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Red Internacional
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1° AÑO DE LÓPEZ OBRADOR. La crisis ambiental en tiempos de la 4T

En el marco del primer aniversario del gobierno de López Obrador, es necesario hablar acerca de la lucha por el medio ambiente y que en México se traduce en las luchas por la defensa del territorio y contra los megaproyectos.

 Elizabeth Sauno

Elizabeth Sauno @ElizabethSauno

Axomalli Villanueva

Axomalli Villanueva @1quiahuitl

Domingo 1ro de diciembre de 2019

En los últimos años, hemos podido ver el impacto que tienen las políticas depredadoras del capitalismo sobre el medio ambiente y el planeta: cambio climático, extinción masiva de especies, etc., que ha llevado a una crisis ecológica sin precedentes y se ve reflejado en casos cada vez más graves de degradación de los ecosistemas.

Esto, de la mano del uso desmedido de combustibles fósiles, es uno de los temas más preocupantes, pues significa una carrera a contrarreloj por darle salida a esta crisis; de lo contrario, supondría un escenario catastrófico para la vida en la Tierra y en especial para la humanidad.

La devastación ambiental en México está íntimamente relacionada a los megaproyectos y las políticas extractivistas que históricamente se han implementado en el territorio, mismas que son dictadas en su mayoría por capitales extranjeros. Esto, lejos de cambiar con la llegada de López Obrador a la presidencia, ha dado continuidad al saqueo y la sobreexplotación de los recursos naturales.

Cabe mencionar que alrededor del mundo las posturas más “progresistas” dentro del capitalismo ahora están apostando por una “transición verde” que pretende dar no sólo una salida a la crisis climática, sino a la próxima crisis en los combustibles fósiles que ya se comienza a demostrar en los conflictos geopolíticos a nivel mundial.

En estos primeros 12 meses de gobierno, la política ambiental ha dado un volantazo en cuanto a la conservación de medio ambiente, pues mientras gobiernos "progresistas" apuestan por la "transición verde" o "New Green Deal", López Obrador quiere volver a la explotación petrolera de los años 50´s, al impulsar la construcción de una nueva refinería en Tabasco e invertir recursos en las exploraciones de gas natural y fracking en el norte del país.

Mientras tanto ambientalistas y expertos en temas ambientales han denunciado continuamente la falta de interés del gobierno de la Cuarta Transformación en asuntos de preservación y cuidado de los ecosistemas.

La Austeridad Republicana y los recortes a la conservación

En ese sentido, la política de la Austeridad Republicana, misma que en vez de recortar los escandalosos sueldos de la clase política, ha decretado miles de despidos de trabajadores estatales, y que en el Presupuesto de Egresos del 2020, las dependencias destinadas a la protección y conservación de los ecosistemas verán reducidos considerablemente sus recursos.

Como ejemplo está la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que verá reducido su presupuesto y el programa de atención a desastres naturales, esto se traduce en menores recursos a cuestiones de mitigación y adaptación contra el cambio climático y conservación de las Áreas Naturales Protegidas.

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Por otro lado la Comisión Nacional Forestal (Conafor), este año recortó hasta en el 70% a su personal de confianza, mismo que se encargaba de cubrir las cuadrillas de combate y prevención de incendios forestales, que este año consumieron más de 152,952 hectáreas en los primeros cinco meses del año.

En general el tema ambiental perderá un 33% del presupuesto en comparación a 2019. Esto demuestra que la conservación y protección al medio ambiente no es prioridad para la 4T.

De la misma forma el discurso gubernamental se escuda en programas asistencialistas como "Sembrando Vida" que pretende llegar a sembrar un millón de árboles frutales y maderables, sin embargo esto está muy lejos de representar una política adecuada para la preservación del medio ambiente.

De hecho, recientemente se ha denunciado que terratenientes del sureste de la república deforestan grandes extensiones de selvas para poder acceder a estos programas, por lo que está resultando un problema para este ecosistema de por sí ya amenazado.

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Mientras que el gobierno quita recursos para la preservación de este, deja actuar, prácticamente con impunidad, a las empresas que devastan los territorios. Es el caso de Grupo México, que en julio pasado vertió 3 mil litros de ácido sulfúrico al Mar de Cortés, santuario de miles de especies protegidas y que causó la muerte de varios ejemplares de tortugas y leones marinos.

Queda claro que el discurso de López Obrador de gobernar “para ricos y pobres” topa con pared cuando hablamos del respeto hacia los pueblos originarios y la conservación del medio ambiente.

Esto debido a que con el pretexto del "progreso" ha decidido apostar también por los megaproyectos, mismos que durante su discurso de campaña prometió ponerles fin como al NAICM de Texcoco o al Proyecto Integral Morelos.

