El 8 de mayo se realizarán las elecciones de renovación de consejeros estudiantiles en las trece facultades, en el marco de una Asamblea Universitaria que ya lleva más de dos años. En algunas facultades también se definirán las conducciones de los centros de estudiantes.
Martes 18 de abril de 2017
El 8 de mayo se realizarán las elecciones que renovarán los consejeros directivos del estamento estudiantil y se definirán las conducciones de los centros de estudiantes en algunas facultades. Estarán atravesadas por importantes debates políticos, en el marco de un fuerte conflicto docente que tiene su epicentro en la provincia de Buenos Aires pero que también atraviesa a los docentes universitarios tucumanos, con la alianza Cambiemosa la cabeza de implementar medidas que atacan al conjunto del pueblo trabajador y con un peronismo que posa de opositor pero que no ha cesado de garantizar que las medidas oficialistas sean llevadas adelante (por ejemplo en el congreso votándole más de 80 leyes ajustadoras, o desde los propios gobiernos provinciales como el de Tucumán).
Las agrupaciones que conforman la “Juventud a la izquierda” -impulsada por el PTS / Frente de Izquierda junto a estudiantes independientesy la agrupación de mujeres Pan y Rosas-se proponen construir una gran tribuna desde donde desenmascarar al conjunto de las autoridades universitarias que hoy se enfrentan sólo para ver quién profundizará el ajuste presupuestario y quien se quedará con mayores prebendas. Estas elecciones serán un recuento propio de fuerzas de quienes se disputan el Rectorado en 2018. Actualmente hay dos grandes bandos. De un lado el actual vicerrector José García, que cuenta con el apoyo de José Cano y Cambiemos. Del otro, la decana de Derecho Adela Seguí, que contaría con el apoyo del alperovichismo.
Se presentará en las cuatros facultades que concentraron el mayor activo de los últimos procesos de organización del movimiento estudiantil: Artes, Filosofía, Cs. Naturales y Psicología. Bajo el lema “nuestra educación vale más que sus ganancias” sostienen quela defensa de la educación pública y el apoyo a los docentes en lucha, tiene que completarse con una fuerte intervención política que batalle por consejeros y centros de estudiantes al servicio de construir un potente movimiento estudiantil autoorganizado, aliado de los trabajadores y del movimiento de mujeres, de manera independiente de todas las variantes burguesas que hacen de la educación su negocio.
Las lucha de las mujeres también en la universidad
Un componente importante de las movilizaciones que se levantan ante cada femicidio exigiendo Ni Una Menos! son estudiantes universitarias.En Tucumán venimos de un gran triunfo del movimiento de mujeres con la absolución de Belén, producto de una lucha que implicó una gran organización y trascendió las fronteras provinciales y nacionales. Este avance del movimiento de mujeresvino acompañada por una enorme reacción oscurantista y campañas persecutorias impulsadas, entre otros, por la Iglesia y los sectores políticos más reaccionarios de la provincia.
Ante esta problemática de magnitud histórica el régimen político de la UNT pretende sostener una doble cara, pretendiendo ubicarse “correctamente” haciendo pronunciamientos o incluso impulsando Observatorios mientras que entrega el conjunto de sus instalaciones y recursos para que esa misma institución retrógrada se organice (como hizo con el Congreso Eucarístico) y preparándose para recibir a Bergoglio a quien premiarán con el Honoris Causa pero haciendo silencio de todo el encubrimiento de este mismo personaje y la institución a los cientos de casos de pedofilia que atraviesa a la Iglesia Católica. Cuando decimos que el estado y los gobiernos son responsables, ademas de los poderes ejecutivo, legslativo y judicial y el conjunto de sus fuerzas represivas, instituciones como la universidad tienen su cuota de responsabilidad.
La destacada participación de Pan y Rosas en estas elecciones tendrá como objetivo conquistar mayor fuerza para impulsar la organización amplia del movimiento de mujeres, para terminar con la injerencia del pensamiento oscurantista en la universidad y fortalecer la lucha por nuestros derechos.
El PO dio un paso atrás (contra el FIT, con los amigos del Papa y de los K)
En este marco estaba planteado dar una pelea de conjunto como Frente de izquierda en estas elecciones y hemos propuesto a los compañeros y compañeras de la UJS-PO presentar listas conjuntamente en base a un programa y un perfil político común.
Lamentablemente plantearon una negativa rotunda a constituir el FIT y priorizaron su alianza con la CEPA-PCR, que además de su histórica política de conciliación con sectores enemigos de nuestros derechos (la Sociedad Rural en su momento, el Papa en la actualidad) vienen en un giro de guiños y confluencias con el kirchnerismo.
Plantearon como argumento central su negativa a un “frente ideológico”. Un planteo totalmente descabellado, en primer lugar porque la propuesta que hicimos es ante todo la de un frente político que, como detallamos arriba, se proponga intervenir con un programa independiente frente a las patas estudiantiles de las principales fuerzas burguesas como lo son la Franja Morada, Rumbo Estudiantil, La Nueva Línea, La Bolívar o la D+. Sin embargo, aunque nadie pretendía saldar los debates estratégicos entre las dos principales fuerzas del FIT mediante un acuerdo en la UNT, es llamativo que tratándose de una intervención en un medio que constituye por definición una usina ideológica (reaccionaria en muchos casos), sean tan reacios a la discusión de ideas.
La “teoría” del “frente ideológico” es un recurso usado a la hora justificar los acuerdos con corrientes estudiantiles que se subordinan a una variante patronal. Actualmente la CEPA (que supo ser de gran apoyo a la oligarquía agraria, como ahora esta virando al campo peronista y papal) o como fue en otro momento con Libres del Sur (que en su larga deriva ahora parecen ir detrás de Sergio Massa). Como si todo diese lo mismo. Luego, la “unidad de los que luchan” luego no pasa el test ácido de las luchas.
No explicitar la adhesión al FIT es ceder al ‘confusionismo’ de las agrupaciones que se presentan como independientes, aun cuando pertenecen a una fuerza nacional, y una concesión al sector del estudiantado que presiona por “agrupaciones estudiantiles” y no quiere “agrupaciones políticas”. En el campo de la lucha política, es un favor a las agrupaciones que gravitan en torno a Cambiemos (Franja Morada, Rumbo Estudiantil) y el peronismo-kirchnerismo (Nueva Línea, Bolívar).
El planteo de los compañeros de la UJS-PO se inscribe en una división tajante del sindicalismo y la lucha política. Eso se refleja en su propuesta de programa mínimo, que incluye puntos como boleto educativo gratuito, comedor sin cupo y denunciar los casos de abuso en la UNT. ¿Acaso alguna corriente estudiantil no tendría acuerdo –aunque sea de palabra– con estos puntos? La UJS-PO apunta a un frente que se milite por demandas mínimas y elementales, y que relegue la lucha política recién para cuando el cronograma de las elecciones legislativas entre en vigencia. Una práctica que está por detrás del programa político del Frente de Izquierda con el cual simpatizan miles de estudiantes universitarios y que constituye lo más disruptivo para confrontar con el régimen universitario.
Por nuestra parte, seguiremos luchando por un movimiento estudiantil autoorganizado, que junto con defender la educación pública, gratuita y laica, se transforme en un apoyo fundamental de la pelea de las mujeres contra la violencia y la opresión y fundamentalmente del movimiento obrero que empieza a dar muestras que no dejará pasar el ajuste sin duras luchas. En este caso, esta tarea la llevaremos adelante con decenas de estudiantes independientes que comparten esta perspectiva.