En la Escuela secundaria 54 del barrio Villa Alba de La Plata recibieron empanadas con moho como parte del menú escolar. Mientras la gobernadora Vidal hace alarde por los medios de lo bien que comen los chicos en las escuelas bonaerenses, las imágenes y los reclamos de la comunidad educativa hablan por si mismos.

María Díaz Reck Docente y congresal de Suteba La Plata
Viernes 13 de abril de 2018 11:22
“Tenemos 310 alumnos pero un cupo alimentario para 193”, denuncia Marcela Lavandera, delegada del turno mañana de la Escuela Secundaria 54 del barrio platense Villa Alba.
Hasta hace pocos días los cupos eran aún menos (93), pero producto de los reclamos y las denuncias los aumentaron.
Los números no cierran para alimentar a todas las chicas y los chicos y, por si esto fuera poco, el 12 de abril recibieron empanadas en mal estado.
“Con el nuevo sistema de viandas se reduce la cantidad de comida y además nunca llega el desayuno, por eso terminamos dándoles el almuerzo de desayuno”, agrega la delegada.
Aulas pasillo
En esa escuela, además, sufren la falta de espacio. “Damos clase en el pasillo, no hay aulas suficientes y la tarea pedagógica se hace muy difícil en estas condiciones. Además hay cursos con más de cuarenta alumnos y falta de auxiliares. Venimos peleando desde hace tiempo por un edificio nuevo para la escuela”, agregó Carolina Daglio, subdelegada de la escuela.
Responsabilidad de Garro y de Vidal
Luego de que la Gobernadora Vidal tomara la decisión de descentralizar el Servicio Alimentario Escolar al ámbito municipal, las denuncias en La Plata y en varios distritos de la provincia se multiplicaron aún más. Poca comida, carne y fruta podrida y viandas en mal estado.
También se denuncia que los insumos muchas veces llegan sin cadena de frío y por ende en malas condiciones de conservación. El municipio gobernado por Julio Garro de Cambiermos tiene a su cargo la ejecución del presupuesto, la elección del menú y el pago a los proveedores.
Los reclamos se acumulan. En la Escuela Primaria 23, cuyo edificio se incendió en octubre del año pasado, denuncian que enviaron 15 mandarinas para 90 alumnos.
La semana pasada María Eugenia Vidal hizo alarde por los medios de lo bien que comen los miles de chicos en las escuelas públicas. “Hay carne, verdura y leche”, afirmó. Pero los cientos de reclamos e imágenes de lo mal y poco que comen los chicos en la Provincia de Buenos Aires da por tierra los dichos de Vidal.
¿Quién puede pensar que con $ 16 que destina la Provincia por cada chico puede obtenerse un menú nutritivo?
Menú de restaurante para los hijos de los funcionarios
Mientras esto sucede, la inmensa mayoría de los hijos de los funcionarios, como Antonia Macri, van a escuelas privadas donde la cuota es más alta que los salarios de muchos trabajadores.
En esos selectos jardines, primarias y secundarias tienen un menú de restaurante. Es muy común que los chicos y chicas allí coman “Chopsuey” o “Strogonof” de cerdo, o “Arroz Pilaf”. Al menos eso dice la carta de comidas publicada en la página web del Colegio Jean Mermoz de la Ciudad de Buenos Aires, adonde asiste la hija de Mauricio Macri y Juliana Awada.
La situación de los comedores escolares en las escuelas públicas forma parte del ajuste que implementa este gobierno contra el conjunto de las trabajadoras y los trabajadores.
Hoy más que nunca es necesario un plan de lucha de las y los docentes junto a la comunidad educativa que esté a la altura de poder enfrentar el ajuste, los despidos, los descuentos por luchar, los tarifazos y las cada vez peores condiciones de la escuela pública.