Intentemos una primer lectura del resultado de las elecciones en Neuquén. Desde el gobierno nacional lo pueden contar como quieran, pero la realidad es que el candidato de Cambiemos, Horacio “Pechi” Quiroga, terminó tercero cómodo, cerca del 15 % de los votos. Esto se sumó a un revés que ya había tenido Cambiemos en La Pampa, donde el candidato del “PRO puro”, el colorado Mac Allister, perdió frente a un candidato radical en la interna. Mendoza y Jujuy, provincias gobernadas por la coalición Cambiemos, adelantaron sus elecciones. Y en Córdoba hay una interna entre el actual intendente de la capital, Ramón Mestre, y el candidato que quiso poner a dedo el macrismo, que es Mario Negri. Se acusan mutuamente, de manera muy dura. Todo esto genera múltiples rumores. Por ejemplo, Ernesto Tenembaum escribió hoy que en el gobierno crece la perspectiva de que María Eugenial Vidal finalmente termine siendo la candidata presidencial, porque Macri está muy mal. La realidad es que, en las elecciones de Neuquén, el oficialismo nacional zafó. Porqué no se perdió frente a un candidato que se identificaba como del kirchnerismo, Ramón Rioseco, al que siempre ubicaron más a la izquierda sus opositores de lo que realmente era. La expresidenta Cristina Kirchner se había jugado mucho más por Rioseco de lo que se comprometió Cambiemos por Quiroga. Así y todo, el peronismo quedó a 15 puntos del MPN. Los votos que se proponía capitalizar el ex intendente de Cutral Có, no fueron los que habían anunciado. En los últimos años, el MPN viene retrocediendo de su promedio histórico de votos. Se trata de un partido que tiene muy aceitada su maquinaria electoral. Pero también, como planteaba Raúl Godoy, que pone muchísima plata a la hora de hacer campaña electoral. Otro factor a analizar es que Neuquén, tomada de conjunto, creció económicamente, aunque eso ocurrió con muchas desigualdades. Incluso hubo creación de empleo por todo lo que tiene que ver el desarrollo petrolero. Es uno de los pocos lugares del país donde hubo inversiones. La elección muestra una crisis de hegemonía de conjunto, donde hay minoría internas, sobre la base de una crisis económica muy profunda y muy salvaje, de la cual no está exenta tampoco Neuquén. Por eso el gobernador reelecto volvió a apelar a ese recurso que utilizan muchos gobiernos provinciales. La "neuquinidad", en este caso, se usó para separarse del lastre del gobierno nacional. Gobierno nacional al que igualmente apoya, ayuda a gobernar y, de hecho, le ha votado todas las leyes que propuso hasta ahora por medios de sus diputados y senadores. “Dar vuelta todo” fue la síntesis de campaña que propuso el Frente de Izquierda, como comentó Raúl Godoy. Es un planteo radical para una crisis económica que se radicaliza. Este es un momento de impasse, de imposición de una perspectiva de cambiar las cosas por medio de las elecciones, de contención de muchos sindicatos a sus propios afiliados, que están siendo muy afectados por la crisis económica. En Neuquén tenemos el ejemplo del sindicato petrolero. Pero hay otros ejemplos. Como el Smata, que tiene 90.000 afiliados y donde pueden perderse 15.000 puestos de trabajo. Además tiene suspendido a gran parte de sus afiliados. Y, sin embargo, ni noticias de medidas de lucha. Ni hablar de la CGT. En ese contexto, que un planteo radical como el que hizo el Frente de Izquierda, mantenga y consolide su espacio tiene mucha relevancia para una película que es catastrófica en su curso, y es mucho más que la foto que vimos en las elecciones de Neuquén.
