El nombramiento de Gustavo Leal como vocero y asesor en temas de seguridad del candidato del Frente Amplio Daniel Martínez da la pauta del enfoque con que actuará si llega al gobierno.
Miércoles 14 de agosto de 2019
Cuando el tema de la “inseguridad” parece haberse instalado en la campaña política de este año y la derecha arremete con propuestas de militarización y mayor represión, parece oportuno detenerse a analizar como se posiciona en estos temas el candidato del Frente Amplio Daniel Martínez.
La reforma constitucional que promueve Larrañaga expresa el pensamiento tradicional de la derecha; la que en general entiende que la “inseguridad” se resuelve con militares en la calle, mayor represión y mano dura.
Desde una fuerza política que aún se reclama de izquierda y que verbalmente toma distancia de estas iniciativas, cabría esperar un programa y propuestas claramente distintas, desde una perspectiva que vea las causas estructurales del fenómeno y no criminalice la pobreza.
Sin embargo las declaraciones de Martínez y el propio nombramiento cuasi oficial de Gustavo Leal como vocero en estos temas marcan la perspectiva con que actuaría un nuevo gobierno del Frente Amplio.
La visión de Martínez con respecto a la inseguridad
Martínez se presenta como continuador de lo hecho por los 3 periodos de gobiernos frenteamplistas en esta temática, periodos en los que ha fortalecido claramente el aparato represivo (con el consiguiente aumento de presupuesto), se han tendido puentes con la oposición derechista para lograr puntos de acuerdo en estos temas y se ha puesto en la mira a la población excluida con acciones de hostigamiento, control, vigilancia, estigmatización y en ocasiones gatillo fácil.
El protagonismo que ha tomado en estos últimos tiempos el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio de Interior, el sociólogo Gustavo Leal, son otra señal de la óptica que prevalece en el gobierno, y a la que Martínez avala y promueve con el lugar que le ha dado en su campaña de cara a las elecciones nacionales.
Gustavo Leal, con sus operativos “Mirador” y sus despliegues en Casavalle, Los Palomares y otras zonas populares de Montevideo, pretende instalar la idea de que la lucha contra la delincuencia pasa por perseguir con saña a sectores excluidos que se han volcado al micro delito.
Leal, con exposición y protagonismo mediático, se ha volcado a una supuesta cruzada contra el narcotráfico y el “crimen organizado”, cuando en realidad básicamente sus acciones se focalizan en el tráfico al menudeo, en el último eslabón de una cadena delictiva que mueve cifras millonarias. Sus acciones se centran en perseguir a aquellos sectores sociales marginalizados y empujados a la delincuencia por un modelo socioeconómico que el propio Frente Amplio ha continuado de manera acrítica.
Resulta revelador que al mismo tiempo que se realizaban operativos “Mirador” y se persigue y estigmatiza a la juventud pobre Uruguay sea noticia a nivel mundial por los embarques de cocaína que salieron de nuestro país.
Este verdadero narcotráfico, con redes y conexiones en las instituciones y el sistema político parece pasar inadvertido para Leal.
Daniel Martínez sigue la misma línea cuando también en medio del escándalo por la cocaína hallada en Alemania que había salido de Uruguay, insiste con sus propuestas de instalar “10mil cámaras de videovigilancia” en la ciudad.
Portación de cara
Hace pocos días, los medios informaron de la detención en la vía pública de una persona que tenía en su poder 14 gramos de marihuana.
El propio Ministerio del Interior explicó en un comunicado que el sujeto había sido detenido en el marco de "acciones preventivas" que la Policía realiza en diferentes zonas de Montevideo.
En el mismo comunicado se informó que se lo dejó en libertad al no poderse comprobar ninguna conducta ilícita.
Claramente se trata de un caso de estigmatización, de una detención arbitraria, que se da luego de otro de características similares en Maldonado, donde resultaron heridos en una persecución policial dos jóvenes. Los procedimientos policiales cotidianos hacia personas en situación de calle tienen similares características. El hostigamiento por “portación de cara” por ser pobre tienden a ser cada vez más frecuentes.
A esto se refiere seguramente Gustavo Leal cuando habla de “ejercicio de la autoridad sin complejos”. Ya alguna vez declaró que “no hay que tener la ingenuidad de creer que esto se arregla con políticas sociales, no alcanza con eso”. Hay que ponerse del lado de las víctimas y actuar con severidad, con rigor”.
El Frente Amplio y la agenda de la derecha
Si a lo largo de estos 3 periodos de gobierno el Frente Amplio ha ido tomando de manera cada vez más explícita la agenda de la derecha en tema de seguridad, todo indica que si Daniel Martínez es el próximo presidente se continuará este camino. En estos 15 años el Frente se ha mostrado como un prolijo y confiable administrador del capitalismo y de esta manera se ha acercado peligrosamente a la derecha.
De hecho la figura del propio Leal ha sido elogiada por el candidato del partido Colorado, Ernesto Talvi, quien ha dicho que sería alguien a quien le ofrecería un puesto en su equipo de gobierno.
Cuando todos los candidatos, incluido Martínez, anuncian que se deberán implementar reformas antipopulares (por ejemplo aumentar la edad jubilatoria) el aumento de la represión y el discurso securitario solo pueden servir a una política autoritaria y de control social, y en perspectiva se volverá contra los sectores populares que salgan a luchar y enfrentar los ajustes que se vienen.