En los últimos días las denuncias en las redes sociales se multiplicaron. Afirman que hubo despidos arbitrarios, amenazas, sobreexplotación y condiciones pauperrimas de higiene en el local.
Viernes 1ro de abril de 2022 22:22
“Sí, hablamos de este establecimiento, donde quieren que todos sus empleados sean robots. Donde si llegas cinco minutos tarde te echan, donde en la entrevista te dicen que no vas a trabajar más de 8 horas y terminas trabajando hasta 12. Donde te echan y te dicen que todos sus empleados son descartables”.
Así describe la cuenta de instagram @fukcharola todo lo que significa trabajar en Charola Cocina y Bazar. También denuncian la falta de higiene de los espacios donde se manipulan alimentos y el incumplimiento de las mínimas condiciones de bromatología, un gran contraste con los precios que maneja su carta.
Mientras estos posteos tienen miles de vistas, en las cuentas oficiales de Charola los comentarios fueron deshabilitados y suben historias de pintorescas meriendas ocurridas hace meses, directo de su propio archivo. Cual si nada pasara.
Pero la indignación es creciente porque al sueldo de hambre, se le suma el maltrato constante que las dueñas ejercen sobre sus empleados.
Toda una declaración: importan más las ganancias que la comida en mal estado y la vida de los trabajadores que se ven obligados a trabajar en estas condiciones. A la par que se suman más denuncias, se puede ver que las y los trabajadores piden que publiquen su denuncia pero no sus nombres, ya que es conocida la existencia de listas negras que confeccionan los empresarios gastronómicos en la ciudad.
La impunidad con la que se manejan las dueñas de Charola desnuda la realidad de miles de jóvenes que, ante la necesidad de trabajo, se ven obligados a aceptar “lo que venga”. Esta postal es cotidiana especialmente en la rama de la gastronomía. Aquí se evidencia la complicidad entre los empresarios gastronómicos para hacer lo que quieran, el municipio para brindar todo tipo de beneficios y el sindicato gastronómico, para aportar su silencio. Todos unidos para manejar las ricas ganancias que deja la noche platense.
Al mismo tiempo que en la ciudad se permite a los empresarios gastronómicos que las mesas de los bares avancen sobre las calles y convertir diagonal 74 en una peatonal de bares, el municipio de Garro expulsa a los trabajadores callejeros e imposibilita el funcionamiento del arte y la cultura aplicando el Código de convivencia.
Si sos de La Plata y tenés alguna denuncia, podés enviarla a la Izquierda Diario y a la @redprecarizadxslaplata.