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Red Internacional
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MALDITA BONAERENSE. La Plata: vecinos y familiares piden justicia tras la represión en La Cumbre

Tras el feroz operativo policial que se desató a lo largo de tres cuadras en el barrio platense semanas atrás, uno de los heridos continúa recuperándose de las graves heridas recibidas. Sus familiares piden la solidaridad de todas las organizaciones para que el hecho no quede impune.

Valeria Jasper

Valeria Jasper @ValeriaMachluk

Sábado 12 de diciembre de 2020 23:32

En la madrugada del 29 de noviembre, mientras se realizaba un fiesta de cumpleaños en las inmediaciones de 527 y 131, un operativo bajo el comando de la comisaría de La Unión (137 y 524) llegó a la zona a raíz de una supuesta denuncia por ruidos molestos.

Lo que se desató minutos después fue una verdadera cacería lo largo de tres cuadras. Como relatara este medio, en lo que prácticamente fueron cuadras sitiadas, más de 30 efectivos policiales tiraron balas de goma contra todo lo que pasaba delante de ellos.

En la esquina de 527 y 132 bis luego de que vecinos que se encontraban en las puertas de sus viviendas pidieran que paren de disparar por la presencia de niños, siguieron haciéndolo y amenazando a todos los presentes. Allí, detuvieron a dos personas, una de las cuales sufrió la fractura de su brazo por los golpes recibidos.

En esa misma noche, Marcelo, de 24 años, estaba junto a su familia jugando a las cartas y salió a ver qué sucedía en el barrio, fue una de las personas que resultó gravemente herida en el abdomen como consecuencia de la represión de la Bonaerense. Hoy continúa recuperándose en su domicilio.

Su familia, en diálogo con La Izquierda Diario, aún no sale de su asombro por lo vivido en el barrio y de lo que consideran pudo haber sido una verdadera masacre.

“Hubo una fiesta de adolescentes a la vuelta de casa, sobre la 527. Vino la policía, termina con la fiesta, los adolescentes salen de la casa y no sé en qué contexto, los tres vigilantes que vinieron primero empiezan a tirar tiros. Se van y vuelven más, con los pibes ya dispersos empiezan una cacería, literalmente, que terminó llevándose puesto a todo el barrio. Eran solo de la Bonaerense, ni patrullero de la municipalidad. Si es por una fiesta, es una contravención, no es un delito, Tendrían que haber actuado de otra manera y terminó en otra cosa”.

Así comienzan a relatar los hechos, en una mezcla de sorpresa y bronca por lo sucedido en el barrio.

“Si esto hubiera pasado en esas casas importantes donde les cobran tres lucas para entrar a la fiesta y los sacan traquilitos, los hacen firmar una contravención pero como es un barrio humilde vinieron a los tiros”, asegura uno de los hermanos de Marcelo.

“Como no venían, los empezamos a llamar. Ahí mi cuñada me dice que Marcelo está bien pero que está por desmayarse. Los vecinos dicen que le habían tirado. Lo asistieron y lo entraron a una casa para resguardarlo y ahí lo fue a buscar mi papá. Marcelo estaba pálido y rengueaba, se agarraba el abdomen. Parecía que tenía un raspón. Lo llevamos al hospital y resulta que por dentro tenía todo sangre. Le tuvieron que sacar una parte de intestino. Los médicos nos dijeron que si no lo traíamos se moría”, agrega una de sus hermanas. “No sabemos qué consecuencias le van a quedar. Estaba esperando que lo llamen de Techint para entrar a trabajar pero ahora quedó afuera de todo. Tiene como un año de recuperación”.

Un vecino del barrio que también estuvo esa noche, relata el hostigamiento que recibían por parte de quien es señalada como la oficial a cargo del operativo.
“Ella gritaba que no tenía nada que perder, nos decía negros de mierda, negros villeros. A mi amigo que le rompieron el brazo y se lo llevaron preso le dijo: ´¿vos pensás que voy a perder el trabajo por vos, que sos un negrito de mierda?´

Como si la balacera en el barrio no fuera suficiente, al otro día de la represión Marcelo recibe la visita de un oficial en el mismo hospital.
“Se acercó una policía de La Unión y le dijo que ellos no fueron, que haga la denuncia donde la tenga que hacer, que la haga en La Unión. Esto, cuando estaba en una zona de acceso restringido donde solo los familiares lo podían ver 40 minutos. Marcelo estando con sonda, drenajes, sedado, le fueron a hacer un interrogatorio clandestino, eso era clandestino, no la fiesta. Ahí armamos un petitorio a la dirección del hospital para que no dejen pasar a nadie pero nos dijeron que sin orden legal no podían hacer nada”.

La familia tiene claridad que el accionar policial tenía que tener un justificativo, “tenían que llevarse a alguno. Te provocaban a pelear, llegaron a dejar el arma en el piso y te invitaban a pelear. Había que justificar el operativo”.
“No estamos en una dictadura, estamos en 2020, somos personas que salimos a ver qué pasaba porque somos vecinos y le pegaron un tiro a mi hermano. El barrio es tranquilo dentro de todo, nunca pasó algo así. Acá unos pibes hacen una olla popular para ayudar al que necesita en el barrio. Y le pagan con esto por parte del Estado, están haciendo lo que el Estado no hace”.

“No podemos permitir este atropello. Se tienen que hacer cargo. La misma policía que está preparada para no tirarle a cualquiera, desde la misma Vucetich, desde el ministro Berni, el Estado en su conjunto. ¿Cuántos pibes más? ahora nos toca a nosotros, cuántos atrás, cuántos vienen adelante. Tenemos que visibilizar esto pidiendo el apoyo de todas las organizaciones de derechos humanos. Hay una bajada de línea en la ciudad que están reprimiendo en todos lados. Al otro día que pasó esto hubo tiros en el barrio La Favela, igual como acá. ¿Entonces es solo esta comisaría, es solo en Buenos Aires?”

Saben que la respuesta del Estado frente a los barrios y sus necesidades termina con respuestas represivas como las que vivieron y saben que la organización colectiva es primordial, por eso exigen justicia.

“Si a mi hermano se lo lleva la policía y lo dejan en el calabozo dos horas. ¿Qué pasa con mi hermano? ¿Qué hacen con un pibe muerto? Me lo pueden hacer desaparecer tranquilamente. Se nos pone la piel de gallina al hablar de Santiago Maldonado, todavía estamos llorando a Facundo, y ahora Marcelo, vos, yo, ella ¿cuántos más? Vamos a ir con todo para que no quede impune. Ya sabemos cómo es la Bonaerense. No tiene que volver a pasar, no se puede tolerar más. Queremos justicia”.