Facundo Godoy perdió la vida el jueves 5 luego de que un micro lo aplastase mientras realizaba reparaciones de rutina. El hecho ocurrió en la localidad salteña de Torzalito. El silencio cómplice de la UTA.
Matías Mustafá Corresponsal Salta
Martes 10 de enero de 2017 10:58
Una vez más la desidia patronal se cobra la vida de un trabajador. Facundo Godoy estaba reparando el aire acondicionado de un colectivo de larga distancia de la empresa La Veloz del Norte en un taller ubicado en la localidad de Torzalito, cercana a General Güemes, cuando el brazo hidráulico que sostenía el chasis del vehículo cedió ante su peso y encerró entre metales al joven de tan solo 23 años.
A pesar de los intentos de sus compañeros que lograron levantar nuevamente el colectivo y sacar su cuerpo, Facundo no sobrevivió. Dejó su vida y sus sueños en el trabajo por causas evitables.
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El hecho nos recuerda la muerte ocurrida en septiembre del año pasado del joven trabajador David Ramallo, mientras trabajaba en una cabecera de la Línea 60, en Buenos Aires. Hecho que dio un nuevo impulso a la pelea por las seis horas de trabajo que venían dando choferes de distintas líneas de colectivos en aquella provincia.
Crímenes con responsables
Las condiciones pésimas de trabajo que garantizan empresas monopólicas como La Veloz del Norte, demuestran que para las patronales sus ganancias valen más que la vida de los obreros.
Pero la muerte de Facundo se podía evitar, por eso no se trata de una “desgracia”, tal como titula el portal de internet Qué Pasa Salta. Se trata de un crimen y sus responsables son los empresarios que conviven en sus negociados con gobiernos como el de Juan Manuel Urtubey.
El gobernador salteño es el mismo que garantizó, junto con el accionar de la justicia cómplice, que 11 choferes de la UTA Salta que fueron recientemente liberados, estuvieran presos más de 3 meses por pelear por mejores condiciones de trabajo y contra los despidos en el sector.
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Para evitar más muertes obreras y enfrentar a patronalesque no pueden siquiera garantizar mínimas condiciones laborales, pero también para conquistar derechos laborales o el respeto a los convenios colectivos de trabajo, la única salida es la organización independiente de los trabajadores y trabajadoras. Es el paso que empezaron a dar choferes de diferentes líneas de colectivos en el Gran Buenos Aires que han puesto en pie durante el 2016 la agrupación “Choferes por las seis horas – David Ramallo”, y pelean por conquistar una jornada laboral de seis horas para todos los trabajadores del sector.