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Panorama económico. La crisis se agrava: ¿cómo llega la clase trabajadora?

La corrida cambiaria y la aceleración de la inflación agravan las condiciones de vida de trabajadoras y trabajadores. ¿Cuál es el estado del empleo y salarios? A días del 1 de mayo Massa junto a los dirigentes sindicales habló de un acuerdo de precios y salarios, pero no hubo respuesta patronal y cada vez que se anunció, incumplió. Es necesaria una respuesta a las necesidades de la clase trabajadora.

Mónica Arancibia

Mónica Arancibia @monidi12

Domingo 30 de abril de 2023 20:54

La clase trabajadora es la principal afectada por años de la economía estancada. La situación económica se agravó con una nueva corrida cambiaria y los precios que escalan. El ministro de Economía, Sergio Massa, implora al FMI por un anticipo de los desembolsos para fortalecer las reservas que se fugaron del Banco Central.

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Antes de esta escalada la situación social ya era gravísima, un 39,2% de la población está bajo la línea de la pobreza, 18 millones de pobres en todo el país. Esa es la foto del segundo semestre del año pasado. Con la aceleración de la inflación de este año habrá más pobres, según especialistas la pobreza superará el 40%.

Reina la precarización laboral

La última medición del Indec para el cuarto trimestre del 2022, para los 31 aglomerados urbanos relevados, exhibe 6,3% de desocupación. La cifra es mucho más elevada entre la juventud (varones de 14 a 29 años, 12,6%) y entre las mujeres (mujeres de 14 a 29 años, 13,6%).

Si se extrapola ese porcentaje a todo el país, resulta que existen alrededor de 1,4 millones de desocupados en la Argentina.

Mientras un sector de la población está desocupado, subocupado, los que logran cubrir los consumos mínimos están sometidos a jornadas laborales interminables. Según datos del Indec, la población sobreocupada, es decir la que trabaja más de 45 horas a la semana, supera a un cuarto del total de los ocupados: en 2022, el promedio fue 28% cuando en 2021 fue 27%.

En los últimos años hubo un aumento de los puestos de trabajo y se redujo el desempleo, pero se creó empleo de peor calidad y con bajos salarios. Según datos de la Cuenta de generación del ingreso de Indec, los puestos de trabajo subieron un 5% (+1,1 millones) en el cuarto trimestre de 2022 en relación al mismo período de 2019. Del total de nuevos puestos, lo que más aumentó es el empleo no registrado (+477.415), es decir lo más dinámico fue el empleo precario. En tanto, los puestos de los trabajadores registrados aumentaron 379.131 y de los no asalariados (cuentapropistas) 219.002 en el mismo período.

Los puestos de trabajadores no registrados en el cuarto trimestre de 2022 alcanzaron los 5,6 millones. El sector con mayor cantidad de trabajadores sin registrar es el trabajo en casas particulares, que alcanza a 1,2 millones, que en su mayoría son mujeres. Del total de los puestos de trabajo no registrados representa el 21%. Si se considera la Encuesta Permanente de Hogares, en el cuarto trimestre de 2022 del total de los asalariados el 35,5% no tiene descuentos jubilatorios, es decir es trabajo informal.

Crecimiento para pocos

Tras la caída por la pandemia en 2020, la economía argentina se recuperó en 2021 y 2022 aunque no cambió las tendencias más profundas al estancamiento del Producto Interno Bruto (PIB) que sucede hace una década. Sin embargo, esta recuperación no fue para mejorar las condiciones de vida de las mayorías populares como prometió en la campaña electoral el Frente de Todos sino que fue a los bolsillos y las cuentas bancarias de las grandes empresas. Se profundizó la desigualdad preexistente entre asalariados y empresarios.

Según datos del Indec, el Excedente de Explotación Bruto, una suerte de aproximación a la masa de ganancias empresarias, subió su participación en la riqueza generada en el país desde el 40,2% en 2016 al 44,6% en 2022. La contraparte es el retroceso de la Remuneración del Trabajo Asalariado que disminuyó su participación en la riqueza desde el 51,8% en 2016 al 44,9% en 2022. Esa riqueza generada es un producto de la naturaleza y del trabajo humano. Pero la clase capitalista sustenta su ganancia en el no pago de una parte del trabajo realizado por la clase trabajadora. A través de este mecanismo puede apropiarse y aumentar su riqueza.

