Las ideas de la izquierda ganan simpatías en una ciudad de importante concentración obrera.
Miércoles 18 de octubre de 2017
Cuando vimos la repercusión de la campaña del Frente de Izquierda en todo el interior de la provincia, los intensos mensajes que Alejandra Arreguez, candidata a diputada nacional por el PTS/FIT leía en su bandeja, decidimos que teníamos que reforzar la militancia en esta ciudad centenaria que, hoy en día, reclama en su memoria la vieja dinámica de la organización obrera en los Talleres Ferroviarios y que ve bajo el indómito sol tucumano a los trabajadores precarizados de los cítricos mientras las fortunas se hinchan en los bolsillos de los empresarios del sector.
Mientras le contábamos a la gente con volantes la propuesta de reducir la jornada laboral para que todos puedan trabajar, algunos nos comentaban de la centralidad político-laboral que tiene la Municipalidad, que da visto bueno a sus trabajadores mientras pongan buena cara a la campaña de los funcionarios. Así mismo, no hay trabajo asegurado en los talleres que hoy producen un mínimo de lo que en sus momentos más pujantes, ni en los días cronometrados de la cosecha del limón, ni en otras fuentes.
En tanto que se somete a la población al desempleo, se le ofrece desde Fuerza Republicana, liderada por Ricardo Bussi, una salida de mano dura. Sus afiches, en numerosas paredes, piden la vuelta del Servicio Militar Obligatorio para todos aquéllos jóvenes que no trabajen ni estudien. El colmo pensar en esta salida antiobrera, cuando tenemos relatos como el de un cosechero del limón que nos decía “¿Sabés lo que es estar todo el día bajo el sol?, además nos pagan una miseria por el kilo que recogemos y cuando termina la cosecha te quedas sin trabajo”.
En recorridas por los barrios hubo una respuesta muy alentadora de las propuestas del Frente de Izquierda de parte de los explotados, los desempleados, las mujeres y los jóvenes. Un estudiante de Filosofía y vecino de la histórica Villa Obrera, después de haberse pegado una fuerte leída por el marxismo, quería profundizar las ideas. Así también, una maestra cuando pasamos a los cursos se mostraba encantada con la reducción de la jornada y les decía a sus alumnos “no tiren este volante; vamos a estudiarlo y a hacer un trabajo sobre esto”. Toda la recepción de este barrio obrero y la ciudad en general nos entusiasmaba para seguir caminando, pensando en toda la fuerza social que ahí existe y que, organizada, es el temor latente de los patrones.
Alejandra Arreguez con algunos militantes organizaron comités para planificar recorridas que lleven las ideas de la izquierda a todo el municipio, donde participaron personas que querían conocer más profundamente a qué horizonte apuntamos cuando decimos: Nuestras vidas valen más que sus ganancias. ¡Sumáte!