En el operativo conjunto entre Nación y Ciudad en la Villa 31, resultaron positivos 30 de las 39 personas testeadas. Los casos positivos de coronavirus en los barrios vulnerables de la ciudad de Buenos Aires siguen en ascenso. Solamente ayer se confirmaron 64 nuevos diagnósticos de Covid-19 y ya fallecieron 6 personas.
Jueves 7 de mayo de 2020 13:06
El día de hoy jueves, donde la legislatura porteña, decidirá la entrega de superpoderes para Horacio Rodríguez Larreta con la Ley de Emergencia Económica, salen a la luz datos preocupantes que demuestran la desidia criminal del Gobierno de la Ciudad en los barrios vulnerables. Mientras escandalosamente esta ley determina, dentro de otros puntos, la reducción de fondos destinados a las viviendas sociales.
Las denuncias de las organizaciones barriales y de DD.HH. fueron desoídas durante semanas. La falta de agua en la Villa 31 fue el detonante, pero ya el Covid-19 había entrado en los barrios vulnerables a partir de trabajadores de áreas esenciales que sufren la falta de protección sanitaria y deben volver a sus casas en situaciones de hacinamiento.
Los datos son alarmantes y tiran por la borda la teoría del aplanamiento de la curva de contagios. Solo ayer miércoles los casos positivos confirmados fueron 64 en barrio vulnerables, la mayoría se registran en la Villa 31 de Retiro y el Barrio Padre Ricciardelli (ex Villa 1-11-14) del Bajo Flores. Más del 60% de los casos registrados en la Ciudad se dieron en los barrios populares. Y ya alcanzan los 365 casos positivos.
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Este pasado martes, los ministerios de salud de Nación y Ciudad mancomunadamente fueron a la Villa 31 a realizar un operativo sanitario, luego de semanas de denuncias de las organizaciones barriales. De una población de más de 40.000 habitantes realizaron solamente 39 testeos, sobre una población de riesgo por su condición precaria de vida, hacinamiento, falta de agua para la higienización necesaria. Un “operativo sanitario” para el marketing con un casi nulo efecto epidemiológico. Así y todo 30 de los 39 testeos dio positivo para Covid-19, una proporción que rompe todo tipo de achatamiento de la curva de contagio.
A esto hay que sumarle que hace semanas los habitantes de la Villa 31 denuncian falta de agua, una necesidad esencial en especial en medio de la pandemia. La falta de agua, sigue sin resolverse, incluso ante un fallo judicial que le exige al Gobierno de la Ciudad una solución inmediata. Mientras entre el Gobierno porteño y la directiva nacional de la privatizada AYSA se tiran la pelota en búsqueda del responsable.
Recién el día de ayer, en una reunión entre las autoridades del GCBA y Malena Galmarini directiva por el Gobierno Nacional en la privatizada AYSA, se pusieron de acuerdo en solucionar el problema del agua en la Villa 31, problema que los vecinos denuncian desde enero de este año sin tener respuestas favorables por ninguna de las dos partes implicadas.
En dicha reunión acordaron un plan, poco creíble, que las obras necesarias para que llegue el agua a las casas tardarían unos 20 días. Mientras se sigue sin dar respuesta inmediata y en todo ese tiempo el contagio podría triplicarse, sin posibilidad siquiera de la higiene necesaria.
Como denunciaron los vecinos de la Villa 31 en el noticiero de nuestro diario: “yo misma hace meses le llevé el reclamo por el agua a la presidenta de AYSA Malena Galmarini y nunca me contestaron”.
Se transforma en una necesidad inmediata, sobretodo en los barrios populares, lo que desde la izquierda venimos exigiendo desde el comienzo de la pandemia, testeos masivos entre la población. Única forma de poder detectar que sectores necesitan asilamiento social, en especial en las barriadas populares donde el slogan #QuedateEnCasa es inviable por el alto grado de hacinamiento y por ser los sectores que necesitan ir a trabajar si o si, o incluso lo que es peor salir a buscar alimentación en comedores populares.
Y para lograr un aislamiento social real, es necesario utilizar los hoteles vacíos de la Ciudad, los mismos que se usaron para contener a los argentinos repatriados, además de las viviendas ociosas que dicho sea de paso se encuentran a metros de la misma Villa 31, en Puerto Madero, barrio de especulación inmobiliaria con cientos de departamentos a estrenar completamente vacíos.
La vulnerabilidad de las viviendas populares es proporcional a la vulnerabilidad laboral, con miles de despedidos que ni siquiera tienen la posibilidad de la changa diaria. Mientras se sigue extendiendo el pago del misero bono IFE de $10.000, ahora dicen que recién en junio se completaría el primer pago, prácticamente a 2 meses de haber comenzado la cuarentena.
Siempre lo dijimos y ahora es clara para millones, la cuarentena como única medida sanitaria es una medida que excluye a todos los habitantes de los barrios populares de la Ciudad, como así también de las villas del conurbano bonaerense y de todas las grandes ciudades del país.