Apuntes militantes. La docencia pelea por bancas de izquierda: “Son puestos de lucha para fortalecer todas nuestras demandas”

Las elecciones de medio término arrojaron como resultado una derrota del gobierno de Alberto Fernández. Ante la crisis de la coalición, el gobierno nombró al gabinete más reaccionario y de derecha que encontró. Manzur, un antiderechos de las mujeres, amigo de los grandes laboratorios y responsable de garantizar los votos del ajuste a los jubilados. Aníbal Fernández, represor de protestas, involucrado en la masacre del Puente Pueyrredón y el asesinato de Mariano Ferreira, y a Julián Domínguez, aliado del AgroPower con quién se codea para dar más beneficios al campo. En medio de estos nombramientos, Cristina Fernández reconoce un brutal ajuste, recortando partidas presupuestarias, a pedido del FMI. Prometieron heladera llena, mejoras en las jubilaciones y salarios, pero profundizaron la pobreza y consumaron el ajuste.

La derecha de Larreta y los “liberfachos” agitan la eliminación de indemnizaciones, profundizar el ajuste e impulsar una reforma laboral que quita derechos a las y los trabajadores. La empresa Toyota, en complicidad con el SMATA, ya avanzó en aplicarla de hecho. No hace mucho, el gerente de Toyota pedía a gritos una reforma en la escuela secundaria argumentando, como buen patrón, que no formaba a los estudiantes, le faltó decir que para ser precarios y explotados en sus fábricas. Hace unos días tampoco se votó la ley de Etiquetado por el Lobby de patronales, como Ledesma de los Blaquier en Jujuy. Algunos diputados del Frente de Todos se ausentaron de la sesión.

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La novedad y noticia de las PASO fue la enorme elección del Frente de Izquierda Unidad ubicándose como tercera fuerza nacional. En la Provincia de Buenos Aires con Nicolás del Caño, en la Ciudad con Myriam Bregman y en Jujuy con Alejandro Vilca y excelentes resultados en Chubut, Santa Cruz y Neuquén. Un gran punto de apoyo para fortalecer las luchas y conquistar bancas que estén al servicio de lxs trabajadorxs, las mujeres y la juventud.

¿Y los sindicatos docentes?

Suben los precios de los alimentos, de los alquileres, cae el salario, se pierden puestos de trabajo y hasta se desaloja a quienes no tienen dónde vivir, como ocurrió hace unos días con las familias de la Villa 31 de Retiro. El último dato del INDEC es crudo: más de 18 millones de pobres y casi 5 millones en la indigencia. No son sólo cifras, son las condiciones de vida y de trabajo que relatan las familias de nuestras escuelas.

El sindicato docente UTE sólo se moviliza para apoyar al gobierno nacional. Siguen bancando a Alberto y a su política de ajuste, por eso no vimos ninguna medida de lucha. En las PASO apoyaron a Santoro y al candidato Alejandro Amor, un burócrata de Sutecba que avaló, entre otras cosas, que las enfermeras porteñas no pasen a ser parte de la carrera profesional en medio de importantes movilizaciones. Para educación no se destinó un peso ni se tomaron medidas de fondo. A un lado y otro de la Gral. Paz, los que perdieron fueron los docentes, las familias y los estudiantes. Larreta y Acuña se cansaron de atacar a la docencia. Su preocupación por la educación es falsa, ni siquiera garantizaron conectividad y dispositivos gratuitos en el momento más duro de la pandemia.

Ahora vemos un avance de la Justicia porteña en materia de derechos laborales. Están ahogando presupuestariamente a los profesorados luego de la Unicaba. Desalojan familias en la Villa 31 con los mismos métodos que en Guernica. Soledad Acuña persigue e intenta sancionar a los docentes de la escuela del Distrito 19, junto a Jorge Adaro de Ademys. Larreta, ya está planteando volver a las pasantías gratuitas para el último año de la escuela secundaria. Las familias se quedaron sin sus canastas alimentarias y los comedores están cada vez peor. La inscripción on line volvió a dejar a miles afuera sin vacantes. En las escuelas vemos el hambre, la pobreza y la desocupación que aquejan a familias y estudiantes.

