Estudiantes de la localidad de Ibagué, Tolima en Colombia se sumaron al repudio a los femicidios y la violencia machista.
Lunes 24 de octubre de 2016
Después del brutal femicidio de Lucía Perez en Mar del Plata, estalló una gran bronca que impulsó a que se realizara el “Paro Nacional de Mujeres” en Argentina. Esto no fue sólo en ese país, sino que en diferentes localidades de América Latina y Europa se realizaron movilizaciones.
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Entre los países que decidieron sumar su voz contra los femicidios y la violencia de género, se encuentra Colombia. Allí no sólo hubo una multitudinaria manifestación de apoyo en la capital del país, Bogotá, sino en otras ciudades del interior como en Ibagué. En esta ciudad, estudiantes de la Universidad del Tolima se organizaron y llevaron a cabo una actividad solidaria con intervenciones artísticas, lecturas de textos alusivos, comunicados y experiencias.
A su vez, las y los estudiantes realizaron una exposición de casos de femicidios locales. “Nos enteramos por las redes sociales de la noticia de Lucía. A raíz de esto, y teniendo en cuenta que no es sólo una situación que se da en Argentina, sino que acá en Colombia también hay una alta tasa de femicidios, decidimos realizar esta actividad en solidaridad. También para apropiarnos de la lucha que tenemos que dar por nuestras mujeres víctimas no sólo de los femicidios sino de los travesticidios también” afirmó Diana Narváez, estudiante de Ciencia Política y activista feminista.
Por su parte, Sergio Velásquez, estudiante de Sociología, militante del PST y activista LGTBI opinó sobre la realidad de las mujeres que sufren violencia de género y afirmó que “esto merece una intervención por parte del Estado para atacar el problema de raíz, destinando el presupuesto necesario, tal como se exige en Argentina. Es necesario hacer algo también con la educación, generar las garantías y la igualdad para que las mujeres se independicen económicamente.
El violento asesinato de Lucía y la enorme movilización social en rechazo a todos los femicidios y la violencia hacia las mujeres marca un precedente. Ella, al igual que Rosa Elvira Cely en Colombia, fueron víctimas mortales del peor eslabón de este sistema machista.
“Reconocerlo implica poner en evidencia al machismo en todas sus expresiones. No sólo cuando se violenta física y sexualmente, sino también de manera simbólica, puerta de entrada para que se cometan peores agresiones. Como feministas debemos comprender que la sororidad es esencial y el máximo principio de nuestra lucha. Es necesario desmantelar toda relación opresiva en nuestra sociedad y avanzar en la construcción de un mundo sin ninguna clase de violencia, un mundo igualitario y realmente justo” señaló Lina Osorio, estudiante de Derecho y activista feminista.