Chubut. La crisis social se manifestó ante el paro sorpresivo de los estibadores en el puerto de Rawson

Desde el jueves 28 de diciembre el gremio de SUPA, que agrupa a los estibadores, comenzó un paro sorpresivo por reclamo salarial y condiciones de higiene y seguridad en el puerto de Rawson. Esta acción dejó a 60 barcos sin poder descargar el langostino capturado.

Ante esta noticia y la posibilidad de que se regale el langostino, antes que se descomponga, cientos de vecinos se amontonaron a lo largo de la jornada del viernes 29 para hacer fila y conseguir unos cuantos kilos. Un alimento vetado por su precio para la mayoría de la población trabajadora.

Algunos tuvieron suerte temprano y al mediodía consiguieron el preciado langostino. La mayoría, no, ya que los empresarios prefirieron que se pudra el langostino antes que regalarlo.

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Igual actitud tienen los empresarios del sector con los trabajadores, ya que se niegan a dar aumento salarial y las condiciones de higiene y seguridad que reclaman desde el SUPA, gremio que había acordado la “paz social” a fines de octubre para poder darle inicio a la temporada de captura de langostinos en aguas provinciales. Pero el plan de guerra del gobierno nacional, la escalada inflacionaria y la sed de ganancias de los empresarios obligó a la dirección del sindicato a tomar esta acción.

Ante este paro, desde la secretaría de pesca de la provincia informaron que se suspende la temporada de langostino, al menos hasta el día 15 de enero del año próximo, y se suman desde el gobierno provincial de Nacho Torres y Juntos por el Cambio al chantaje patronal haciendo responsable al sindicato de poner en riego a “más de 25 mil familias que viven directamente con actividad en un suspenso en sus fuentes de trabajo”. Obviamente de este gobierno propatronal no se podía esperar otra declaración.

Este intento del gobierno provincial busca generar división entre los trabajadores de la rama de la pesca y la industria alimenticia en favor de los intereses y los negocios de los empresarios. Buscan profundizar la división entre quienes están sindicalizados y quienes no, a quienes trabajan en el puerto y a quienes son trabajadores de las plantas pesqueras. No podemos permitirlo.

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Lo que no dice el gobierno provincial es que este conflicto lo generaron los empresarios que envalentonados con el DNU, la ley ómnibus y el protocolo anti piquetes quieren aumentar sus ganancias profundizando los bajos salarios y las terribles condiciones de flexibilidad laboral en el trabajo de los trabajadores del puerto, a los cuales se niegan a darle la ropa que necesitan para desarrollar la estiba y garantizar las condiciones de seguridad e higiene. Plata no le falta a estos empresarios chupasangre, que según declaró Gustavo González, presidente de la Cámara de la Flota Amarilla, en día de paro, los empresarios perdieron “casi 5 millones de dólares”.

La contundente reacción obrera que impulsó la dirección del SUPA con el paro, muestra una vez más la fuerza de la clase trabajadora para frenar la ofensiva patronal y es un punto de apoyo para preparar y organizar el paro nacional del próximo 24 de enero contra el plan de guerra de Milei-Caputo y el protocolo anti piquetes de Bullrich.

Esta acción a días de la movilización del 20 de diciembre y de la marcha del 27 de diciembre, puede ser una expresión de que la bronca de la clase obrera ante la actual situación, abra paso a una mayor combatividad y acción obrera para enfrentar y derrotar los planes del gobierno y la patronal.

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Y hace evidente la necesidad de la unidad y la coordinación con los sectores populares que han visto evaporarse sus salarios y sus condiciones de vida con las y los trabajadores como los del puerto, que controlan un sector estratégico de la producción provincial, como quedó demostrado en la rebelión obrera y popular de diciembre de 2021 cuando su ingreso y participación fue determinante para derrotar la zonificación minera. Esta unidad quedó planteada y es clave desarrollarla.