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Red Internacional
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Violencia contra las mujeres. La “cocina” del #NiUnaMenos

Marta Dillon, periodista y militante feminista, además de fundadora y editora del suplemento Las/12 y Soy, del diario Página/12 estuvo en Córdoba a un mes de la movilización del #NiUnaMenos, donde dio una conferencia en la Universidad. Es integrante del colectivo de artistas, intelectuales, escritoras que convocó a la concentración frente al Congreso.

Laura Vilches

Laura Vilches Concejala PTS - FIT Córdoba. Legisladora provincial PTS-FIT (mandato cumplido) | @VilchesLaura

Martes 7 de julio de 2015

Aquel día, centenares de miles de personas se movilizaron en más de 120 ciudades y pueblos de todo el país contra los femicidios y la violencia machista.

La exposición de Dillon en esta conferencia en Córdoba, un mes después de aquella multitudinaria marcha, abordó, la lectura de un documento colectivo y el balance de la movilización. En ese marco se refirió a lo que llamó la "cocina" de la convocatoria del #NiUnaMenos por el grupo de periodistas, intelectuales, artistas. Según narró, convocatoria y elaboración del documento estuvieron cruzadas por varias disputas al interior del grupo de esas 17 mujeres que lo componen.

Una de esos debates fue la definición de si se debía marchar con banderas políticas o no. Dillon consideró relevante que se haya podido salir de esta cosa de la marcha de indignados o indignadas sin reconocerse como parte de los grupos en los que activamos habitualmente, sin mención de la pertenencia política de la identidad de género, de la orientación sexual que a veces es tomada como bandera también. Convivieron todas las banderas políticas. Fue una marcha política, no fue una marcha al estilo Bloomberg donde se va con velas y se marcha por la vida como si la vida fuera un valor por fuera de los cuerpos y de los activismos cotidianos. Y esto es una ganancia.

A su vez, comparó la movilización del 3 de junio con el histórico 24 de marzo y el repudio al Golpe Genocida bajo la consigna del “Nunca Más” cuyo acuerdo unánime es la condena al terrorismo de estado. La consigna “ni una menos”, según Marta Dillon, amplió un sentido y permitió decir “nunca más” una mujer muerta por la violencia machista e inscribir el reclamo de las mujeres en la órbita de los derechos humanos. El femicidio, aseguró, no fue pensado en la lógica de la seguridad o inseguridad y el reclamo punitivista a los victimarios sino entre las cuestiones de los derechos humanos de las mujeres. La tonalidad fundamental de la plaza la dio el feminismo con sus consignas, sobre todo aquellas que dicen que lo personal es político y la que reclama la soberanía de las mujeres sobre sus propios cuerpos.

Luego planteó que uno de los principales reclamos de las mujeres, enarbolados en carteles caseros de todo tipo y color, fue decir NO sin recibir castigo por ello. Un “no” que es el que no soportan, según la periodista, los hombres que golpean, violan o matan. Ese “no” que pone en escena a la mujer rebelde, que desestabiliza la comodidad machista y cuestiona la sociedad patriarcal en su conjunto. En contrapartida, aseveró se dijo sí a la decisión autónoma de las mujeres (…) sí a la libre decisión de las mujeres sobre su sexualidad y su capacidad reproductiva.
Sobre la base de ese doble movimiento, Marta Dillon asentó la potencialidad mayor de la marcha, ya que ese decir “no a lo que no queremos y decir sí a lo que sí queremos” afirmó a las mujeres en el centro del reclamo y como sujetos políticos.

De allí, desprendió luego las implicancias radicales de la afirmación de las mujeres, entendiendo la incorporación entre las demandas del derecho al aborto legal, seguro y gratuito como la expresión máxima de esa soberanía de la decisión. Relató, entonces, que la formulación expresada en el documento de las convocantes que planteaba el “derecho a decir no a un embarazo” significó un debate también al que se refirió como una disputa muy fuerte, con mucha resistencia respecto a la oportunidad o no de nombrar el aborto.

La escritora entiende que la posibilidad de controlar nuestra capacidad reproductiva con plenitur, está íntimamente vinculada con la conquista del derecho al aborto legal, y señaló que es ahora la oportunidad de disputar el sentido y de decir sí, también queremos aborto.

Al respecto dijo no entender cuál es la ganancia de seguir tratando de sumar a quienes están en contra del derecho al aborto en este reclamo, para mantener la masividad, si con eso perdemos una de las demandas principales del movimiento de mujeres, del movimiento feminista y sobre todo, de cada mujer en particular; de aquellas que mueren en la clandestinidad o de las que quedamos marcadas por la experiencia de atravesar la clandestinidad para poder defender nuestro derecho a vivir como queremos vivir.

