El viernes 29 de marzo se desarrolló en el Centro Literario Israelita y
Bibilioteca Max Nordau de La Plata una charla sobre la historia del movimiento de mujeres, primera actividad que realiza la Comisión de Género y Disidencias de la institución. Contó con la participación de Valeria Resches, antropóloga de la UBA e integrante de la Colectiva de Antropólogas Feministas y la Campaña Nacional por el aborto; y Claudia Añazco San Martín, docente, secretaria de género y diversidad de Suteba Ensenada y referente de la agrupación La Marrón- Pan y Rosas/ PTS en el Frente de Izquierda.
Viernes 5 de abril de 2019 22:52
En el marco de un reverdecer del movimiento de mujeres y disidencias que viene colmando las calles desde el año pasado con la pelea por la conquista del aborto legal y que sigue creciendo a pesar de la derrota en manos de los dinosaurios del Senado, junto a las miles y miles que marcharon el 8M por el aborto, contra los femicidios y contra el ajuste de Macri, Vidal y los gobernadores con el FMI a la cabeza; impulsado desde jóvenes activistas del Club Max Nordau, institución judía platense de más de cien años de existencia, con un gran acervo cultural y una importante trayectoria de militantancia social, comenzó a organizarse la comisión de género y disidencias.
La comisión convocó a distintas generaciones de socixs con el objetivo de abordar la temática de género en la institución y consolidar una voz y un trabajo institucional con perspectiva de género, entendiendo que la pelea contra la opresión es una lucha colectiva.
En este marco, se desarrolló la charla debate sobre el movimiento de mujeres y su historia. Las panelistas realizaron un interesante y breve recorrido por la historia y la lucha de miles de mujeres y disidencias por la emancipación, contra la opresión y la explotación, remarcando algunos hitos fundamentales.
La Revolución francesa marcó el inicio del movimiento feminista como movimiento de carácter político y social. Fue con la Comuna de París donde la mujer trabajadora estuvo al frente de la lucha del primer intento de independencia política de la clase obrera marcando un quiebre en el movimiento desde un posicionamiento de clase; el género unirá pero la clase claramente divide.
Otro momento clave que tomaron como hito ambas exponentes fue la Revolución Rusa. En este primer estado obrero triunfante, la mujer trabajadora se posicionó a la vanguardia de las tareas políticas de la lucha revolucionaria, con plenas conquistas como el aborto legal, la despenalización de la homosexualidad, el planteo de la socialización de las tareas domésticas con el objetivo de que las mujeres salgan a la esfera de la política. Un programa revolucionario que sentaba las bases para abrir el camino al pleno acceso de todos los derechos y a la emancipación de la mujer.
Hacia los años 60 y 70, también en un contexto convulsionado por fenómenos revolucionarios, el énfasis del movimiento estaba puesto en demandas de orden más ideológico, con el eje puesto en la discusión sobre la sexualidad y el poder y un fuerte cuestionamiento al lema de la igualdad de la llamada primer ola, ya que implicaba invisibilizar a la mujer como diferente al hombre. De allí la reivindicación de la diferencia.
Ambas participantes coincidieron en resaltar de este período la centralidad del patriarcado como sistema de dominación sin tener en cuenta las determinaciones de clase, donde el enfrentamiento sería entre los sexos y no de clase.
También acordaron en señalar que el feminismo de los 80 y los 90, fue un movimiento que dejó de pelear en las calles para refugiarse en la academia, volviéndose más institucional, enmarcado en un período de procesos sociales derrotados y la implementación del modelo neoliberal. Como positivo hay una gran elaboración de estudios teóricos sobre la temática de género y disidencias.
Claudia Añazco San Martín remarcó la importancia de los aportes que brindó el marxismo al movimiento de mujeres desde una mirada clasista, entendiendo que la relación entre la explotación del trabajo asalariado y la opresión de las mujeres que son mayoría en la humanidad, permite “analizar cómo funciona la alianza entre el patriarcado, que es un sistema milenario; y el capitalismo, que es un sistema mucho más moderno que se basa en la explotación del trabajo de otros y que utiliza la opresión como forma de desventaja social a las mujeres con respecto a los varones relegandolas al trabajo doméstico, al lugar de lo privado, algo de lo cual hoy las mujeres aún no nos podemos liberar”.
Ambas invitadas remarcaron la importancia de este recorrido histórico con las distintas perspectivas que lo fueron moldeando para comprender el fenómeno actual, un fenómeno internacional, en donde miles de jóvenes nacen a la vida política por el derecho al aborto legal, el Ni una menos, la plena implementación de programas de educación sexual en las escuelas, la separación de la iglesia del estado.
Al respecto, Valeria Resches subraya que “hoy se habla de feminismo con total naturalidad, está en todas partes, en las escuelas, en los sindicatos, en las fábricas. El feminismo habla de la libertad, en condiciones dignas de vida”.
Un feminismo que, según Claudia Añazco San Martín “ es muy heterogéneo, cuyas protagonistas principales son las jóvenes, que impulsaron la “marea verde”, con demandas motoras muy importantes como el aborto, la ESI, la separación de la Iglesia del Estado. Pero que a la vez tiene la contradicción de reivindicarse, muchas veces, apolítico cuando la tradición de la pelea por los derechos de las mujeres y las disidencias siempre fue política y social, en la que se expresan distintas perspectivas y estrategias para terminar con el patriarcado y el capitalismo”.
A su vez agregó que “como feministas socialistas y con una visión de clase, opinamos que está pendiente la pelea por la dirección de este movimiento y damos esta pelea en el ámbito de las ideas con elaboraciones propias, en debate con otras visiones. Pero también peleando por la plena implementación de la ESI, el aborto legal y para que el movimiento esté a la altura de enfrentar el ajuste de Macri, los gobernadores y el FMI; en las calles, escuelas, facultades, sindicatos y fábricas como parte activa del movimiento”.
Al cierre del encuentro se abrió el debate sobre cuál es la perspectiva actual.
¿El movimiento aceptará no levantar la voz y aceptar alianzas con instituciones y sectores que obstaculizan el acceso a derechos básicos y dejan morir a mujeres pobres, en pos de una alianza electoral?