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Red Internacional
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN. La UNT y el COE definieron un protocolo que responsabiliza a estudiantes de los contagios

Sin consultar a aquellos que protagonizan el funcionamiento de la universidad, se resolvió un protocolo que ataca las condiciones laborales de los docentes, no docentes y los derechos de los estudiantes

Viernes 5 de febrero de 2021 12:35

El debate sobre el inicio de clases presenciales recorre a todo el país. Las autoridades de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) junto al Comité Operativo de Emergencias (COE), presentaron el nuevo protocolo de presencialidad en materias prácticas que ataca las condiciones laborales de los docentes, no docentes y los derechos de los estudiantes. Un protocolo que se hizo sin consultar a aquellos quienes protagonizamos el funcionamiento de la universidad.

El protocolo fue diseñado para la vuelta a clases presenciales de las materias con modalidad práctica, mientras que el resto mantendrá, simultáneamente, la modalidad virtual para su cursado. Entre las primeras medidas que establece plantea que les estudiantes "deberán firmar una declaración jurada" responsabilizándose de futuros contagios y cumplimiento de normas de distanciamiento. El Estado y la Universidad ponen así el foco de la responsabilidad en les estudiantes y docentes y no en las medidas necesarias para poder hacerle frente a esta segunda ola de pandemia.

Sin plan, las autoridades y el COE van contra docentes, no docentes y estudiantes

A nadie se le escapa las tremendas desigualdades que sacó a la luz la virtualidad. La nueva doble modalidad que tendrán que afrontar los docentes no se refleja en ningún tipo de aumento salarial, como tampoco en el equipamiento de los mismos para poder poner nuevamente en pie la modalidad virtual. Durante todo el 2020 los docentes tuvieron que solventar con sus bolsillos y desde sus casas el gasto en materiales y servicios para sostener la virtualidad.

No es la primera vez que las autoridades del rectorado pretenden imponer una vuelta a clases sin la puesta a punto de las facultades, que incluso antes de la pandemia, ya carecían de condiciones de salubridad e higiene.

El protocolo presentado incluye una declaración jurada que tendrá que firmar el alumno o alumna para constatar que no tiene síntomas de Covid-19, bajo el cual puede ser responsabilizado/a por contagiar a otros en los establecimientos, este intento de poner la responsabilidad sobre cada individuo es gravísimo. Son las autoridades, los gobiernos los responsables de que las facultades estén en condiciones para cualquier tipo de modalidad presencial. Esto ya lo habían intentado imponer a mediados del 2020 frente a la apertura de mesas de exámenes.

No sólo es necesario que haya facultades en condiciones de recibir estudiantes y docentes sino también que haya un plan de vacunación para todos, muchos docentes son personas de riesgo como así también muchos estudiantes conviven con personas mayores. Hoy gracias al negocio de las grandes corporaciones farmacéuticas y los estados se niega el acceso de la vacuna a millones, mientras los gobiernos provinciales y nacional hacen oídos sordos a las objeciones de quienes se ponen al hombro la educación. En Tucumán, la ministra de Salud provincial Rossana Chahla dijo que "no es necesario vacunar a los docentes de primarias y secundarias", negando el reclamo de la docencia.

El intento del rectorado de individualizar la pandemia sigue los lineamientos del gobierno nacional, que desde marzo del año anterior, lejos de tomar medidas sanitarias necesarias, pone el centro en el control de la calle y a la responsabilidad individual, desconociendo la realidad de miles de trabajadores que si no trabajaban, no comen.

Además del aspecto sanitario, la pandemia profundizó la crisis económica que ya atravesaba el país y golpea a millones de hogares. Es claro el ajuste impuesto en educación y salud votado en el presupuesto 2021, ajuste a la altura de las exigencias del FMI. Esto tuvo un particular impacto en la juventud, muchos que antes sólo estudiaban se vieron en la necesidad de buscar un trabajo para ayudar con los gastos en el hogar y así poder llegar a fin de mes.

Una salida propia construida en Asambleas entre estudiantes, docentes y no docentes

Esta nueva imposición del COE y de las autoridades ya tuvo el rechazo de Adiunt (Asociación de Docentes universitarios e Investigadores de la UNT). Los Centros de Estudiantes y la FUT aún no han sacado ningún pronunciamiento ni declaración. Esta nueva avanzada de las autoridades hay que responderla coordinadamente.

Para esto es necesario poner en pie espacios democráticos en la Universidad para responder con un programa propio construido por la mayoría de les que construimos la Universidad, poniendo en el centro un programa que garantice poder cursar en condiciones de seguridad y de inclusión. Esto no le interesa ni a Chahla, ni al COE, ni a las autoridades, el año pasado al profundo problema de la desigualdad para el cursado virtual se le contestó dando menos de 50 chips por facultad. Una burla.

En 2020 según encuestas realizadas en algunas facultades, el 50% de los estudiantes no pudo sostener el cursado. Esta cifra seguramente ascendería si existirán datos de las 13 facultades, por eso es fundamental que las autoridades de la UNT realicen un relevamiento de datos para saber los números reales de la deserción, sólo así se podrán tomar medidas concretas para ponerle un freno.

Es sabido que la juventud es la más golpeada por la precarización laboral, que con la pandemia sólo se extendió. Jornadas extenuantes por salarios miserables, sin derechos laborales que permitan sacar licencia por examen sin el riesgo de ser despedidos o no cobrar el día. Por lo que debe ponerse en pie un plan real de becas para todo estudiante que lo necesite.

Volver a clases no puede ser en perjuicio de nuestra salud, la de nuestros docentes y no docentes. Por eso debemos establecer un protocolo en conjunto para que se garanticen las medidas de seguridad e higiene, y vacunación para todos. Para eso es fundamental que los centros de estudiantes se pongan a la cabeza de organizar asambleas interclaustro en cada facultad. Donde tanto estudiantes como trabajadores docentes y no docentes podamos expresar nuestras opiniones y dar respuesta a estas problemáticas.