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Red Internacional
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Especulación financiera. La banca española gana más de mil millones de euros por la subida de la tasa de interés

Las últimas medidas del Banco Central Europeo acrecienta las ganancias del sector financiero a costa de la pobreza a millones de familias y de afectar a los sectores de ingresos medios.

Viernes 16 de septiembre de 2022 22:18

El Banco Central Europeo (BCE) subió la tasa de interés tres cuartos de punto porcentual, la mayor subida en la historia del euro, situándola en el 1,25%. Esta subida coincide con el ascenso de la tasa europea de oferta interbancaria, euríbor (Euro Interbank Offered Rate), que se sitúa en su punto más alto en una década, en 2,25%.

Esto supone un incremento en gran parte de los créditos que actualmente arrastran las familias y empresas. Sin embargo, para la banca, supone unas nuevas suculentas ganancias. Según las previsiones anuales de los bancos que operan en Estado español, sus ingresos ya han aumentado en más de mil millones de euros anuales gracias a estas recientes subidas.

Además, durante casi una década, estos mismos bancos han podido pedir dinero prestado al BCE a unos intereses muy rentables, y ahora pretenden beneficiarse, y ya lo hacen, del encarecimiento del dinero y de la vida, a costa de los de siempre, del pueblo trabajador.

Un nuevo ataque directo que supondrá a las familias con hipotecas variables un gasto entre 124 y 288 euros más al mes, lo que supone un total de 1300 a 3400 euros al año por familia. Según el informe que hace referencia el diario Cinco Días, 4,1 millones de hipotecas están referenciadas al euríbor, un 80% del total de las hipotecas españolas.

El euríbor llevaba en cifras negativas desde febrero de 2016 y ha sido en abril de este año cuando ha vuelto a números negros, alcanzando ahora su punto más alto en la última década. Solo con la subida en agosto la hipoteca media afectada se verá incrementada en 120 euros al mes, según el informe antes mencionado. Este encarecimiento del dinero dificultará el acceso a créditos de familias, lo que nos ahogará aún más. La suma de las subidas de la inflación, de los intereses y el euríbor se sitúa actualmente en los niveles más altos desde hace más de cinco años, según el BCE.

Además, por lo que la propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha declarado, esto no termina aquí. Se prevén nuevas subidas de los tipos de interés para, supuestamente, frenar la inflación desatada en la zona euro que en agosto se situaba en una media del 9,1%, debido sobre todo a los altos costes de la energía por el impacto de la guerra en Ucrania. Sin embargo, Lagarde afirmó que “Nadie espera que la inflación baje en el próximo trimestre”, y advirtió que “es probable que la ralentización de la economía se traduzca en un incremento de la tasa de desempleo”. Es decir que además de los golpes inflacionarios, veremos un crecimiento de los despidos. Un ataque en regla a la clase trabajadora.

Estos mismos bancos, que van a verse beneficiados, una vez más, de la crisis que se nos viene encima a los de siempre, son los mismos que se quedaron con los ahorros, inversiones y viviendas en la anterior crisis desatada en 2008 que provocaron ellos mismos con las burbujas especulativas. De hecho, según un informe de Tinsa en 2015, de las 389.000 viviendas desocupadas en España, el 80% pertenecían a entidades financieras. Y otro porcentaje importante a promotoras que mantenían inmuebles en propiedad. Y este es de los pocos estudios y datos que se tienen sobre el tema. La opacidad y la falta de datos acerca de este asunto es alarmante, dada la gravedad del problema.

Según la lógica capitalista, al subir los tipos de interés, bajará la inflación. Sin embargo lo que esto provoca es más crisis y una pérdida del nivel de vida de la clase trabajadora. Ya ha pasado otras veces. Es momento de plantear una alternativa. Para poner fin a estos ataques contra los trabajadores es necesaria la nacionalización del sistema bancario, con la expropiación de los bancos privados y la conformación de un banco público único, bajo gestión de sus trabajadoras y trabajadores. Así, se podría proteger a los pequeños y medianos ahorristas y canalizar el ahorro estatal hacia las necesidades sociales. Esta medida es necesaria para tener control de la economía y que no se comporte como una montaña rusa al servicio de los grandes capitalistas.