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El retroceso de las condiciones de vida tiene expresión en el derrumbe del poder de compra: en el sector privado registrado alcanza al 21,6% (febrero 2023 versus octubre de 2015); en el sector público el 28,8% (febrero 2023 versus octubre de 2015) y entre los informales un valor mayor del 37,8% (pero la baja se observa en un período más corto, febrero 2023 versus octubre de 2016, que es cuando empiezan las estadísticas oficiales). Alberto Fernández no cumplió con la promesa de revertir la pérdida salarial operada durante el Gobierno de Mauricio Macri. Por el contrario, la caída siguió, aunque de forma menos acentuada.

El deterioro del poder de compra de varios años (cinco años de caída consecutiva) provocó que haya trabajadoras y trabajadores pobres, es decir que aunque tengan un puesto de trabajo con jornada completa su salario no les permite llegar siquiera a la canasta de pobreza que elabora el Indec (canasta que no incluye el gasto de un alquiler).

Un informe de Cifra de la CTA señaló que en el tercer trimestre cuando el 37,9% de la población tenía ingresos bajo la línea de pobreza, el 28,7% de las personas ocupadas era pobre a pesar de tener ingresos laborales. La situación es más grave para los trabajadores no registrados, cerca de 45% de los trabajadores informales se encontraba en situación de pobreza.

Por su parte, jubilaciones y programas sociales también corren por detrás de la inflación. El haber mínimo en el primer trimestre del año estuvo 16% por debajo del nivel promedio de 2019, y la Asignación Universal por Hijo perdió un 26,2% de poder de compra en el mismo período, según Cifra.

Otra vez acuerdo de salarios y precios

Pluriempleo, empleo precario, trabajadores pobres son rasgos del mercado laboral actual. Los datos muestran una situación de fuerte deterioro social y la crisis lo agudizará. En este contexto, y unos días antes del 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, el ministro de Economía convocó a un acuerdo de precios y salarios para los próximos 90 días. Un acuerdo social con los representantes de los trabajadores y los empresarios con el objetivo de alinear precios y salarios. Los dirigentes sindicales en vez de estar a la cabeza de un plan de lucha para recuperar todo lo perdido se sentaron en la mesa con Massa para negociar este pacto. No hubo respuesta de las patronales a la propuesta del ministro.

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El Gobierno pretende controlar a los “formadores de precios” cuando ya se demostró que esa política fracasó, son las grandes empresas las que remarcaron precios en las últimas semanas incumpliendo los acuerdos ante la corrida cambiaria.

Por otra parte, estos acuerdos ya se intentaron en otros momentos de la historia nacional y siempre quedaron en la nada como sucedió con el Pacto Social de Perón y su ministro de Economía Gelbard en 1973 que estalló ante el ascenso obrero, la crisis económica y política. Los empresarios quieren mayor libertad para remarcar los precios, frenar todo lo que puedan el reclamo paritario de los trabajadores, ampliando la brecha entre el precio de las mercaderías que venden y los salarios que pagan, lo cual les permite subir sus ganancias a costa de la clase trabajadora.

Las movilizaciones de los docentes, el corte de la Panamericana de los trabajadores de Mondelez en rechazo a la precarización laboral, los paros de los trabajadores del subte por la reducción de la jornada laboral, dan cuentan que la clase trabajadora ya no quiere seguir perdiendo y va a enfrentar los planes patronales de mayores ataques. Ante este panorama, es urgente y necesario un paro nacional y plan de lucha en el camino de la huelga general para derrotar este nuevo saqueo en curso junto a otras medidas como aumento de emergencia de salarios, jubilaciones y programas sociales, y la incorporación de cláusulas gatillo que actualice mes a mes según la inflación, reducción de la jornada laboral a 6 horas y 5 días a la semana y el reparto de las horas de trabajo, entre otras.

Este 1 de mayo sobran los motivos para participar del acto del Día Internacional de los Trabajadores organizado por el Frente de Izquierda. Contra los políticos patronales y en apoyo a las luchas que se dan en el mundo, para poner a la clase trabajadora de pie y reorganizar el país desde abajo.

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Mónica Arancibia

Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.

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