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Red Internacional
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MUERTES DOCENTES. La Ministra Calsina dice que las escuelas no son lugares de contagio en Jujuy

Por primera vez, luego del fallecimiento de 10 docentes en el marco de la presencialidad, la Ministra de Educación Isolda Calsina se refirió a las muertes docentes, para negar que las escuelas sean lugares de contagio. A tono con el relato del gobernador y el gobierno nacional se deslinda responsabilidades desde el Estado a la población.

Miércoles 14 de abril de 2021 16:28

En declaraciones a los medios la Ministra de Educación Isolda Calsina se refirió por primera vez a las muertes de docentes en el marco de la presencialidad que se da en la provincia desde el 17 de febrero. A tono con el relato tanto del Gobernador Morales como del Ministro Trotta y el Gobierno nacional, Calsina niega que las escuelas sean lugares de contagio sin ningún tipo de comprobación científica.

La Ministra señaló que "siempre tuvimos contagios y lamentablemente también tuvimos fallecimientos. El año pasado muchos docentes fallecieron y estábamos en clase remotas, o sea no es la escuela motivo del contagio".

De esta manera, la Ministra busca justificar y desligarse de las responsabilidades del Gobierno en cuanto a los contagios y fallecimientos de docentes al imponer junto al Gobierno nacional una presencialidad sin garantizar condiciones sanitarias seguras tanto en los establecimientos escolares como en el transporte público que tienen que utilizar miles de docentes y estudiantes de manera hacinada y en muchos casos sin contar con las frecuencias horarias necesarias para llegar a los lugares de trabajo. El propio Presidente del Concejo Deliberante de San Salvador de Jujuy, Lisandro Aguiar, quien forma parte de la UCR, declaró que sólo que la capital jujeña 60000 estudiantes usan el transporte público.

Las palabras de Calsina hacen recordar a las declaraciones del Ministro Trotta, quien dijo a los medios en el día de ayer que “las fábricas y escuelas no son lugares de riesgo”.

Muy por el contrario del relato de Ministros y Gobiernos, los datos de la realidad muestran que cada día en Jujuy se conocen al menos 40 casos sospechosos de Covid que son denunciados desde las escuelas, según datos oficiales. En cuanto a las fábricas hay que recordar que el año pasado la empresa Ledesma contó con el récord de obreros fallecidos en una fábrica en todo el país. Recientemente, se conocieron también los casos de Toyota de la localidad de Zárate que tuvo que cerrar un turno por tener alrededor de 100 contagios y Volkswagen que tiene 200 contagios.
También contrastan con las opiniones de especialistas que viene señalando que las escuelas pueden convertirse en agentes multiplicadores del virus en el marco de la entrada de la segunda ola.

Este tipo de declaraciones sólo generan más malestar y bronca entre la docencia que viene expresándose por la exigencia de condiciones seguras y vacunación. El último viernes se desarrollaron movilizaciones de antorchas en distintas localidades de la provincia y hoy por la mañana docentes de la Escuela Técnica N° 1 de San Pedro salieron a las calles con carteles pare expresar el reclamo por vacunación. También exigen a las conducciones gremiales que se pongan a la cabeza de estos reclamos.

La realidad que viene desde abajo choca de frente con el relato que arman los de arriba. Las vidas trabajadoras están en juego, hay que invertir las prioridades y dejar de poner por delante los intereses de los grandes empresarios que quieren una economía abierta para seguir acumulando fortunas a costa de las vidas del pueblo trabajador. En lo que va del año se fue más plata en pagos de la deuda que en lo ejecutado del presupuesto de salud a nivel nacional, y en la provincia lo presupuestado en salud es un 4% menos que el año pasado sin tener en cuenta la pérdida que habrá por inflación. La salud del pueblo no puede ser un área más de lucro y ganancias para clínicas privadas y laboratorios.

Las vidas trabajadoras valen mucho más que sus ganancias. Se necesita plata para la salud y la educación y no para la deuda, la liberación de las patentes de las vacunas y la unificación del sistema de salud público y privado para que funcione bajo la órbita estatal bajo control de los trabajadores y la declaración de utilidad pública de los laboratorios como el de Hugo Sigman que produce lo necesario para 40 millones de vacunas que serán envasadas en México pero sólo llegarán al país 900 mil.