Megaproyectos y Guardia Nacional

El pasado 24 de septiembre, durante su conferencia matutina donde hizo alusión al petróleo como “el mejor negocio del mundo”, dedicando una disertación con respecto al lucro que ha habido en torno a la industria energética y destacó que "a la naturaleza no se le paga renta", por lo cual las ganancias resultan atractivas.

Esto nos lleva al caso de los megaproyectos, ya sea de infraestructura como el Tren Maya (TM), el Corredor Transístmico (CT), el Proyecto Integral Morelos (PIM), la Refinería de Dos Bocas (RDB), el Aeropuerto de Santa Lucía (ASL) etc., además del extractivismo como la minería a cielo abierto y el fracking.

Mapa por: Pie de Página

Acá es donde nos encontramos otra contradicción del gobierno de la 4T pues a pesar de que en su ceremonia de toma de presidencia, prometió que no habría más despojo hacia los pueblos originarios, en la realidad, ha fomentado esta política en contubernio con los grandes capitales.

Para dar continuidad a esto se implementó la Guardia Nacional, la cual inició sus operaciones en puntos estratégicos para la colocación de megaproyectos como el Proyecto Integral Morelos, La Parota, minerías como la de Samalayuca (Cd. Juárez), puntos de fracking en Veracruz, la refinería de Dos Bocas en Tabasco (de donde sale la “Ley Garrote”), o el próximo megaproyecto minero de extracción de litio en Bacadehuachi, (pueblo ubicado en la Sierra Alta de Sonora).

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En el caso del Tren Maya y el corredor Transístmico todo apunta a que estos proyectos son una concesión para los sectores empresariales, el cual va de la mano con una política de militarización que tiene diversas funciones: despojo de territorios, ataque a las comunidades indígenas (incluidos los caracoles del EZLN) así como fungir como parte del “muro de Trump” para impedir el paso de las Caravanas Migrantes.

Esto además de las constantes agresiones hacia los defensores ambientalistas, que se han visto constantemente asediados por el narcotráfico en contubernio con empresarios y que tan solo en lo que va del sexenio han sido asesinados al menos 16 en todo el país, lejos de mejorar, la política de militarización solo ha empeorado estas cifras.

Con lo planteado anteriormente sería erróneo pensar cada proyecto de manera aislada, ya que el plan de López Obrador es implementar un gran megaproyecto en bloque, con fases estructurales diferenciadas, y esto se puede ver, ya que no se ve por ningún lado la mínima intención por ceder en alguno de estos (Aeropuerto de Santa Lucía, Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, Proyecto Integral Morelos).

Foto por: Elizabeth Sauno

Expoliación imperialista en América Latina

Los países semicoloniales (condición que también aplica para México), se han convertido en la reserva de recursos naturales y de mano de obra barata principalmente para EEUU, China, Canadá y Europa.

La expoliación capitalista se ve reflejada en las políticas de extractivismo en los recursos naturales para las grandes empresas que tienen políticas de privatización de recursos naturales, implementado el despojo y la represión sistemática de los pueblos originarios para el saqueo de los recursos.

Sólo para recalcar en la importancia que tiene AL en el tema de la extracción de minerales, en su subsuelo tiene minerales fundamentales para la industria militar, de los cuales el principal receptor es EE.UU. entre éstos resaltan el bismuto (88%), zinc (75%), niobio (52%), fluorita (45%), litio (64%) y el cobre (45%).

En un sentido geoestratégico América Latina como región es clave como reserva de recursos naturales para el complejo industrial-militar de EEUU o como el petróleo lo que puede generar un seguro abastecimiento a largo tiempo.

Para la implementación de estas medidas el capital hace uso de sus cuerpos represivos a través de las políticas de militarización las cuales se vienen implementando en AL desde los 60’s, y en el caso de Bolivia está vinculado como uno de los motivos del Golpe de Estado.

El movimiento contra la catástrofe ambiental debe tener una salida antiimperialista y anticapitalista, independiente del Estado y las grandes empresas, que luche de la mano de los trabajadores, los campesinos y defensores del territorio contra las políticas extractivistas que atentan contra el medio ambiente.

Por otro lado es importante no caer en el engaño del capitalismo verde, pues es este mismo sistema que no le importa devastar los ecosistemas en pro de los beneficios económicos de una minoría, mientras nos quita el futuro a millones. Los grandes cambios que necesitamos para salvar al planeta no vendrán ni de los empresarios, ni de los gobiernos cómplices.

Es por eso que debemos apelar a la clase trabajadora como sujeto que puede transformar la economía y vía esto, poder cambiar la relación del ser humano con el medio ambiente, por que nuestras vidas y nuestro planeta valen más que sus ganancias.

Foto por: Elizabeth Sauno