En cuanto a las implicancias de la movilización y sus consecuencias, señaló una serie de datos que dan cuenta del impacto en la vida de las mujeres y en la política misma, tales como el aumento en un 1000% de llamados a la línea 144 en la cual se orienta sobre violencia machista, o la incorporación o no después de la marcha en los discursos y plataformas electorales de los principales candidatos a presidente. Al respecto marcó que el plan de prevención, sanción y erradicación de la violencia hacia las mujeres previsto por la ley 26485 que debe aplicar el Consejo Nacional de las Mujeres (dependiente del Ministerio de Desarrollo Social) es un plan que dicen que está en marcha pero nadie sabe de qué se trata. En similar sentido se refirió a la creación de una Unidad de registro de femicidios dependiente de la Secretaría de DDHH de la nación como respuesta de las autoridades nacionales, así como la creación de la Unidad Fiscal Especializada en violencia contra las mujeres bajo la órbita de la Procuraduría general de la Nación.

Todas éstas fueron respuestas a la movilización sostuvo, y resta que de los anuncios oficiales se pase a la plena instrumentación.

Finalmente, mencionó que la incorporación - en el texto de la convocatoria- de la demanda de aplicación del “Protocolo para la atención integral para las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo” fue un logro, así como la exigencia de que adquiera rango de resolución ministerial de manera urgente para que sea de aplicación obligatoria en todo el territorio nacional: Es muy importante como estrategia para el “mientras tanto” se legalice la interrupción voluntaria del embarazo, porque salvaría, su aplicación, la vida de muchas mujeres y de las consecuencias de la clandestinidad. Más aún en Córdoba donde este derecho está conculcado por los grupos católicos.

Como conclusión previa a la apertura del debate con el público presente, Marta Dillon señaló que la experiencia de la movilización expresó que entre quienes nos reconocemos como mujeres hay una experiencia de dolor, hay heridas compartidas y que cuando eso se pone en común, lejos de quedarnos ancladas en el lugar de la víctima o aferradas a ese dolor lo que sucede es que hay un corrimiento de ese lugar que genera estrategias de resistencia y autodefensa. Me parece que la violencia machista se ejerce porque nos toman de una en una y que hay que salir de esos círculos de aislamientos y eso es algo que también se puso en acto masivamente el tres de junio. Esto de salir de cada una y esta todas ahí, aún cuando cada una estuviera diciendo una palabra individual, esa palabra individual tomaba fuerza en el conjunto.

Para cerrar la intervención, sintetizó que la convocatoria logró saltar el cerco marginal en el cual históricamente se encierran las demandas por la libertad y la integridad de las mujeres y logró instalar la discusión sobre la violencia machista. Lo hizo recogiendo el dolor y el malestar social por las muertes y por el modo en que las víctimas son tratadas judicial y mediáticamente. Resta “abrir la cuña”, aseguró Dillon, para que los reclamos históricos sean audibles y para eso hacen falta activismos y militancias tenaces.


Luego de su exposición y tras un rico debate con el público sobre la experiencia de la convocatoria en Córdoba, Marta Dillon dialogó unos minutos con La Izquierda Diario

Fuiste parte de la convocatoria del 3 de Junio bajo la consigna #NiUnaMenos y estamos a un mes de la gran movilización. ¿Qué podés decirnos al respecto?

En principio, está disponible el documento que elaboramos y nos parecía fundamental bajar esa experiencia que fue muy corporal, que nos atravesó a todas en el cuerpo por la posibilidad de esta comunidad, de poner el cuerpo en la calle y de manera masiva, y esta sorpresa de que éramos muchísimas y de que nuestras voces valían, de que la convocatoria se replicaba en todos lados.

Ese documento está disponible y me parece que está bueno referirme a eso porque fue un trabajo colectivo. Estar acá está buenísimo también para mí, para escuchar cómo fue en otros lados y empezar a trabajar esta propuesta que salió en el debate, que nosotras ya empezábamos a pensar, de aprovechar el Encuentro de Mujeres para poner en común estas experiencias de cómo se organizó esto en los distintos puntos del país. Me parece que hay muchísimo trabajo por hacer y que está buenísimo encontrarse.

¿Qué creés que expresó este #NiUnaMenos?

Para mí expresó, por un lado, el reclamo por la autonomía de las mujeres. Esto me parece que fue una cosa central. La posibilidad de que muchas minas -a mí me gusta la palabra minas, la uso porque la palabra mujeres esta como muy formateada, ¿no?

Cuando una dice mujeres muchas veces remite a la mujer de Para Ti. Entonces, por un lado eso: me parece que ese reclamo por la autonomía, por la posibilidad de decir NO, de hacernos cargo de nuestras decisiones y de ponerlas en juego, y este decir basta, y a la vez, en contrapartida la posibilidad de decir sí, de afirmarnos en cómo queremos construirnos, cuáles son nuestros placeres, nuestros goces, nuestros dolores, y de eso hacer una potencia, ¿no? Había mucha rabia, pero de esa rabia sale la acción, la posibilidad de la acción y eso es lo que me parece que se expresó y que ahora hay que capitalizarlo.


REPRODUCIMOS EL DOCUMENTO DEL COLECTIVO #NIUNAMENOS A UN MES DE LA MOVILIZACIÓN MULTITUDINARIA DEL 3J


Laura Vilches

Concejala PTS - FIT Córdoba. Legisladora provincial (mandato cumplido) PTS-FIT Córdoba. Docente. Miembro de la dirección nacional del PTS y de la Agrupación de Mujeres "Pan y Rosas".

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