamin

Walter Benjamin escribió un denso documento sobre la violencia en 1921. Este documento es clave para comprender las ideas del filósofo judío alemán y alejarse de interpretaciones y exégesis pacifistas sobre su obra. Derrida en "Fuerza de ley" detalló que este documento es esencial para comprender el fundamento místico de la autoridad: la relación entre derecho y violencia.

Sergio Abraham Méndez Moissen

Sergio Abraham Méndez Moissen México @SergioMoissens

Jueves 11 de agosto de 2016

Walter Benjamin es un autor clave del llamado marxismo occidental. Dice Perry Anderson que este tipo de pensamiento deviene de nuevas preocupaciones teóricas que son distintas al marxismo estratégico: son producto de la crisis del movimiento revolucionario en Europa y, además, incorpora preocupaciones sobre el arte y la cultura. Benjamin es leído académicamente de diversos modos.

A Benjamin se le estudia por sus textos sobre literatura, el lenguaje, la memoria y temas del marxismo no estratégico y ha despertado interpretaciones despolitizadas que soslayan las ideas del autor sobre la lucha de clases. Aunque Benjamin nunca fue un militante, sus ideas estaban identificadas con el marxismo y con la lucha de clases: con los oprimidos.

Existe un documento que permite clarificar las ideas del autor de Calle Dirección Única por sobre de las interpretaciones liberales y académicas del autor alemán. El texto es Para una crítica de la violencia.

Benjamin en sus fascinantes Tesis sobre la historia nos explica que existen, en la historia, dos clases que en el combate se manifiestan, más allá del efecto económico (proletario, burgués) y que tienen su contorno por el conflicto, la lucha: los vencedores y los vencidos. Los vencidos llevan siglos enteros de no conseguir una victoria duradera. Los vencedores ganan pero no de modo aplastante como para evitar nuevas resistencias. ¿Qué papel juega la violencia en este conflicto?

Sobre la violencia: revolución y reacción

En 1921, la revolución en Alemania había sido derrotada. Luxemburgo y Liebnecht fueron ejecutados por los socialdemócratas reformistas del SPD. Gustave Landauer fue masacrado al ser secretario de cultura de la república. La URSS recién consolidaba el poder soviético y Lenin buscaba la extensión de la Revolución de 1917 a toda Europa.

Benjamin escribió este documento bajo la influencia de la teoría de Georges Sorel y Ernst Bloch. Si bien Benjamin no estaba relacionado con el ambiente político, este documento constituye una toma de posición frente a la República de Weimar que nació de la derrota de la Revolución de 1918 en Alemania. Para Benjamin el problema del derecho y la violencia era un problema teológico.

El autor de París Capital del Siglo XIX desarrolla la idea de que existen dos tipos de violencia en el capitalismo y que tienen relación con el derecho y la justicia. Benjamin nos plantea que el capitalismo requiere del aparato represivo del estado para el ejercicio de la violencia por métodos legales. El estado puede asesinar a los opositores en defensa del fundamento legal, (el derecho) siempre cuando exista la necesidad del derecho, entonces la violencia es un medio para defender preservar o liquidar el derecho.

Los gobiernos de la burguesía usan la violencia como medio para defender el estado de cosas actual (el derecho positivo) y aunque esta violencia sea moralmente injusta en tanto que es legal puede aplicarse. Por otro lado, los oprimidos en el capitalismo, cuando usan la violencia la usan por fuera de la ley (ilegalidad) a pesar del deseo de exigir justicia: mejores condiciones de vida.

Benjamin concluye que existen dos tipos de violencia claras:
1. La violencia reaccionaria que defiende el orden de cosas existentes y que se aplica para defender el derecho y la legalidad existente y que en esencia es injusta, (violencia, legal, injusta, reaccionaria).

2. La violencia revolucionaria destituyente que, aunque existe por fuera de la legalidad, es más justa que la vista positiva de las leyes (violencia, ilegal, revolucionaria, justa). En última instancia, sostiene que los oprimidos deben desacatar la ley cuando el derecho, a pesar de su legalidad, sea injusto con la preservación de la vida.

La mayor expresión de la violencia revolucionaria es, para Benjamin, la huelga general política del proletariado que por esencia es ilegal, destructora del derecho positivo existente y es, aunque sea ilegal, justa por el derecho a los obreros a parar la producción para resolver sus reclamos. En el contexto del capitalismo actual la reflexión de Benjamin nos lleva a dos cuestiones: el estado capitalista usa la violencia como medio para defender el estado de cosas actual y los oprimidos requieren del uso de la violencia revolucionaria para defender su vida.

Benjamin, entonces, sostiene que el mecanismo decisivo para la justicia de los explotados en el capitalismo es el uso de la violencia revolucionaria. Su crítica se dirigió al modelo socialdemócrata alemán que liquidó a los espartaquistas con los que simpatizaría en sus Tesis sobre la historia. Si la historia del capitalismo es la historia del uso de la violencia de los explotadores sobre de los oprimidos la única forma para derrotar el derecho no es más que el uso de la violencia como legítima: revolucionaria, ilegal, pero justa para los fines de la liberación de las víctimas en el capitalismo.