Ayer, durante su discurso de asunción, el nuevo gobernador dijo que si no se puede pagar “no es una tarifa, es un saqueo”. Suspendió el aumento de enero pero el tarifazo de Macri sigue vigente.
Jueves 12 de diciembre de 2019 10:52
Foto: infoplatense
El flamante gobernador de la provincia, durante su discurso inaugural, hizo un duro diagnóstico sobre la provincia que le heredó María Eugenia Vidal. Concretamente dijo que era una provincia “en emergencia”.
A partir de este escenario, Kicillof dijo que iba a suspender un decreto de la ex gobernadora que les otorgaba a las empresas distribuidoras del servicio eléctrico un nuevo aumento, tras cuatro años de subas constantes de las tarifas.
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Cómo afirmó el nuevo gobernador: “si una tarifa no puede ser pagada por un jubilado, no es una tarifa es un saqueo”.
La definición en general es correcta. Pero, si bien la suspensión es un alivio, Kicillof no dijo nada sobre retrotraer las tarifas a lo que costaban en el 2017. Para los jubilados, aún sin este nuevo aumento, sigue siendo un saqueo. Muchos seguirán teniendo que elegir entre "la tarifa, el remedio o la cena".
Las empresas que gestionan los servicios públicos, como es el caso de Edenor y Edesur, fueron de las grandes ganadoras de la era Macri (y más en general, desde las privatizaciones en los ’90 a esta parte).
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Mientras millones de trabajadores seguían ajustándose más y más a estas empresas se les regalaban aumentos, mientras no invertían lo más mínimo para brindar un servicio de calidad.
El año pasado, cuando Kicillof era diputado nacional, había votado -junto a muchos de los que hoy lo acompañan- una ley que limitaba los aumentos de Macri y retrotraía las tarifas a los valores del 2017. Eso sería una medida que, aunque no cuestione todo el sistema de servicios privatizados, sería un verdadero paso para que los trabajadores no sigan pagando la fiesta de los ricos.