La celeste de UTE juega a las elecciones, mientras los ataques siguen pasando. No hizo un plenario, reunión, asamblea, juntada, mateada. Y no es para menos. Entre Cambiemos y el Frente de Todos en la legislatura votan juntos. Levantan la mano para beneficiar a los grandes negociados inmobiliarios, mientras centenares de familias resisten las topadoras peleando por vivienda digna.

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Santoro, que se borró en plena crisis de su gobierno, ya se había pronunciado a favor de las Taser, como Patricia Bullrich, avalando el uso de estas armas para reprimir. Se tiró en contra de la reducción de la jornada laboral y optó decir que “la ultra izquierda” plantea no pagar la deuda. Es decir, avala que el FMI comande el ajuste contra los y las trabajadoras.

La salida es por izquierda

Como planteó Myriam Bregman, sobre la reforma de la justicia a favor del Macrismo: “Es un zarpazo tremendo. Y sí se lo puede parar, porque en esta ciudad no solo están radicadas las grandes empresas, sino también están los grandes sindicatos que no están en mano del macrismo. Y como decimos desde la izquierda, estas son y deben ser herramientas para verdaderamente enfrentar a la derecha” y parafraseando al Che Guevara, “a Larreta ni tantito así”, debe ser la consigna para parar a una derecha empresarial y política que pretenden avanzar contra los derechos laborales.”

¿Qué tarea tenemos como trabajadorxs? cuestionar, debatir y organizarnos en todos los lugares de trabajo, convocando a asambleas y discutiendo el rol que vienen jugando estas direcciones sindicales ante el ajuste en curso. La CTERA, lejos de pelear, está integrada al ministerio Nacional y no convocó a ninguna medida de organización para pelear. Pactan y dejan pasar los ataques a sectores de trabajadorxs que son golpes a las condiciones de vida de las familias de nuestras escuelas. Tampoco buscan unirse a la juventud, nuestros estudiantes, tendiendo una alianza para tener más fuerzas ante los duros escenarios que se vienen. Contra la designación de Manzur y en un gremio de mayoría mujeres, tenemos una fuerte pelea política para organizarnos, tomando el ejemplo de la marea verde en la conquista del derecho al aborto, exigiendo la aplicación efectiva de la ESI y la separación de la iglesia del estado.

En la CABA, desde la Corriente 9 de Abril, venimos exigiendo la urgente necesidad de que la UTE, el sindicato docente mayoritario, convoque a instancias de organización de docentes, familias y estudiantes para organizarnos y decidir desde abajo las medidas para enfrentar los ataques del Gobierno de la Ciudad y el Gobierno Nacional, reagrupando todas las fuerzas, llamando a todos los sindicatos porteños y sectores de trabajadores para pelear en común. La lucha, cuando se queda solo en un discurso, no tiene sentido. Ante los intentos de dividir a lxs trabajadores, nosotrxs proponemos la unidad y la alianza con las familias, en cada barrio y lugar de trabajo, es fundamental. La fuerza para derrotar los planes de la derecha se construye, se organiza y se libra en las calles.

El Frente de Izquierda Unidad relanzó su campaña en todo el país tras ubicarse como tercera fuerza. Myriam Bregman lo hizo mientras se realizaba la conferencia de prensa en la Villa 31 junto a la toma llamada “Fuerza de Mujeres” donde denunciaron el brutal desalojo. Nicolás del Caño estuvo este sábado en Lomas de Zamora, donde se acercaron jóvenes y trabajadores para expresar su apoyo. Frente a la crisis social y la creciente decepción con el gobierno, la militancia del Frente de Izquierda viene siendo parte de muchos de los reclamos y peleas por trabajo, salario y vivienda en todo el país. La única fuerza que plantea una alternativa a la crisis a favor del pueblo trabajador.

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En la Ciudad además de Myriam Bregman, Alejandrina Barry y Gabriel Solano, en las listas hay decenas de docentes luchadoras y luchadores, como Alicia Navarro Palacios, Marilina Arias, Federico Puy, Amanda Martín y Jorge Adaro. También peleamos por una bancada en la Legislatura porteña que fortalezca las peleas que damos en la Ciudad.

La conquista de diputados y diputadas del Frente de Izquierda en noviembre será un punto de apoyo. Es parte del camino de construir una relación de fuerzas entre las clases que va a definirse en el terreno de la lucha. En el presente es donde se prepara el día después de mañana.